Cuidar el medio ambiente y la salud de los mexicanos, los que pueden ser perjudicados por el incorrecto desecho de los medicamentos, es una tarea de importancia nacional; de la que en nuestro país solo hay una opción, el Sistema Nacional de Gestión de Residuos de Envases y Medicamentos (SINGREM).
Para conocer más sobre el SINGREM, entrevistamos a José Antonio Aedo, director general de esa asociación.
¿Cómo podríamos haber anticipado la pandemia de COVID-19? ¿Pudimos evitarla, de qué manera? Hacernos estas preguntas hoy podría parecer un ejercicio absurdo o inútil, pero quizá no sea así. Piense en la respuesta que hubiera dado, si hace un año le hubieran dicho que la mayor parte del 2020 la pasaría en “aislamiento físico”.
Hoy sabemos que el COVID-19 es resultado del deterioro, fragmentación y destrucción de miles de hábitats arrasados por la deforestación masiva; la agricultura intensiva; el sacrificio, comercio, tenencia y consumo legal e ilegal de animales, incluidas en ello especies salvajes; así como la práctica de hábitos alimentarios y de consumo irreflexivos, factores que en suma han alterado el equilibrio natural de nuestro planeta, favoreciendo la transmisión de virus como el SARS-CoV-2.
Al menos un 75% de los agentes patógenos de las enfermedades infecciosas emergentes de los seres humanos, son de origen animal.
Tomar consciencia de ello en nuestra situación actual debería ser aparentemente más fácil. En este contexto, les presentamos al SINGREM, a través de cuya iniciativa podemos deshacernos responsablemente de los medicamentos caducos o sobrantes y de los envases de fármacos que tengamos en casa, sin dañar al medio ambiente, y por ende a nosotros mismos.
Entrevista con José Antonio Aedo, Director general del SINGREM.
¿Por qué los medicamentos y sus envases, deben desecharse de manera diferente que los demás residuos de nuestros hogares?
Me gustaría empezar con una advertencia. Bajo ninguna circunstancia debemos consumir medicamentos cuya vida útil haya sido rebasada, porque podrían ser perjudiciales para nuestra salud. En el mejor de los casos inocua, pero eso no lo sabemos con certeza.
Por otra parte, todos los medicamentos pueden ocasionar graves daños al medio ambiente, contaminando la tierra y los mantos acuíferos, si son desechados de manera incorrecta.
Es importante saber que los principios activos de todos los medicamentos ya sean: antibióticos, hormonas, analgésicos, oncológicos, desinflamatorios o antidepresivos -por mencionar solamente algunas categorías- pierden su capacidad para lograr el efecto terapéutico deseado al rebasar su fecha de caducidad, pero no dejan de ser sustancias químicas potencialmente peligrosas para el medio ambiente y los seres vivos.
¿Qué papel juega el SINGREM en el cuidado del medio ambiente?
SINGREM es la única sociedad especializada no lucrativa en nuestro país, dedicada íntegra y exclusivamente al acopio, recolección, traslado y la entrega garantizada de medicamentos desechados a empresas especializadas en la destrucción no contaminante de residuos peligrosos, afiliada a la Red Iberoamericana de Programas de Consumo de Medicamentos.
Sin la labor efectuada por el SINGREM, no existiría en México un canal seguro para el acopio y destrucción de fármacos.
SINGREM opera gracias al financiamiento de los laboratorios afiliados a la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (CANIFARMA), la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF) y la Asociación Nacional de Fabricantes de Medicamentos (ANAFAM), ya que de acuerdo con la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de Residuos, es responsabilidad de los fabricantes realizar la disposición adecuada de los medicamentos caducos (considerados como residuos peligrosos) tanto de los que tienen en sus almacenes, como los que desechan los consumidores.
Podría describirnos, ¿cómo funciona el SINGREM?
En términos generales, el SINGREM tiene dos elementos esenciales a través de los que cumple con sus objetivos.
El primero, es la colocación de contenedores especiales, provistos con cerradura y un sistema de tómbola de ingreso exclusivo para fármacos, los que colocamos en farmacias, tiendas de autoservicio y salas de espera de hospitales (particularmente públicos), por mencionar algunos sitios. Los productos desechados en los contenedores son recogidos de manera periódica por un operador, quien los deposita en una bolsa especial que es cerrada con un cincho provisto de un código electrónico para el registro de información, como el peso de su contenido.
