La meta: Salvar al año la vida de más de 200 mil personas que fallecen por esta enfermedad.
Si bien es cierto que la pandemia de COVID-19 tiene prácticamente copadas todas las noticias referentes al ámbito de la salud, hay otros temas de vital importancia que también requieren acciones inmediatas.
Entre otras iniciativas, vale la pena destacar la Primera Estrategia Mundial para Derrotar a la Meningitis, avalada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y sus asociados, y cuya principal meta es la de reducir las muertes en un 70% y el número de casos a la mitad, lo que de cumplirse, salvaría la vida de más de 200 mil personas que esta enfermedad se cobra al año.
La meningitis es una inflamación del líquido y las membranas (meninges) que rodean el cerebro y la médula espinal. La inflamación ocasionada por la meningitis desencadena generalmente signos y síntomas como dolor de cabeza, fiebre y rigidez en el cuello, y en algunos casos puede llegar a ser mortal.
Al respecto, el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS., declaró: “Dondequiera que se produzca, la meningitis puede ser letal y debilitante; ataca rápidamente, tiene graves consecuencias sanitarias, económicas y sociales, y provoca brotes devastadores. Ha llegado el momento de hacer frente a la meningitis en todo el mundo de una vez por todas, ampliando urgentemente el acceso a las herramientas existentes, como las vacunas, encabezando nuevas investigaciones e innovaciones para prevenir, detectar y tratar las diversas causas de la enfermedad, y mejorando la rehabilitación de los afectados”.
Algunos datos sobre la enfermedad
- Los casos de meningitis pueden tener su origen en infecciones virales, bacterianas, parasitarias y micóticas.
- Las infecciones virales son la causa más común de meningitis, seguidas de las infecciones bacterianas y, en raras ocasiones, las infecciones por hongos y parásitos. Ya que las infecciones bacterianas pueden ser mortales, es esencial identificar lo antes posible la causa.
- Las cepas bacterianas más comunes que pueden provocar meningitis bacteriana aguda son: Streptococcus pneumoniae (neumococo), Neisseria meningitidis (meningococo), Haemophilus influenzae (hemófilo) y Listeria monocytogenes (listeria).
- La meningitis viral es generalmente leve y a menudo desaparece por sí sola. Los agentes causales son en su mayoría el grupo de virus conocidos como enterovirus, el virus del herpes simple, el virus de la inmunodeficiencia humana, el virus de las paperas, el virus del Nilo Occidental, y algunos otros.
- Los organismos de crecimiento lento (como los hongos y la bacteria Mycobacterium tuberculosis) que invaden las membranas y el líquido que rodea al cerebro causan meningitis crónica.
- La meningitis micótica puede ser similar a la meningitis bacteriana aguda, y generalmente se contrae al inhalar esporas de hongos localizados en el suelo, la madera en descomposición y los excrementos de aves. No es contagiosa.
- Hay una meningitis poco frecuente denominada eosinofílica, causada por parásitos, por una infección por tenia en el cerebro (cisticercosis) o malaria cerebral. Generalmente, las personas se infectan cuando ingieren alimentos contaminados con estos parásitos. No se transmite entre personas.
- La meningitis también puede no estar relacionada con alguna infección, siendo ocasionada por reacciones químicas, alergias a medicamentos, algunos tipos de cáncer y enfermedades inflamatorias como la sarcoidosis.
“La Hoja de Ruta Mundial con miras a Derrotar la Meningitis para 2030 demuestra lo que se puede lograr cuando una necesidad mundial se satisface mediante una acción mundial. Los progresos en la lucha contra la meningitis han estado estancados durante demasiado tiempo; trabajando juntos, podemos superar la enfermedad que ha costado tantas vidas en países de todo el mundo. PATH se enorgullece de haber participado en la elaboración de la hoja de ruta y se compromete a impulsar soluciones vacunales asequibles y equitativas para derrotar la meningitis”. Nikolaj Gilbert, Presidente y Director Ejecutivo de PATH.
Síntomas
Los síntomas iniciales de la meningitis en cualquier persona mayor de 2 años pueden ser similares a los de la gripe (influenza), pudiendo manifestarse durante varias horas o unos días.
- Fiebre alta repentina.
- Rigidez en el cuello.
- Dolor de cabeza intenso que se diferencia de los comunes.
- Dolor de cabeza con náuseas o vómitos.
- Confusión o dificultad para concentrarse.
- Convulsiones.
- Somnolencia o dificultad para caminar.
- Sensibilidad a la luz.
- Falta de apetito o sed.
- Erupción cutánea (a veces, como en la meningitis meningocócica).
Signos en los recién nacidos y bebés
- Fiebre alta.
- Llanto constante.
- Somnolencia o irritabilidad excesivas.
- Dificultad para despertar del sueño.
- Inactividad o pereza.
- No despertarse para comer.
- Alimentación deficiente.
- Vómitos.
- Una protuberancia en el punto blando (fontanela) en la parte superior de la cabeza del bebé.
- Rigidez en el cuerpo y el cuello.
Es necesario mencionar que hay diversas vacunas que protegen contra la meningitis, como la vacuna antimeningocócica, la vacuna contra el Haemophilus influenzae de tipo b y la vacuna antineumocócica, pero como ocurre lamentablemente en otros casos, no todas las personas tienen acceso sencillo, oportuno y equitativo a las vacunas, y muchos países no las incluyen en sus programas nacionales de vacunación.
La Dra. Matshidiso Moeti, Directora Regional de la OMS para África asegura que: “Más de 500 millones de africanos corren el riesgo de sufrir brotes estacionales de meningitis, pero la enfermedad ha estado fuera del radar durante demasiado tiempo. Este cambio de la lucha contra los brotes a la respuesta estratégica tiene que darse cuanto antes. Esta hoja de ruta ayudará a proteger la salud y la vida de cientos de miles de familias que cada año temen sufrir esta enfermedad”.
La estrategia mundial para derrotar a la meningitis tiene las siguientes prioridades.
- Alcanzar una alta cobertura vacunal en el menor tiempo posible, desarrollar nuevas vacunas asequibles y mejorar sustancialmente las estrategias de prevención, así como la respuesta oportuna a los brotes.
- Mejorar el diagnóstico rápido y el tratamiento óptimo de los pacientes.
- Mantener un acervo de datos: amplio, actual y de fácil acceso, que permita orientar los esfuerzos de prevención y control.
- Ofrecer atención y apoyo amplio y oportuno a los afectados, centrándose en el reconocimiento precoz y en la mejora del acceso a la atención y el apoyo con respecto a las secuelas.
- Ampliar la promoción de los compromisos para crear una mayor conciencia sobre la meningitis, la rendición de cuentas respecto de los planes nacionales y la afirmación del derecho a los servicios de prevención, atención y cuidados ulteriores.