Las personas diagnosticadas con hipocondría tienen una tasa de mortalidad significativamente mayor que sus contrapartes sin hipocondría, y un riesgo 84% mayor de mortalidad por todas las causas en comparación con las personas de la población general.
Como ocurre frecuentemente con algunas palabras y conceptos relacionados con la salud mental, es común utilizarlas de manera incorrecta, e incluso banal, como ocurre con la palabra hipocondría.
La hipocondría, o trastorno de ansiedad por la salud, es un trastorno psiquiátrico prevalente que se caracteriza por la preocupación persistente por tener uno o más trastornos físicos graves y progresivos, preocupación que se acompaña de hipervigilancia y una interpretación catastrófica de los signos corporales, lo que resulta en controles repetitivos y excesivos, y comportamiento de búsqueda de tranquilidad o evitación desadaptativa.
“La hipocondría o hipocondriasis es una enfermedad por la que el paciente cree —de forma infundada— que padece alguna enfermedad grave. El origen del término hace referencia a una región anatómica, el hipocondrio, situada bajo las costillas y el apófisis xifoides (la punta) del esternón, donde, se creía que se acumulaban los vapores causantes de este mal. La hipocondría es, en esencia, una actitud que el individuo adopta ante la enfermedad. La persona hipocondríaca se somete constantemente a un autoanálisis minucioso y preocupado, incluso obsesivo, de las funciones fisiológicas básicas, y piensa en ellas como una fuente de segura enfermedad biológica”. Sociedad Española de Medicina Interna
Lamentablemente, el padecimiento está notoriamente infradiagnosticado, ya que los profesionales de la salud no reconocen ni se toman en serio la afección, así como las connotaciones negativas asociadas con la etiqueta diagnóstica, a pesar de ser un trastorno crónico con muy bajas probabilidades de remisión si los pacientes no reciben tratamiento especializado.
Considerando la importancia no reconocida de la hipocondría, un equipo de investigadores suecos realizó una investigación de largo plazo para determinar si las personas diagnosticadas con hipocondriasis tenían más o las mismas probabilidades de fallecer que las personas no preocupadas por las enfermedades y su estado de salud.
“Las personas con hipocondría tienen altas tasas de consultas médicas, lo que generalmente conduce a una cadena de pruebas de laboratorio y de otro tipo, que a menudo son innecesarias desde una perspectiva médica y conceptualizadas como contraproducentes desde un punto de vista psicológico. En teoría, este alto grado de vigilancia puede conducir a la detección temprana y manejo oportuno de condiciones de salud graves, reduciendo potencialmente la mortalidad”. JAMA Psychiatry
Los resultados del estudio comparativo entre una amplia cohorte de personas diagnosticadas con hipocondriasis, y las que no tenían ansiedad por la salud, encontraron que:
- La ansiedad y la depresión crónicas características del trastorno, se asocian con una amplia variedad de trastornos cardiovasculares y mortalidad prematura.
- La mayoría de las personas con hipocondría habían recibido al menos otro diagnóstico psiquiátrico en su vida, principalmente trastornos relacionados con la ansiedad y depresivos, en comparación el grupo sin hipocondría.
- Los individuos con hipocondriasis murieron a una edad media más temprana que los individuos sin hipocondría.
- En cuanto a las causas naturales específicas de muerte, el patrón general fue de mayor riesgo para todas las causas, excepto las neoplasias.
- La mayoría de las muertes por causas no naturales se atribuyeron al suicidio, con un riesgo 4 veces mayor para los diagnosticados con hipocondriasis.
- El riesgo de mortalidad por todas las causas y por causas específicas fue generalmente similar entre mujeres y hombres con hipocondría.
- Las personas con un diagnóstico de hipocondría tenían una tasa de mortalidad significativamente mayor que sus contrapartes sin hipocondría, y un riesgo 84% mayor de mortalidad por todas las causas en comparación con las personas de la población general.
“En conjunto, estos hallazgos ilustran una paradoja: las personas con hipocondría tienen un mayor riesgo de muerte a pesar de sus temores generalizados a la enfermedad y la muerte. En este estudio, la mayoría de las muertes podrían clasificarse como potencialmente evitables. Descartar los síntomas somáticos de estos individuos como imaginarios puede tener consecuencias nefastas. Se debe hacer más para reducir el estigma y mejorar la detección, el diagnóstico y la atención integrada adecuada (es decir, psiquiátrica y somática) para estas personas”. JAMA Psychiatry