“Es hora de ver cómo la economía puede apoyar el objetivo social del bienestar, como una inversión que es la base de economías productivas, resilientes e inclusivas”. Dr. Rüdiger Krech, Director de Promoción de la Salud de la OMS

No cabe duda que la historia moderna de los seres humanos está y estará indisolublemente ligada a la pandemia de COVID-19 en la que aún estamos inmersos, y que nos ha obligado, como individuos, familias, sociedades, países y humanidad, a revisar lo que hemos logrado, y ponderar la consecución de los temas sanitarios y de seguridad que hemos dejado pendientes en el camino, y que ahora adquieren una nueva dimensión.

Este prolegómeno da pie a los temas tratados en la Décima Conferencia Mundial sobre Promoción de la Salud avalada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), realizada virtualmente del 13 al 15 de diciembre de 2021, la que contó con más de 4500 participantes, y en la que se planteó seriamente la necesidad de dar inicio a un movimiento mundial que modifique positivamente el concepto de bienestar, alentando a los diferentes sectores a colaborar, para enfrentar oportunamente y con mayor oportunidad y solvencia los desafíos sanitarios globales que inevitablemente habremos de enfrentar, ayudando a que las personas asuman el control de su salud y de sus vidas.

Al respecto, el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS, comentó: “La salud no comienza en un hospital ni en una clínica. Comienza en nuestros hogares y comunidades, con los alimentos que comemos y el agua que bebemos, el aire que respiramos, en nuestras escuelas y en nuestros lugares de trabajo. Tenemos que cambiar fundamentalmente la forma en la que los líderes políticos, el sector privado y las instituciones internacionales piensan y valoran la salud, y promover un crecimiento basado en la salud y el bienestar de las personas y el planeta, de los países de todos los ingresos”.

La Carta de Ginebra para el Bienestar suscrita en la Décima Conferencia Mundial sobre Promoción de la Salud, la que a su vez se basa en la Carta de Ottawa para la Promoción de la Salud, y el legado de nueve conferencias mundiales sobre promoción de la salud, destaca la necesidad de establecer compromisos globales para alcanzar resultados sociales y de salud equitativos, sustentables ahora y para las generaciones futuras, sin destruir la salud de nuestro planeta.

Idealmente, esta carta impulsará a los responsables políticos y líderes mundiales a adoptar este enfoque y comprometerse con acciones concretas, describiendo los elementos necesarios para construir una “sociedad del bienestar”, y las medidas indispensables para prevenir y responder mejor a las múltiples crisis ecológicas y de salud que enfrentamos a nivel mundial, identificando áreas de acción clave e instrumentos para su implementación.

El documento incluye cinco acciones clave:

  • Diseñar una economía equitativa que sirva al desarrollo humano dentro de los límites planetarios;
  • Crear políticas públicas orientadas al bien común;
  • Lograr la cobertura sanitaria universal;
  • Abordar la transformación digital para contrarrestar el daño y el desempoderamiento, además de fortalecer los beneficios;
  • Valorar y preservar el planeta.

Nos parece que ante la dura experiencia ocasionada por la pandemia de COVID-19, colocar a la salud en el primer lugar de las prioridades de cada nación, entendiendo que la misma es la piedra angular de un ecosistema amplio, en el que confluyen e interactúan factores ambientales, sociales, económicos y políticos, debe ser visto como la mejor inversión para un mejor futuro común, en el que la cobertura sanitaria universal se fundamente en una sólida atención primaria de salud que promueva la estabilidad social, económica y política.

Por: Manuel Garrod. Miembro del Comité Editorial de códigoF.

Fuente

Organización Mundial de la Salud. (15 de diciembre del 2021).
10th Global Conference on Health Promotion charters a path for creating ‘well-being societies’.