Si usted está leyendo con claridad este artículo, quiere decir que afortunadamente no forma parte de los 2200 millones de personas que padecen deficiencia visual o ceguera en el mundo, ¡Felicidades!
Más allá de la impactante cifra de personas afectadas, es penoso saber que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que cerca de la mitad de quienes padecen algún tipo de deficiencia visual podrían no tenerla, si hubiesen recibido diagnóstico y tratamiento oportuno, lo que nuevamente confirma el limitado acceso que millones de personas tienen a sistemas sanitarios de calidad y lo lejos que estamos como humanidad de alcanzar el Sistema Universal de Salud.
“Cada cinco segundos, una persona se queda ciega en el mundo. Cada minuto, un niño se queda ciego. Se calcula que cada año se quedan ciegas más de siete millones de personas”. Organización Mundial de la Salud. (OMS)
Para poner en contexto y datos duros este apremiante problema de salud, la OMS publicó el pasado 9 de octubre el primer Informe mundial sobre la visión, en el que se evidencia que el envejecimiento poblacional, los cambios en los estilos de vida y el acceso limitado a la atención oftalmológica, particularmente en los países de ingresos bajos y medios, son algunos de los principales factores que impulsan el número creciente de personas que desarrollan deficiencia visual.
“Las afecciones oculares y la deficiencia visual están muy extendidas, y con demasiada frecuencia siguen sin ser tratadas. Las personas que necesitan atención oftalmológica deben poder recibir intervenciones de calidad sin sufrir dificultades financieras. Incluir la atención oftalmológica en los planes nacionales de salud y en los conjuntos esenciales de servicios es una parte importante del camino de cada país hacia la cobertura sanitaria universal”. Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS.
Algunas de las principales conclusiones plasmadas en el informe:
- La carga de enfermedades oftalmológicas y deficiencias visuales no afecta a todas las personas por igual: a menudo afecta mucho más a las personas que viven en zonas rurales, a las que tienen bajos ingresos, a las mujeres, a las personas mayores, a los discapacitados, a las minorías étnicas y a las poblaciones indígenas.
- Se estima que la necesidad insatisfecha de atención a la miopía en las regiones de ingresos bajos y medios es cuatro veces mayor que en las regiones de ingresos altos.
- Las regiones de ingresos bajos y medios del África subsahariana occidental y oriental y del Asia meridional tienen tasas de ceguera ocho veces superiores a las de todos los países de ingresos altos. Las tasas de cataratas y triquiasis tracomatosa (anomalía del párpado que provoca que la dirección de las pestañas se oriente al interior del ojo) son más altas entre las mujeres, especialmente en los países de ingresos bajos y medios.
- Se requieren 14,300 millones de dólares para atender las necesidades de atención insatisfechas de los 1000 millones de personas que viven con deficiencia visual o ceguera debido a la miopía, la hipermetropía y las cataratas.
Principales factores que provocan las afecciones oculares más comunes:
- Miopía: El aumento del tiempo que se pasa en espacios interiores y de las actividades que implican una “visión de cerca” están provocando que un mayor número de personas padezcan miopía.
- Retinopatía diabética: Cada vez son más las personas con diabetes, especialmente la diabetes de tipo 2, que puede afectar a la visión si no se detecta y trata. Casi todas las personas con diabetes padecerán alguna forma de retinopatía a lo largo de su vida. Los exámenes oftalmológicos de rutina y un buen control de la diabetes pueden proteger la visión de las personas frente a esta afección.
- Detección tardía: Debido a servicios de atención oftalmológica deficientes o mal integrados, muchas personas carecen de acceso a exámenes rutinarios que pueden servir para detectar afecciones y conducir a la prestación de una atención o tratamiento preventivo adecuado.