Los resultados de un estudio liderado por un equipo de investigadores del Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK, por sus siglas en inglés) perteneciente a los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) de los EE. UU., demostraron que la humedad generada de manera natural por el uso de los cubrebocas ayuda, además del ya demostrado efecto de inhibir la propagación y la adquisición del SARS-CoV-2, a combatir diversas enfermedades respiratorias, entre las que se encuentra el COVID-19.
Las conclusiones del estudio determinaron que con el uso de los cubrebocas se incrementa sustancialmente la humedad del aire que ingresa al tracto respiratorio, potencializando la acción del sistema inmunológico al producir proteínas especiales, llamadas interferones que luchan contra los virus, lo que explicaría las razones por las que su uso se relaciona claramente con una menor gravedad de la enfermedad en personas infectadas con SARS-CoV-2, entre otras afecciones respiratorias.
“Cuantas más personas usen mascarillas, más protegida estará la comunidad y, por lo tanto, más personas nos beneficiaremos como individuos. Es como un efecto grupal”. John Brooks, director general médico del programa de prevención de la COVID-19 de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por su siglas en inglés), EE. UU.
El estudio publicado en Biophysical Journal el pasado 11 de febrero con el título: “Hydrating the Respiratory Tract: An Alternative Explanation Why Masks Lower Severity of COVID-19”, afirma: “Esta humedad elevada (provocada por los cubrebocas) promueve la eliminación mucociliar de patógenos de los pulmones, tanto antes como después de que se haya producido una infección del tracto respiratorio superior. El aclaramiento mucociliar eficaz puede retrasar y reducir la infección del tracto respiratorio inferior, mitigando así la gravedad de la enfermedad. Este modo de acción sugiere que las mascarillas pueden beneficiar al usuario incluso después de que ha ocurrido una infección en el tracto respiratorio superior, complementando la función tradicional de las mascarillas para limitar la transmisión de enfermedades de persona a persona”.
“El aumento del nivel de humedad es algo que la mayoría de los usuarios de mascarillas probablemente sintieron sin ser capaces de reconocer y sin darse cuenta de que esta humedad en realidad podría ser buena para ellos”, dijo Adriaan Bax, investigador y autor principal del estudio.
Para alcanzar estas conclusiones, los investigadores determinaron la humedad generada con el uso de cuatro tipos comunes de cubrebocas: el N95, un cubrebocas quirúrgico desechable de tres capas, uno de algodón y poliéster de dos capas además de uno de algodón pesado, haciendo que el sujeto respirara en una caja de acero sellada, en la que se cuantificó la humedad generada.
El Dr. Joseph Courtney de NIDDK respira en una caja sellada mientras usa una máscara NIDDK.
Es necesario aclarar que los protocolos de investigación no tenían como objetivo analizar qué tipo de cubrebocas podrían ser más efectivos para frenar la inhalación o la transmisión del virus, aunque en estudios anteriores conducidos por el Dr. Adriaan Bax, miembro del Laboratorio de Física Química del Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales NIDDK, Institutos Nacionales de Salud, y colaborador principal del estudio, demostraron que cualquier cubrebocas de tela ayuda a bloquear las miles de gotas de saliva que las personas expulsamos a través del habla simple, las que como todos sabemos permanecen suspendidas por muchos minutos en el aire. Sin embargo, esta nueva evidencia fortalece, aún más, las razones por las que el uso de este sencillo accesorio, es esencial para combatir el COVID-19.
Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF.
Fuentes:
Institutos Nacionales de Salud. (12 de febrero del 2021).
Researchers propose that humidity from masks may lessen severity of COVID-19.
Biophysical Journal. (15 de febrero del 2021).
Hydrating the Respiratory Tract: An Alternative Explanation Why Masks Lower Severity of COVID-19.
The New York Times. (15 de febrero del 2021).
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