En una cada vez más reñida y politizada carrera por la búsqueda de la vacuna contra el SARS-CoV-2, más de 125 proyectos farmacológicos y miles de investigadores, respaldados en algunos casos por miles de millones de dólares de financiamiento, compiten denodadamente por encontrar la salida al laberinto sanitario, económico, político y social erigido por la pandemia de COVID-19.
Mientras algunas propuestas de vacuna han abordado y superado rápidamente las primeras dos fases de investigación clínica y han iniciado o están por iniciar la Fase III de estudios clínicos, en la que probarán en un universo mucho más amplio de participantes sus fármacos, hay otros proyectos que, ya sea por haber empezado tardíamente la búsqueda, partir de plataformas de I+D convencionales, o no contar con el respaldo financiero, tecnológico, humano, político y mediático que las impulse con celeridad, van quedándose rezagadas en una competencia que, de cumplirse las altas expectativas planteadas por los más poderosos participantes, podría alcanzar tentativamente su cenit hacia finales de este año.
Los millonarios financiamientos destinados a facilitar el importante trabajo de los equipos investigativos provienen de múltiples fuentes, ya sea estatales, privadas, de organismos o fundaciones filantrópicas con proyección global, como la Alianza Mundial para Vacunas e Inmunización (GAVI, por sus siglas en inglés), Fundación Bill y Melinda Gates, Acelerador de Acceso a Herramientas COVID-19 (ACT) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), apoyan con mayores recursos técnicos y/o financieros los proyectos que aparentemente alcanzarán resultados positivos en el corto plazo.
Entre todos los competidores, destacan el laboratorio norteamericano Moderna, la Universidad de Oxford, Sinopharm y la Academia China de las Ciencias, el Instituto de Biotecnología de Pekín en sociedad con la compañía CanSino Biologics, Sinovac Biotech, Inovio y BioNTech / Fosun Pharma / Pfizer, los que abordarán en breve la determinante Fase III de estudios clínicos a gran escala, para lo que necesitan reclutar a decenas de miles de participantes informados con el perfil necesario, para validar la eficacia y seguridad del fármaco en cuestión.
La Fase III requiere sujetos que en su vida cotidiana se encuentren expuestos al contagio del virus, lo que por el estadio que guarda la pandemia en algunos de los países sede de los laboratorios, no siempre es posible cumplir.
“Es absolutamente extraordinario cuánto se ha hecho en 6 meses, pero hay un viejo adagio, a todos les encanta colaborar a menos que quieran ganar”. Wayne Koff, director del Proyecto de Vacunas Humanas sin fines de lucro y ex-director del programa de vacuna contra el VIH en el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID).
Es por ello que, y a modo de ejemplo real, les informamos que el laboratorio chino Sinovac Biotech llegó a un acuerdo con el gobierno de Brasil (país que ocupa el primer lugar en contagios en América Latina y segundo en el mundo después de los EE. UU.), para reclutar y probar en su territorio su prototipo de vacuna. Por su parte, los Estados Unidos de Norte América utilizarán la infraestructura con la que cuentan en hospitales y universidades para el estudio de las vacunas contra el VIH y la gripe, actualmente supervisada por la Red de Prevención COVID-19 de la operación Warp Speed, una iniciativa gubernamental que busca que los EE. UU. se aseguren la medalla dorada de esta competencia científica e impulsar paralelamente la reelección del errático y confrontativo Donald Trump, a quien se le responsabiliza en mayor medida del incorrecto manejo de la pandemia en la economía más poderosa del planeta.
Por otra parte, la OMS tiene en funcionamiento una estructura de investigación clínica denominada Solidarity, en la que a diferencia de Warp Speed, la que no incorpora en sus protocolos a los proyectos vacunales chinos, no discrimina competidores por cuestiones políticas.
Para probar la o las vacunas que la OMS considere mejores candidatas, y ante la complejidad de encontrar zonas con una alta densidad estable de contagios, la Organización adoptará la estrategia desarrollada en conjunto con Ana María Henao Restrepo (oficial médico de la Iniciativa para la Investigación de Vacunas del Departamento de Inmunización, Vacunas y Productos Biológicos de la Organización Mundial de la Salud), utilizada en los ensayos de la vacuna contra el Ébola en Guinea en 2015 y después en la República Democrática del Congo (RDC), en la que equipos de vacunación previamente entrenados, se trasladan rápidamente a las zonas con brotes activos para inmunizar, bajo protocolos verificables, al número de personas requeridas para que las pruebas tengan validez.
