El próximo 7 de abril se celebra el Día Mundial de la Salud, fecha elegida para conmemorar de manera proactiva la fundación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1948.
Como todos los años desde 1950, la OMS elige para la celebración del Día Mundial de la Salud un tema de alta prioridad en el ámbito de la salud, a fin de darle una mayor exposición con el fin de motivar al público en general a conocer más sobre el tópico en cuestión e involucrarse activamente en su solución.
Este año, la OMS ha elegido la depresión como tema único para la celebración de este evento.
¿Qué es la depresión?
Mucho se habla de la depresión, pero su desconocimiento, los mitos, los prejuicios, el estigma y la incomprensión hacia quienes la padecen, son enormes.
La depresión, que no debe confundirse con una tristeza pasajera, ni con falta de carácter o de debilidad emocional, provoca que las personas pierdan el interés y la motivación por todo aquello que antes las satisfacía, las motivaba y les daba una razón para luchar, seguir esforzándose y disfrutar de la vida.
La depresión es uno de los padecimientos más extendidos a nivel mundial y a diferencia de otras enfermedades no contagiosas no está asociada necesariamente con los niveles de ingresos, el desarrollo político, social y educativo de los países ni con la religión, aunque sí con el género, ya que las mujeres son más propensas a padecerla que los hombres.
En términos generales, podemos decir que la depresión es un padecimiento multifactorial que incluye factores genéticos, biológicos, ambientales y psicológicos, que desencadenan un desequilibrio químico a nivel del sistema nervioso central, cuyos efectos impactan negativa y destructivamente todas las esferas de la vida de una persona y aunque existen diferentes alternativas para su tratamiento, como la psicoterapia, la psiquiatría y la farmacoterapia, más del 50% de quienes la padecen no reciben tratamiento ni apoyo alguno para enfrentar su padecimiento, porcentaje que en algunos países alcanza la aterradora cifra del 90%.
Algunas cifras sobre la depresión
De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud, la depresión afecta a más de 300 millones de personas a nivel global, de las que alrededor de 800 mil se suicidan anualmente en el mundo por este motivo.
El periodo de edad en el que las personas son más propensas al suicidio (no exclusivamente por depresión) es entre los 15 y 29 años de edad, lo que hace del suicidio la segunda causa de muerte en estos grupos.
Según información del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), en nuestro país la tasa de suicidios en este segmento de edad (15-29) es de 13.5 suicidas por cada 100,000 personas, con una mayor y marcada prevalencia del género masculino sobre el femenino.
De acuerdo con Mental Health America, la depresión clínica provoca tan sólo en EE.UU. pérdidas de hasta 44 mil millones de dólares por año, causadas por días de trabajo no laborados, índices menores de productividad y otras pérdidas asociadas.
¿Cómo identificar a la depresión?
Algunos de los síntomas de la depresión, que vale la pena aclarar pueden presentarse o no simultáneamente durante un período mayor a dos semanas son:
- Sentimientos de profunda tristeza, soledad, aislamiento y vacío existencial.
- Profunda pérdida del interés por personas y actividades que antes eran altamente satisfactorias, incluyendo las relaciones sexuales.
- Incremento o pérdida del apetito y como consecuencia incremento o perdida de peso.
- Desórdenes del sueño. No poder dormir o dormir demasiado.
- Sentirse constante y excesivamente fatigado.
- Sentir que no hay esperanza, volverse extremadamente irritable, ansioso y desarrollar profundos sentimientos de culpa.
- Padecer dolores de cabeza y en general físicos, calambres o problemas digestivos.
- Creer que uno no vale nada y que a nadie le interesa.
- Pensar reiteradamente en la muerte o en el suicidio.
Dependiendo del número y la intensidad de los síntomas, los episodios depresivos se clasifican como leves, moderados o graves.
Vale la pena puntualizar que las personas con episodios depresivos leves, probablemente puedan continuar (aunque con dificultades) con sus actividades laborales y sociales cotidianas; en contraparte, para los que padecen un episodio depresivo grave es prácticamente imposible que realicen sus actividades sociales, laborales o domésticas, o si lo hacen, será con enorme limitación y sufrimiento.
En cualquier caso, es esencial destacar que ni el diagnóstico, ni la decisión de tratamiento pueden ser tomadas por el enfermo, familiares o amigos y que recurrir oportunamente a un especialista es fundamental.
Es importante sumar nuestra sensibilidad para apoyar el Día Mundial de la Salud, ayudando a difundir la urgente necesidad de entender más sobre la depresión, y apoyar firmemente a quienes la padecen, ayudándoles a recuperar la confianza, la esperanza y los deseos de vivir.
A propósito del tema, les compartimos el video (subtitulado en español) “I had a black dog, his name was depression”, patrocinado por la Organización Mundial de la Salud, que aborda el tema de la depresión y que de manera muy sencilla y emotiva explica lo que es vivir con la depresión, dando esperanza y guía a quienes la padecen, de manera directa o indirecta.
Fuentes:
Organización Mundial de la Salud.
Día Mundial de la Salud 2017 | Hablemos de la depresión.
Organización Mundial de la Salud.
Depresión: lo que debe saber.
Instituto Nacional de Geografía y Estadística.
Estadísticas a propósito del Día mundial para la prevención del suicidio.
Mental Health America.
Lista de verificación de las señales de la depresión.