El primero  de diciembre se conmemoró el Día Mundial del SIDA, convocado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y por ONUSIDA, bajo el lema “Mi salud, mi derecho”, enfocado no solamente en los derechos irrenunciables que poseen las personas que padecen esta enfermedad, si no en los cruentos desafíos a los que se enfrentan para hacerlos valer, en contra de la ignorancia, la segregación, el aislamiento y la falta de oportunidades a las que los condenan todavía, un elevado número de personas a nivel global, haciendo aún más compleja su vida.

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA), que en su seno agrupa a 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial), y trabaja estrechamente con múltiples asociados mundiales y nacionales, busca liderar e inspirar al mundo para alcanzar, a más tardar en 2030, la meta global de cero nuevas infecciones por VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con este padecimiento, meta incluida en los Objetivos de Desarrollo Sostenible para finales del tercer decenio del siglo XXI.

A este respecto, el director ejecutivo de ONUSIDA ha hecho un llamado por el establecimiento de una coalición mundial para la prevención y una hoja de ruta hacia el 2020.

Las acciones de esa coalición para alcanzar los objetivos y compromisos de prevención de la Declaración Política de 2016 son: crear una plataforma en la que los responsables de las políticas, los directores de los programas y la sociedad civil puedan fortalecer su compromiso político; definir los pasos fundamentales y los objetivos que garanticen que la ampliación de los programas de prevención, en el contexto de la prevención mundial, sean eficaces; y fomentar una mayor responsabilidad de las partes interesadas, así como reforzar el apoyo técnico de los programas de prevención del VIH.

Concluimos esta nota rescatando el siguiente concepto del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966: “El derecho a la salud es el derecho de todos a disfrutar de una salud mental y física de acuerdo con los estándares más altos posibles, lo que incluye el derecho de todas las personas a tener acceso oportuno a la prevención y el tratamiento de sus enfermedades, a tomar decisiones sobre su propia salud y a que se los trate con respeto y dignidad sin ser discriminados”.

Fuente:

ONUSIDA.
My health, my right.