Un equipo de investigadores pertenecientes al Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) en Madrid, España, liderados por María Blasco, jefa del Grupo de Telómeros y Telomerasa de la institución, han descubierto la relación existente entre el número de años que vive cada especie y la velocidad con la que se acortan sus telómeros.
Los telómeros (del griego τέλος [telos], «final», y μέρος [meros], «parte») son los extremos protectores de los cromosomas, considerados como las estructuras fundamentales que almacenan y conservan la información genética que un individuo necesita para vivir, y cuya longitud se acorta con cada división celular realizada.
La relación entre ambos elementos, expresada con una ecuación matemática, es capaz de predecir con exactitud la longevidad de cada especie. Para determinarlo, los investigadores, en colaboración con el zoo de Madrid y la Universidad de Barcelona, compararon los telómeros de ratones, cabras, delfines, gaviotas, renos, buitres, flamencos, elefantes y humanos, encontrando que las especies cuyos telómeros se acortan más rápido con cada división celular, tienen una expectativa de vida más reducida.
Las conclusiones del estudio se publicaron el pasado mes de junio en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America (PNAS), con el título “Telomere shortening rate predicts species lifespan”, artículo firmado por Kurt Whittemore, Elsa Vera, Eva Martínez-Nevado, Carola Sanpera y María A. Blasco.

Según Blasco, la relación tan clara entre velocidad de acortamiento de los telómeros y longevidad apunta al hallazgo de “un patrón universal, un fenómeno de la biología que explica la duración de la vida de las especies, y que merece más investigación”.
La relación entre la velocidad en la que se acortan los telómeros y la longevidad se ajusta a un tipo determinado de curva matemática, (curva potencial) que también se da en otros procesos, como el crecimiento poblacional, el tamaño de las ciudades, la extinción de especies, la masa corporal y los ingresos individuales, entre otros.
Hasta la realización de este descubrimiento, no se conocía la relación precisa entre los telómeros y la supervivencia esperada, ya que hay especies que poseen telómeros extremadamente largos y viven poco y especies con telómeros cortos, pero más longevas. Hoy se sabe que la perennidad no está determinada por lo la longitud, sino por la velocidad con la que estos se acortan.
En 2009, la bioquímica australiana Elizabeth Helen Blackburn (26 de noviembre de 1948), la bioquímica norteamericana Carolyn Widney Greider (15 de abril de 1961) y el biólogo molecular británico (nacionalizado estadounidense) Jack William Szostak (9 de noviembre de 1952), recibieron el Premio Nobel de Medicina, por el “descubrimiento de la enzima telomerasa y la forma en la que los cromosomas están protegidos por los telómeros”.
Para entender con mayor claridad este concepto, les comentamos que cada vez que las células se multiplican para reparar daños, sus telómeros se acortan. A lo largo de la vida puede ocurrir que los telómeros se acorten demasiado sin poder regenerarse nuevamente, lo que ocasiona que la célula deje de funcionar normalmente. Para ejemplificarlo, les comentamos que los telómeros humanos pierden una media de 70 pares de bases (los ladrillos del material genético) al año, mientras que los de los ratones, unos 7 mil pares de bases.
“Hay gente que lo duda, cuando advierte que por ejemplo los ratones viven dos años y tienen telómeros muy largos, mientras que los humanos vivimos mucho y tenemos telómeros cortos; pero nosotros demostramos que lo importante no es el tamaño inicial sino el ritmo de acortamiento, un parámetro que predice la longevidad de especie con un alto grado de precisión”. Kurt Whittemore, autor principal del estudio.
Aunque científicamente estimulante, habrá que esperar la aplicación práctica de este sorprendente descubrimiento, del que los autores aseguran que: “predice la longevidad de especies mucho mejor que otros parámetros considerados hasta ahora, como el peso corporal -en general las especies más pequeñas tienden a vivir menos tiempo- o el ritmo cardiaco”.
Fuentes:
Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO).
Investigadores del CNIO descubren que la velocidad de acortamiento de los telómeros predice la longevidad de las especies.
Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America (PNAS).
Telomere shortening rate predicts species life span.
Nobel Prize.
The Nobel Prize in Physiology or Medicine. 2009 Medicine.