El laboratorio Sanaria desarrolla dos vacunas con una eficacia contra la malaria nunca antes obtenida.
Una de las enfermedades parasitarias más feroces, antiguas, y directamente responsable de cuando menos 409 mil muertes documentadas durante 2019, de las que aproximadamente 274 mil (67%) son de niños africanos, es la malaria o paludismo, enfermedad ocasionada por los parásitos del género Plasmodium, transmitidos a diversos vertebrados, entre ellos a los seres humanos, generalmente por la picadura de las hembras infectadas de diversas especies de mosquitos Anopheles, enfermedad que puede ser prevenida y curada.
Para ampliar el contexto, les comentamos que el ciclo vital del parásito requiere forzosamente dos huéspedes: un mosquito, denominado vector de transmisión (mecanismo que transmite un agente infeccioso) y un huésped vertebrado. Del parásito hay al menos diez especies que infectan al hombre, de las que cuatro provocan la malaria o paludismo: P. falciparum, P. malariae, P. ovale y P. vivax. Las tres primeras se encuentran en el Continente Americano, siendo la primera de ellas, la P. falciparum la más virulenta y responsable del mayor número de muertes.
Es importante anotar que alrededor del 40% de la población mundial vive en zonas afectadas por malaria, principalmente en los países de ingresos bajos, y dentro de ellos, las poblaciones más pobres y desprotegidas.
Si bien es cierto que la mayoría de los casos de malaria ocurren por transmisión vectorial, no es la única manera de contagio interhumana, ya que existen las siguientes vías de contagio alternas:
- Congénita, en la que una mujer gestante la transmite por vía placentaria al feto,
- por transfusiones sanguíneas de donantes que han padecido la enfermedad,
- por trasplante de órganos,
- al compartir agujas hipodérmicas generalmente por drogodependientes endovenosos o
- por mala praxis en centros de atención médica.
La malaria (del italiano medieval mal – malo- y aria – aire-) o paludismo (del latín paludis, genitivo del nombre palus, ‘ciénaga, pantano’ y de -ismo, en este caso acción o proceso patológico) es una enfermedad producida por parásitos del género Plasmodium, y transmitida por las hembras de varias especies de mosquitos Anopheles.
En la lucha contra esta antigua enfermedad, la que se estima que asola a los seres humanos desde hace aproximadamente 50 mil años, se han probado múltiples estrategias tanto preventivas como curativas.
- Mosquiteros tratados con insecticidas,
- Fumigación de interiores de viviendas (una o dos veces al año), con insecticidas de acción residual (FIAR),
- Toma de fármacos profilácticos capaces de detener la infección en su fase hemática evitando la enfermedad, los que generalmente utilizan quienes viajan a zonas de riesgo de alto contagio palúdico,
- La vacuna RTS,S/AS01 (RTS,S), primera que logró reducir aproximadamente el 40% la incidencia de la enfermedad, así como el paludismo potencialmente mortal, en niños africanos pequeños.
Sin embargo, las propuesta más alentadoras y firmes en el ámbito de la prevención son dos candidatas a vacuna, denominada PfSPZ-CVac (CQ) y PfSPZ-CVac (PYR), del laboratorio de investigación farmacéutica Sanaria, las que de acuerdo con un artículo publicado el 30 de junio en la revista Nature, con el título: “Two chemoattenuated PfSPZ malaria vaccines induce sterile hepatic immunity”, alcanzaron importantes resultados.
Con la inoculación de la PfSPZ-CVac (CQ), se consiguió proteger a seis voluntarios que fueron inoculados con una variante del parásito de la malaria al 100%, logro alcanzado hasta tres meses después de la última dosis, durante el ensayo de eficacia y seguridad de fase clínica 1 realizado por la citada compañía.
Con respecto a los resultados de un segundo estudio en el que se utilizó la candidata a vacuna PfSPZ-CVac (PYR), en la que se combina la vacuna con la pirimetina (PYR) (un fármaco utilizado para la prevención de la malaria estacional en preescolares africanos), se consignó que, además de bien tolerada, protegió al 82% de los 17 sujetos a los que se les administró la variante brasileña de parásitos, o de la vacuna africana, tres meses después de su última dosis.
Ambos protocolos de investigación han sido respaldados por los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés), y el soporte financiero del Fondo de la Unión Europea (UE) contra la malaria.
“La mutación del parásito usado en los estudios es un parásito brasileño del paludismo con una mayor variación genética que los parásitos africanos en la vacuna provenientes de 700 parásitos del paludismo de África. Se alcanzó la protección a una dosis que es 20% de la dosis de la primera generación de la vacuna contra el paludismo de la compañía”. Sanaria.
Es necesario acotar que es la primera ocasión en la que una vacuna consigue ofrecer una protección completa contra una variante del parásito de la malaria a tan largo plazo, después de la administración de la vacuna.
Al respecto, el profesor Martin Grobusch, director del Centro de Medicina Tropical y Medicina del Viaje de los Centros Médicos de la Universidad de Amsterdam, comentó entusiasmado: “Estos resultados representan un progreso extremadamente importante, no anticipado por la mayoría de los expertos en malaria. Hasta hace poco, los desarrolladores de vacunas contra la malaria buscaban lograr una protección de alto nivel contra los parásitos de la malaria no variantes, a menudo solo dos o tres semanas después de la vacunación, y la inmunidad disminuía a partir de entonces. El hallazgo de una protección del 100% contra las variantes de parásitos que son tan divergentes de los parásitos de la vacuna a los tres meses no tiene precedentes. Este enfoque de vacuna debería avanzarse ahora como una herramienta potencial para proteger a los viajeros a África y desarrollarse aún más para la prevención de la malaria en las poblaciones africanas”.
Con respecto a la situación que guarda este padecimiento en nuestro país, Lorena González López, académica del Departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), declaró: “Podemos decir que el país se encuentra en una fase de preeliminación del paludismo cumpliendo con la meta de la OMS de permanecer con una incidencia menor a los mil casos, llegando en los últimos años a 609, en el 2019; y 345, en el 2020. No se han reportado defunciones relacionadas a este padecimiento desde 1998”.
Sin embargo, comentó que muchos de los casos se relacionan con la migración y la movilidad de las personas, señalando que las entidades en los que se presentan más casos de malaria son: Chiapas, Oaxaca, Nayarit-Durango y Sinaloa-Sonora.
Aún queda mucho camino por recorrer, pero un respaldo investigativo previo de más de una década, y los positivos resultados nunca vistos, impulsarán el avance de la lucha científica contra la malaria.
Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF.
Fuentes:
National Institutes of Allergy and Infectious Diseases. (30 de junio del 2021).
Investigational Malaria Vaccine Gives Strong, Lasting Protection.
Sanaria. (30 de junio del 2021).
SANARIA VACCINE TRIAL RESULTS DEMONSTRATE UNPRECEDENTED PROGRESS IN WORLDWIDE BATTLE AGAINST VARIANT MALARIA PARASITES.
Nature. (30 de junio del 2021).
Two chemoattenuated PfSPZ malaria vaccines induce sterile hepatic immunity.
Organización Mundial de la Salud. (30 de noviembre del 2020).
Paludismo.
Fundación IO. (s.f.).
Anopheles.
Universidad Nacional Autónoma de México, Dirección General de Comunicación Social. (24 de abril del 2021).
Aún se registran casos de malaria o paludismo en México.