Un de tema de importancia, que afecta los niveles, sanitario, funcional y estético es conseguir que los pacientes alcancen una cicatrización rápida, correcta y sana, la que idealmente no deje ninguna huella ni limitación física o emocional.
Buscando revolucionar los procedimientos externos de apoyo para la cicatrización actuales, un equipo de investigadores, inspirados en el proceso de curación rápida de lesiones observado en embriones animales, desarrollaron un nuevo apósito para la sanación de heridas similar a una gelatina, la que se contrae con el calor de la piel, uniendo los bordes de la piel dañada.
Los desarrolladores comentan que a diferencia de los vendajes tradicionales para heridas como las gasas y las vendas de tela, las que promueven una curación pasiva, manteniendo la piel humectada y al medicamento tópico sobre la lesión, el nuevo apósito (aún sin nombre) es proactivo, ya que al utilizar materiales sensibles a la temperatura (que juntan el tejido dañado de manera natural), y nanopartículas de plata que previenen el desarrollo y eliminan a los microbios, evitando la infección, consiguen una curación rápida, sin costuras ni cicatrices.
Vale la pena aclarar que para la curación de heridas en seres adultos, los queratinocitos (células predominantes de la epidermis que contienen una proteína muy dura llamada queratina) se arrastran lentamente a través de la lesión para cubrir el área dañada, a diferencia de lo que ocurre cuando un embrión es herido en el laboratorio, él que se cura rápida y eficientemente, gracias a que los filamentos delgados de una proteína llamada actina, “ensamblan” rápida y eficientemente los bordes de la herida.
Para el desarrollo del apósito gelatinoso, los científicos agruparon al alginato (una sustancia gelatinosa obtenida de las algas); un polímero que se contrae aproximadamente a los 32 oC. (la piel humana normalmente tiene una temperatura de 37 oC); el quitosano, una molécula de azúcar larga y lineal proveniente del exoesqueleto de los mariscos (capaz de penetrar en la piel y en el hidrogel, vinculándolos); nanopartículas de plata como antimicrobiano (los iones de plata son mortales para la mayoría de las bacterias causales de infecciones), y otros agentes de unión, los que en suma consiguen que el apósito alcance, además de sus cualidades terapéuticas, un 170% más de adherencia que otros, lo que garantiza su permanencia en el área lesionada.
Las pruebas del apósito gelatinoso, realizadas en heridas provocadas a ratones de laboratorio, demostró una mejor y más rápida curación que en los que no se utilizó, lo que resulta ampliamente prometedor.
Otra de las ventajas de este nuevo apósito es su economía. Mientras que las materias primas para la fabricación de una pieza de vendaje con células vivas cuestan aproximadamente $154 USD, las de éste adminículo importan alrededor de $0.14 USD, comparando tamaños equivalentes.
Una de las posibles aplicaciones de este nuevo apósito es el tratamiento de heridas en personas diabéticas, lesiones extremadamente difíciles de curar, y/o sumamente peligrosas. Aún queda un largo camino investigativo por recorrer y los desarrolladores consideran que estos nuevos materiales podrán encontrar una amplio campo de aplicación en la medicina regenerativa, para el tratamiento de heridas en otros tejidos epiteliales como el intestino, pulmones e hígado, la administración de fármacos, y como componentes de terapias basadas en robótica blanda.