La erotomanía y el trastorno límite de la personalidad

Desde hace un par de semanas, la miniserie “Bebé Reno” está posicionada en una de las plataformas de streaming como una de las más vistas. En ella se narra el acoso al que durante cuatro años es sometido un hombre por el personaje femenino de la trama, y aunque no es la única ocasión en la que la cinematografía ha utilizado temas relacionados con la salud para construir una historia apasionante, destaca en ella su buen abordaje.

Probablemente, lo más atrayente es constatar que el comportamiento exhibido por la acosadora no es algo surgido de la mente de los guionistas, sino que responde a dos desórdenes mentales bien establecidos en la práctica médica: la erotomanía y el trastorno límite de la personalidad.

La erotomanía

La erotomanía o síndrome de Clerambault es un trastorno mental poco frecuente, descrito en el DSM-5 (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fifth Edition) como un subtipo de trastorno delirante, que se caracteriza por la creencia irreal de que una persona está enamorada de otra, cuando en realidad no es así.

La prevalencia del síndrome de Clerambault demuestra que, aunque no es una condición mental exclusivamente femenina, ésta se manifiesta con mayor frecuencia en miembros de ese sexo, y se caracterizan por ser tímidas, dependientes, y tener poca o ninguna experiencia sexual, viéndose poderosamente atraídas por un hombre inalcanzable, ya sea por su posición social o financiera, por estar casado o en pareja, o que les demuestra, paradójicamente, poco o ningún interés. Sin embargo, vale la pena aclarar que las personas del sexo masculino que padecen erotomanía son generalmente más violentas, y su acoso es más agresivo que el ejercido por las féminas.

Buscando establecer una relación que solamente existe en su mente, quienes padecen esta condición mental suelen acosar y presionar al objeto de su delirio de múltiples maneras: por teléfono, carta, mails, mensajes de texto, vigilancia a distancia y presencialmente, ya que, en su fantasía, creen a pie firme que los dolorosos rechazos que sufren, realmente son declaraciones de amor encubiertas, por lo que no cejan en su empeño.

El trastorno límite de la personalidad

Por otra parte, el trastorno límite de la personalidad (TLP) es una enfermedad mental que afecta gravemente la capacidad para gestionar y controlar adecuadamente las emociones, llevando a quienes la padecen a tener accesos de ira y violencia verbal y física muy intensos, e incluso a ponerlas en peligro como consecuencia de la comisión de actos impulsivos e irreflexivos.

Adicionalmente, el TLP distorsiona seriamente la auto percepción, así como la manera en la que los enfermos creen que otras personas los perciben, obstaculizando y saboteando su desarrollo, sus relaciones interpersonales y su calidad de vida.

Es muy importante saber y tener presente que el consumo de sustancias, la mutilación, la ideación suicida, las amenazas de privarse de la vida como acto de coerción, los intentos de suicidio, y los suicidios consumados tienen tasas más elevadas entre la población con trastorno límite de la personalidad que entre la población en general.

Cuando la realidad se asocia con la ficción

Además de constatar la profundidad y seriedad con la que los realizadores de la serie «Bebé Reno» abordan los comportamientos asociados con la erotomanía y el trastorno límite de la personalidad, llama la atención ver cómo en múltiples ocasiones recomiendan la búsqueda de ayuda profesional a la mayor brevedad posible a los espectadores que sufran o conozcan a alguien que padezca alguno de estos desórdenes mentales u otros diferentes, lo que la transforma, de un mero objeto de entretenimiento, en un elemento potenciador para la toma de consciencia de los problemas mentales, y la inaplazable necesidad de buscar ayuda profesional, recurso que sería interesante explorar en nuestro país.