Es evidente que para detener, o cuando menos ralentizar la dispersión de una enfermedad contagiosa, es indispensable conocer con precisión la o las formas de transmisión del patógeno que la ocasiona. Sin este conocimiento, detener una epidemia o una pandemia es extremadamente difícil.
Con respecto a la forma de transmisión del SARS-CoV-2 la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que la misma se hace a través del contacto con superficies contaminadas por el virus, o las gotículas lanzadas por una persona portadora del virus al toser, estornudar, hablar o gritar.
La diferencia entre las gotículas más pesadas que caen rápidamente al suelo, y las partículas de menos de 5 micrones, denominadas aerosoles, es que estas últimas permanecen suspendidas en el aire, particularmente de espacios cerrados y poco ventilados, durante más tiempo, con la capacidad de contagiar a quienes las respiren.
Sin embargo, la OMS se ha resistido hasta el momento ha aceptar la posibilidad de la transmisión aérea del virus en espacios cerrados y con poca ventilación, por considerar que no hay pruebas suficientes que lo demuestren fehacientemente, tema sobre el que difiere un grupo de 239 expertos, los que a través de una carta abierta le piden a este organismo sanitario internacional que lo acepte, y emita un comunicado al respecto.
Los científicos aseguran que el virus es capaz de permanecer suspendido en el aire por tiempos más prolongados de lo que se piensa en áreas cerradas, como restaurantes, bares, cines, etc, manteniendo un alto potencial de contagio entre consumidores y prestadores de servicios, lo que obligaría al uso permanente de cubrebocas en interiores, incluso en entornos en los que se observe la distancia precautoria.
Por otra parte, el reconocimiento de la transmisión por vía aérea exigiría la sanitización y el uso de filtros de alta capacidad en los sistemas de ventilación en escuelas, hogares de ancianos, residencias y negocios, así como el uso para la sanitización de equipo de luz ultravioleta capaces de destruir las partículas virales que flotan en pequeñas gotas.
Los expertos que piden a la OMS esta rectificación inmediata, son fuertes críticos sobre los sistemas operacionales y de toma de decisiones de este organismo, el que aseguran que se resiste al análisis expedito de nuevas evidencias, frenando la posibilidad de generar recomendaciones oportunas que mejoren el combate a la pandemia.
Como una crítica directa a la negativa de la OMS, a aceptar esto, el Dr. Trish Greenhalgh, médico de atención primaria de la Universidad de Oxford en Gran Bretaña, comentó: “No hay pruebas incontrovertibles de que el SARS-CoV-2 viaja o se transmite significativamente por aerosoles, pero no hay absolutamente ninguna evidencia de que no sea así”, lo que en su opinión debería impulsar a la OMS a incorporar en sus recomendaciones este medio de transmisión.
Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF.
Fuentes:
The New York Times. (6 de Julio del 2020).
239 Experts With One Big Claim: The Coronavirus Is Airborne.
The New York Times. (6 de Julio del 2020).
The Scientist, the Air and the Virus.
The New York Times. (6 de Julio del 2020).
Airborne Coronavirus Detected in Wuhan Hospitals.
Investigación y Ciencia. (6 de Julio del 2020).
¿Se transmite el nuevo coronavirus por el aire?.