El pasado 1 de diciembre, la revista Science Advances, publicó una nota sobre la creación de una nueva tinta para impresión 3D, la que en su formulación incorpora una bacteria viva, lo que le confiere cualidades y aplicaciones únicas para la medicina.

El 2 de febrero de este año, publicamos en códigoF un artículo sobre un equipo de científicos españoles que desarrollaron tecnología para imprimir en 3D piel humana viva, utilizando como tintas los elementos que conforman el órgano más grande del cuerpo humano. Meses después, el 30 de mayo, divulgamos una nota sobre la fabricación 3D de unos ovarios impresos con una gelatina obtenida del colágeno de cerdos, los que posteriormente fueron injertados en hembras ratones previamente esterilizadas, y que gracias a la perfecta asimilación en su organismo, pudieron nuevamente ovular, concebir, dar a luz y amamantar a sus crías con absoluta normalidad.

Ambos casos son espectaculares, pero la noticia publicada por esta prestigiosa revista, en la que se informa que la tinta con la que es alimentada esta impresora 3D tiene bacterias vivas integradas, es fantástica.

Gracias a esta novedosa tecnología, las impresoras 3D que utilicen esta tinta, llamada “Flink” por sus creadores, (un equipo de científicos suizos e irlandeses) tendrán la posibilidad de producir materiales tridimensionales vivos, con la capacidad de degradar toxinas, facilitar el trasplante de órganos (minimizando el rechazo provocado por la acción del sistema inmunitario) y producir celulosa bacteriana con cualidades médicas, entre otras cosas.

Con la nueva tinta, los investigadores podrán imprimir cualquier tipo de material 3D derivados de bacterias, incluidos los que requieran tener elasticidad, mucho más complejos que los rígidos.

“Hemos desarrollado una plataforma de impresión en tercera dimensión que permite la fabricación aditiva de arquitecturas vivas complejas 3D con hidrogeles cargados de bacterias con localización completa y control de las mismas. Haciendo uso de la libertad que proporciona esta técnica de impresión y la actividad metabólica de las bacterias, se tiene la capacidad única para crear materiales vivos derivados de bacterias con funcionalidades sin precedentes, lo que inaugura una nueva dimensión a la impresión 3D”.

En la fabricación de Flink, los investigadores incorporaron la bacteria Acetobacter xylinum, productora de celulosa, la que puede ser utilizada para la fabricación de andamios de reemplazos de la piel y recubrimientos de dispositivos biomédicos, ayudando a evitar el rechazo de órganos, aunque aclaran que se puede incorporar cualquier otra bacteria o combinación de bacterias, ampliando con ello el tipo y características de materiales vivos impresos.

Fuentes:

Science Advances.
3D printing of bacteria into functional complex materials.

códigoF.
Científicos españoles desarrollan una bio-impresora capaz de fabricar piel humana.

códigoF.
Una prótesis ovárica, impresa en 3D restablece la función reproductiva en ratones…