Es necesario considerar, sin embargo, qué tipo de meta debería alcanzar en primera instancia la vacuna ganadora. Por supuesto que todos queremos que evite al 100% la posibilidad de contraer la infección, pero siendo honestos, este logro puede ser difícil de conseguir en tan corto plazo, aunque existen otras metas nada despreciables. Al respecto, Wayne Koff planteó las siguientes preguntas, ¿qué esperamos que la vacuna consiga ser?: ¿El punto final de la infección, el punto final de la transmisión, que prevenga una enfermedad moderada o prevenga la enfermedad grave?, todos ellos valiosos logros.
En este sentido, es necesario ser prudentes y entender que la realización de la Fase III de investigación clínica no arrojará datos confiables de inmediato. En primer lugar, será necesario que cada uno de los laboratorios competidores inocule con su vacuna a una media de 25 000 personas, y espere alrededor de seis meses para obtener resultados confiables acerca de su eficacia, seguridad e inocuidad.
Es por ello que llama poderosamente la atención y prende las señales de la prudencia, que AstraZeneca informe que empezará a fabricar el prototipo de la vacuna de la Universidad de Oxford paralelamente a la realización de la Fase III, asegurando que de no superar las expectativas destruirá totalmente la producción. Si bien es cierto que las economías y los sistemas sanitarios locales y globales están presionando fuertemente a las corporaciones investigadoras para alcanzar resultados positivos en un plazo que tradicionalmente era impensable, consideramos que no se deben recortar aún más los tiempos necesarios para desarrollar confiablemente un fármaco de tanta importancia y trascendencia.
El otro punto a considerar es la distribución global y equitativa de la vacuna (cuando llegue), así como el costo de la misma, ya que para los países de ingresos medianos y bajos esto podría ser un freno que impidiera, o cuando menos ralentizara, los programas de vacunación masiva para evitar rebrotes de la infección.
Es necesario considerar que la experiencia acumulada durante décadas de acciones vacunales a nivel mundial asegura que para evitar la dispersión de una enfermedad contagiosa se requiere que al menos el 70% de las personas de un grupo humano determinado estén debidamente vacunados, cifra que por tratarse una pandemia global constituye un reto extraordinario.
De acuerdo con la información proporcionada por el World Fact Book de la CIA 2020, la población actual es de 7,684 millones de personas, por lo que la meta vacunal mínima ideal del 70% ascendería a la cifra de 5,378 millones de seres humanos.
Es necesario considerar fríamente lo siguiente: ¿qué tiempo será necesario para fabricar esta cantidad de dosis (suponiendo que únicamente se necesite solamente una inmunización y no haya necesidad de reforzarla), en cuánto tiempo podrían distribuirse a todos los países del orbe, y en cuántos meses, o años, pueden ser vacunadas 5 378 millones de personas? O ¿cómo decidir a quienes vacunar y a quienes no?
Paralelamente, hay que tener presente la oposición de los grupos antivacunas y de miles de personas más que consideran que este virus y la vacuna, forman parte de una estrategia que busca controlar y someter a la humanidad, por lo que presumiblemente se opondrán, como ya lo han hecho, a ser vacunados, lo que complicaría el cumplimiento de los programas establecidos para tal efecto.
Lo cierto es que como humanidad necesitamos desarrollar en muy corto plazo, un espíritu de solidaridad colaborativa que nos permita enfrentar este reto y los que estén por venir.
Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF.
Fuentes:
Science. (17 de junio).
‘It’s really complicated.’ United States and others wrestle with putting COVID-19 vaccines to the test. By Jon Cohen. Jun. 12, 2020 , 1:35 PM.
Moderna. (17 de junio).
Moderna Announces Positive Interim Phase 1 Data for its mRNA Vaccine (mRNA-1273) Against Novel Coronavirus.
AstraZeneca. (17 de junio).
AstraZeneca advances response to global COVID-19 challenge as it receives first commitments for Oxford’s potential new vaccine.
University of Oxford. (17 de junio).
Oxford COVID-19 vaccine to begin phase II/III human trials.
Science. (17 de junio).
Doubts greet $1.2 billion bet by United States on a coronavirus vaccine by October. By Jon Cohen. May. 22, 2020 , 7:20 PM.
The Lancet. (17 de junio).
Safety, tolerability, and immunogenicity of a recombinant adenovirus type-5 vectored COVID-19 vaccine: a dose-escalation, open-label, non-randomised, first-in-human trial.
BBC / NEWS Mundo. (17 de junio).
Coronavirus | «Brecha de inmunización»: el riesgo de que los países ricos acaparen la vacuna contra el covid-19. Fernando Duarte. BBC World Service.
Noticias ONU. (17 de junio).
Hay más de 120 vacunas contra el coronavirus en pruebas.
20 minutos. (17 de junio).
Estos son los ocho proyectos que encabezan la carrera mundial por la vacuna para la Covid-19.