El segundo elemento, es la recolección a solicitud expresa de alguna clínica, dispensario o asociación de pacientes, los que por su localización geográfica, no cuenten con un contenedor en su localidad, o tienen un gran volumen de productos y no puedan hacerlo de la manera estándar.
Las bolsas con los fármacos recolectados son llevadas a nuestros almacenes, en los que a través del código electrónico se confirma el peso de la bolsa, para asegurarnos que no haya ocurrido alguna merma durante el trayecto. Posteriormente se hace un registro minucioso de lo recolectado para generar información estadística de utilidad. Una vez concluido estos procesos, los productos se trasladan a las instalaciones de alguna de las empresas de destrucción segura de residuos peligrosos.
Para su procesamiento final, contamos con varios acuerdos de colaboración con terceros especializados en el manejo y destrucción profesional de fármacos y de otros tipos de residuos considerados como peligrosos, los que están autorizados por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales para tal efecto.
Una vez procesado el volumen total de los fármacos entregados, la empresa procesadora nos entrega un manifiesto de destrucción, con el que nos garantiza la disposición final de los mismos.
Quiero aprovechar, para comentarles que los procesos de operación del SINGREM han sido evaluados en diversas ocasiones, por empresas farmacéuticas nacionales y transnacionales, las que, una vez concluido el proceso, han ofrecido su voto de confianza por la calidad y seriedad de nuestro trabajo.
¿SINGREM opera actualmente en todo el país?
En este momento estamos presentes en 25 estados de la República Mexicana, en los que tenemos 4 600 contenedores.
Los estados en los que actualmente no tenemos presencia son: Baja California Sur y Norte, Chihuahua, Chiapas, Sonora, Tabasco y Tamaulipas.
¿En quién o quiénes considera que recae la mayor responsabilidad para evitar afectaciones a la salud y al medio ambiente por el desecho incorrecto de fármacos, y cómo han respondido?
De acuerdo con la normatividad vigente, los primeros responsables para el acopio y destrucción de los fármacos descartados son los laboratorios productores, los distribuidores y los expendedores. Aunque hay que aclarar que, a diferencia de otros países, como España (Sigre) y Colombia (Punto Azul), en los que esta dinámica está sólida y legalmente implementada, en México solamente procesamos de manera correcta cerca del 30% de los medicamentos que se desechan, lo que muestra la amplia brecha que todavía tenemos por cubrir.
¿Por qué nuestro país tiene un porcentaje tan bajo de procesamiento correcto de medicamentos desechados?
Para subir nuestra tasa de procesamiento, es indispensable que los laboratorios, distribuidores y cadenas de farmacias (solamente hay afiliada una) que no respaldan al SINGREM, lo hagan de manera voluntaria, sin necesidad de que las autoridades competentes les impongan sanciones.
A modo de ejemplo, les comento que en España ningún laboratorio farmacéutico puede obtener el registro sanitario de un medicamento por parte de la autoridad reguladora sanitaria competente, sin demostrar que está adherido o tiene un plan propio de manejo de desechos.
Además, como elemento esencial, necesitamos contar con una mayor participación de la ciudadanía, sin su participación es prácticamente imposible el acopio oportuno y seguro de los medicamentos desechados y sus envases.
¿Cómo podría ampliar sus alcances el SINGREM ?
Primero, necesitamos aumentar y consolidar la operación del SINGREM, para lo que es necesario sumar una mayor participación de los laboratorios, distribuidores y farmacias.
Segundo, y que debería correr en forma paralela, es generar una mayor conciencia y conseguir la participación de la ciudadanía sobre la manera correcta para desechar los fármacos que tienen en casa y serán descartados.
Aproximadamente el 50% de los productos que se recolectan a través de este sistema, provienen de empresas farmacéuticas que no participan en el SINGREM.
El incremento de su capacidad depende de que se sumen más empresas, no solo laboratorios farmacéuticos, sino también empresas distribuidoras y farmacias.
¿Afectó la operación del SINGREM la pandemia del COVID-19?
Sí, de diferentes maneras. Al igual que múltiples empresas y organismos, les pedimos a nuestros colaboradores con algún factor de riesgo que se quedaran en casa para no poner en riesgo su salud, lo que mermó sustancialmente nuestra plantilla, y por ende nuestra capacidad operativa.
