Cuando hace poco más de un año el presidente de los EE.UU. Donald Trump decidió retirar intempestivamente a su país del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés), el cisma puso en riesgo la continuidad de este proyecto que sentaba las bases de colaboración comercial entre diversos países.
Sin embargo, y acometiendo la aparentemente improbable supervivencia de TPP con tesón y clara visión política, los ministros de 11 naciones dieron vuelco a las negras perspectivas ocasionadas por la retirada de los EE.UU., firmando el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico o TPP11 (llamado así por tener 11 miembros participantes), el que constituye per se, uno de los acuerdos comerciales más importantes del mundo, conformando un mercado libre de aranceles de aproximadamente 500 millones de consumidores en tres continentes, los que agrupan casi la sexta parte del Producto Interno Bruto (PIB) mundial.
Los países que conforman el TPP11 son: México, Australia, Brunei, Canadá, Chile, Malasia, Nueva Zelanda, Perú, Singapur, Vietnam y Japón considerado el miembro con mayor poderío económico.
El nuevo CPTPP, tiene cuatro características principales:
- Mejorará el acceso a los mercados, eliminando o reduciendo las barreras arancelarias en 6 nuevos mercados e incrementando los beneficios preexistentes en 5 países con los que se habían firmado tratados previamente.
- Abordará nuevos desafíos comerciales, promoviendo la innovación, la productividad, la respetuosa y sana competencia.
- Fomentará el comercio incluyente, incorporando nuevos elementos que garantizarán que sin importar el nivel de desarrollo de la economía participante, y las empresas de cualquier tamaño (particularmente las PYMES), todos se beneficien del comercio.
- Creará y fortalecerá una plataforma de integración regional, la que potencializará el encadenamiento productivo, y la posibilidad de inclusión futura de otras economías.
La noticia de la firma del TPP11, con el que estas once naciones han demostrado su interés por mantener, desarrollar y fortalecer este importante acuerdo económico, llega en un extraordinario momento, ya que abre las posibilidades a nuestra nación para impulsar comercialmente sus productos a nuevos destinos, disminuyendo nuestra dependencia con los EE.UU., sobre todo durante el impasse al que la inflexible visión de Donald Trump y sus principales asesores están sometiendo al TLCAN.
No cabe duda que la firma del TPP11 es, además de una extraordinaria oportunidad para incrementar el número y variedad de nuestras exportaciones, una válvula de escape que le permitirá a los negociadores mexicanos del TLCAN, realizar su trabajo con menor presión, mientras los EEUU se dan cuenta que hay más vida allá de sus fronteras y existen otros países interesados en los productos mexicanos, los que gracias a su calidad han construido un sólido prestigio comercial.
El sector farmacéutico mexicano se verá beneficiado con el acceso privilegiado a los mercados de los países incluidos en el TPP11, lo que esperamos se vea reflejado en el fortalecimiento de la economía mexicana.