El pasado 3 de julio publicamos en códigoF una nota sobre la investigadora Margarita Salas, en la que les informábamos que recientemente había sido ganadora del Premio al Inventor 2019 “Logro de Toda una Vida”, y el Premio Popular (votado vía internet por el público en general), reconocimientos otorgados anualmente por la Oficina Europea de Patentes (OEP), los que la erigieron de facto como la primera persona en ser galardonada en ambas categorías.
Hoy les comunicamos con tristeza que Margarita Salas, quien entre otros importantísimos logros descubrió que el virus bacteriano ø29 podría crear una enzima, conocida como ø29 ADN polimerasa, capaz de ensamblar moléculas de ADN con mayor celeridad y precisión que otras alternativas (menos de un error en un millón de pares de bases), hallazgo que impulsó el desarrollo de innovadoras aplicaciones para la realización de pruebas de ADN, utilizando pequeñas cantidades de material genético, falleció el 7 de noviembre en Madrid, España.
Margarita Salas, marquesa de Canero, era doctora en Bioquímica por la Universidad Complutense; profesora ad honorem del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa del CSIC (España), del que fue directora (1992-1993) y profesora de investigación (1974-2008). Doctora honoris causa por doce universidades españolas, (la última, Carlos III de Madrid, en septiembre de 2018). En octubre de ese mismo año la Universidad Pontificia de Salamanca aprobó concederle el mismo galardón. También fue miembro de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.
Otros datos interesantes sobre la trayectoria profesional de Margarita Salas son el de haber sido la primera mujer española en obtener el ingresó en la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, pertenecer a la European Molecular Biology Organization, a la Academia Europaea, a la American Academy of Microbiology y a la American Academy of Arts and Sciences, y haber recibido, entre otras distinciones más, el Premio Rey Jaime I de Investigación (1994), el Premio de Investigación e Innovación Tecnológica de la Comunidad de Madrid (1998), el Premio Nacional de Investigación Santiago Ramón y Cajal (1999), la Medalla del Principado de Asturias (1997), la Medalla de Oro de la Comunidad de Madrid (2002), la Medalla de Honor de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (2003), la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio (2003), la Medalla de Honor de la Universidad Complutense (2005) y la Medalla de Oro del Mérito al Trabajo (2005). En octubre de 2014 el Consejo General de Colegios Oficiales de Químicos de España le concedió el Premio a la Excelencia Química.