Sin embargo, hemos venido recuperando el ritmo de nuestra actividad y estimamos recuperar los niveles de operación prepandemia, el próximo año.
De manera mensual, antes de la pandemia,el SINGREM recolectaba entre 50 y 60 toneladas de fármacos al mes, 625 toneladas al año, cifra que representa apenas el 30% de todos los medicamentos desechados anualmente.
Ahora, la pandemia de COVID-19 ha reducido la cantidad de desechos farmacéuticos recolectados entre un 15% y 20%, lo que significa que entre el 80% y el 85% de los medicamentos se desechan de manera incorrecta, causando afectaciones irreparables al medio ambiente y a la población, lo que facilita que muchos de estos medicamentos terminen en el mercado ilegal, causando daños a la salud y a la economía de quienes los compran y los consumen.
Al ser el SINGREM la única opción en nuestro país, necesitamos fortalecerlo. Desde el gobierno con medidas que garanticen el cumplimiento real de los compromisos por parte de todas las empresas obligadas (laboratorios, distribuidores y farmacias), para que estos agentes asuman su responsabilidad, con o sin sanciones, y que todos nosotros contribuyamos de manera responsable, desechando correctamente los medicamentos que tengamos en nuestros hogares.
Puede consultar más información sobre el programa y conocer la ubicación del contenedor más cercano a su hogar. Y recuerde que la acumulación de medicamentos caducos o sobrantes en el botiquín de nuestras casas conlleva riesgos innecesarios, favoreciendo la automedicación o el consumo de productos caducados.
Algunos datos relevantes sobre el impacto de la polución en la salud.
- Los padecimientos directamente relacionados con la polución ocasionaron aproximadamente 9 millones de muertes prematuras en 2015, cifra que representa el 16% de todas las muertes registradas en el mundo: 300% más fallecimientos que los causados por el SIDA, la tuberculosis y la malaria combinadas, y 150% más que todas las guerras y otras formas de violencia.
- Los resultados de un estudio publicado en The Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) con el título en inglés “Magnetite pollution nanoparticles in the human brain”, determinaron la presencia de una abundante cantidad de nanopartículas de magnetita en los cerebros humanos estudiados, las que coinciden, una a una, con las nanoesferas de magnetita de alta temperatura, creadas por la combustión y el calentamiento derivado de la fricción, presentes en el aire contaminado de las urbes.
- La contaminación ambiental, y las nano partículas que la componen, propician y potencializan, entre otras afecciones de gravedad, el desarrollo de cáncer de pulmón, accidentes cerebrovasculares e hipertensión arterial, lo que disminuye la calidad y expectativa de vida de quienes habitan en las grandes conglomeraciones urbanas, como la Ciudad de México.
- Un equipo de investigadores pertenecientes al Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), demostró que ésta también afecta la densidad ósea, su contenido mineral y a la vitamina D. El estudio concluye que existe una clara asociación entre la exposición a la contaminación aérea, y el deterioro de la salud y calidad de los huesos.
- Se demostró científicamente que, además de que la contaminación incrementa sustancialmente el riesgo y gravedad de un ictus, vivir en zonas con altos niveles de ruido incrementa hasta en un 30% las probabilidades de padecer un accidente cerebrovascular de mayor gravedad y con secuelas más complejas.
Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF.
Fuentes:
códigoF. (29 de septiembre del 2020).
Actualmente la contaminación mata a más personas a nivel mundial que todos los conflictos armados combinados.
códigoF. (29 de septiembre del 2020).
La contaminación atmosférica también daña al cerebro.
códigoF. (29 de septiembre del 2020).
La contaminación ambiental también afecta la densidad ósea.
códigoF. (29 de septiembre del 2020).
Además de la polución, la contaminación auditiva influye directamente en la gravedad de los accidentes cerebrovasculares.
Gobierno de México. (5 de noviembre del 2020).
Procuraduría Federal de Protección al Ambiente. Obligaciones de las empresas en materia de Residuos Peligrosos.
Corporación Punto Azul. (5 de noviembre del 2020).
Programa posconsumo de medicamentos humanos.
Sigue España. (5 de noviembre del 2020).
Por qué reciclar.
Red Iberoamericana de Programas de Consumo de Medicamentos. (5 de noviembre del 2020).
Quien la compone.
Organización Mundial de la Salud. (5 de noviembre del 2020).
Health emergencies represent some of the greatest risks to the global economy and security.