En ocasiones anteriores, hemos hablado de la manera en la que la ciencia médica y la industria de investigación farmacéutica han logrado incrementar las posibilidades para enfrentar y superar con éxito múltiples tipos de cáncer de muy mal pronóstico, lo que es sumamente relevante y esperanzador.
Para poner en contexto la importancia de estos avances en el diagnóstico oportuno y tratamiento exitoso del cáncer, les informamos que la Organización Mundial de la Salud (OMS) acota, que de no modificarse la tendencia actual, el número de casos de cáncer se incrementará aproximadamente un 60% durante el transcurso de los próximos veinte años, aclarando que el mayor porcentaje (alrededor del 81%), se presentará en países de ingresos bajos y medianos, donde las tasas de supervivencia son notoriamente más bajas que las registradas en los países de altos ingresos.
Por otra parte, los avances y logros en el combate efectivo contra el cáncer se han incrementado enormemente en los últimos años, en algunos casos de manera realmente espectacular, éstos no se dan de forma pareja, dejando a los países de bajos y medianos ingresos muy por debajo de los logros alcanzados por los países con economías desarrolladas y mayor equidad social, los que cuentan con sistemas sanitarios más robustos y de mayor calidad
“En la próxima década podrían salvarse al menos siete millones de vidas si se definen los métodos más adecuados para estudiar la situación de cada país, se integran las acciones contra el cáncer en la cobertura sanitaria universal y se moviliza a las diferentes partes interesadas para que trabajen juntas”. Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS.
Las razones centrales son, como en muchos otros temas sanitarios y de diversa índole; la economía, las desigualdades sociales, la corrupción, el equivocado o inexistente diseño en las políticas sociales y los escasos recursos destinados a la salud, los que en las naciones de bajos y medianos ingresos se destinan prioritariamente a la atención de enfermedades infecciosas, crónico degenerativas y el mejoramiento de la salud materno infantil, lo que acarrea que las mejoras a los sistemas de medicina preventiva, diagnóstico temprano, y tratamiento para el cáncer, estén muy por debajo de lo deseado. Los datos duros muestran que mientras que en 2019 más del 90% de los países de ingresos altos indicaron que sus sistemas de salud pública contaban con una sólida infraestructura para diagnosticar y tratar el cáncer oportunamente, solamente el 15% de los países de bajos ingresos los tenían, lo que muestra la enorme brecha entre las circunstancias y los alcances existentes entre unos y otros.
Al respecto, el Dr. Ren Minghui, Subdirector General para Cobertura Sanitaria Universal y Enfermedades Transmisibles y No Transmisibles de la OMS, comentó: “Lo que ocurre es una llamada de advertencia para que todos luchemos contra las desigualdades inaceptables entre los servicios relacionados con el cáncer en los países ricos y en los países pobres. Cuando la gente tiene acceso a una atención primaria y a sistemas de referencia, es posible detectar el cáncer a tiempo, tratarlo adecuadamente y curar al paciente. El cáncer no debería ser una sentencia de muerte para nadie, en ningún lugar del mundo”.
Es importante anotar que muchas de las medidas para prevenir el desarrollo de diversos tipos de cáncer depende en gran medida de acciones y decisiones políticas, como el incremento sustancial de los impuestos sobre el tabaco y el alcohol, cuya recaudación impositiva podría destinarse en su totalidad a mejorar la calidad de la infraestructura y la atención sanitaria; las campañas de vacunación masiva contra la hepatitis B (para prevenir el cáncer de hígado) y contra el virus del papiloma humano (responsable del cáncer cervicouterino), así como la planeación e implementación de campañas permanentes de educación y concientización que impulsen a la población a mantener un peso corporal adecuado, elegir una dieta de mejor calidad que evite el consumo de bebidas edulcoradas y comida chatarra, obviar el consumo de tabaco, alcohol y realizar ejercicio de manera regular.
“En los últimos 50 años hemos presenciado avances impresionantes en la investigación para la prevención y tratamiento del cáncer. Se ha reducido el número de muertes por esta enfermedad. Los países de ingresos altos han adoptado programas de prevención, diagnóstico temprano y cribado que, junto con unos mejores tratamientos, han ayudado a reducir un 20% la mortalidad prematura entre 2000 y 2015, según los cálculos realizados. Por el contrario, en los países de bajos ingresos, la mortalidad prematura solo se ha reducido un 5%. Todo el mundo debería beneficiarse por igual de estos avances”. Dra. Elisabete Weiderpass, Directora del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC).
Buscando colaborar en el desarrollo sanitario equitativo entre los países con diferentes niveles de ingresos, la OMS pone a disposición de los líderes políticos y funcionarios del ámbito sanitario, así como para cualquier persona interesada en ello, un par de documentos útiles para la planeación y el diseño de políticas sociales y acciones específicas contra el cáncer, de los que compartimos sus ligas:
Organización Mundial de la Salud. Report on Cancer.
Setting priorities, investing wisely and providing care for all.
El informe tiene por objeto establecer el programa mundial sobre el cáncer, movilizar a las partes interesadas y ayudar a los países a establecer prioridades para invertir en el control del cáncer y en la cobertura sanitaria universal. En él se presentan los principios, instrumentos e intervenciones prioritarias actuales de control del cáncer en el contexto de la carga del cáncer y las oportunidades actuales y futuras.
Cancer Research for Cancer Prevention.
World Cancer Report.
El informe se centra en la prevención y ofrece el panorama más completo de las investigaciones pertinentes disponibles hasta la fecha, que van desde la etiología descriptiva, la biología celular, molecular, toxicología y patología hasta las ciencias sociales y del comportamiento. Los capítulos principales incluyen debates sobre las repercusiones de las desigualdades en el cáncer, la vacunación y el cribado, la susceptibilidad genómica individual al cáncer y la identificación más precisa de las personas en situación de riesgo, lo que puede posibilitar una prevención precisa del cáncer.