En forma paralela a la gravedad y profundidad de la crisis generada por la pandemia ocasionada por el SARS-CoV-2 surgida desde hace poco más de un año en la ciudad de Wuhan, en China, hemos visto la positiva manera en la que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha liderado la participación de otras instituciones, gobiernos, empresas investigadoras, expertos en epidemiología, ciencias sociales y organizaciones filantrópicas, entre otras, buscando a través del diálogo, la concertación y la suma de esfuerzos sinérgicos, las mejores alternativas para que la humanidad en conjunto encontremos no solamente la mejor salida posible para esta crisis, sino que nos preparemos anticipadamente para enfrentar cualquier otra eventualidad futura de este tipo que se nos presente, y que según los especialistas llegará en algún momento.
Buscando subsanar algunos vacíos de conocimiento, así como definir de manera consensuada las prioridades de investigación relacionadas con las vacunas contra el SARS-CoV-2, la OMS convocó en el marco de un foro mundial de I+D, en el que se congregaron de manera virtual, más de 2800 científicos pertenecientes a 130 países del orbe.
“Es un logro científico asombroso que se hayan desarrollado y autorizado varias vacunas seguras y eficaces en menos de un año después de que este virus se aislara y secuenciara. La autorización de las primeras vacunas no significa que las labores hayan finalizado. Aún queda mucho por hacer. Hay más vacunas en fase de desarrollo que deben evaluarse para garantizar que dispondremos de dosis suficientes para vacunar a todas las personas”. Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS.
Entre los temas de mayor relevancia abordados en este foro, destacan la inalienable importancia de garantizar sólidamente la eficacia y seguridad de estos nuevos fármacos, la impostergable realización de proyectos de investigación esenciales sobre la administración de vacunas a distintos grupos demográficos específicos, la implementación de estrategias y calendarios de vacunación acelerados, la ejecución de ensayos clínicos y estudios observacionales, el diseño y la aplicación de modelos y la formulación de políticas sociales, así como la búsqueda de una mayor equidad en la distribución de las dosis vacunales, tema sobre el que se ha evidenciado nuevamente la enorme desigualdad de oportunidades para acceder a las nuevas alternativas en salud entre las naciones de ingresos altos, y los países de ingresos medios y bajos.
Al respecto, el Dr. John Nkengasong, Director de los Centros Africanos para el Control y la Prevención de Enfermedades, comentó durante una de sus alocuciones: “El espíritu de colaboración debe prevalecer en estos tiempos difíciles, a la par que tratamos de obtener más información sobre este virus. Tenemos que ser conscientes de las desigualdades y debemos promover deliberadamente la inversión en capacidad regional con miras a trabajar en pie de igualdad y establecer relaciones de colaboración provechosas a fin de comenzar a resolver algunos de los desafíos.»
Entre otros acuerdos, destaca por su importancia y trascendencia la creación de una plataforma coordinada por la OMS, entre cuyos objetivos estará la difusión y coordinación global de la información relativa a la investigación sobre la eficacia y la seguridad de las nuevas vacunas, la compartición oportuna y abierta de datos y protocolos de investigación publicados y pendientes de publicación, con el fin de ampliar los conocimientos sobre la enfermedad, y las vacunas contra el SARS-CoV-2.