Recientemente, la Dra. Alejandra Aguilar Kitsu, jefa del Servicio de Nefrología del Hospital de Pediatría del Centro Médico Nacional Siglo XXI del Instituto Mexicano de Seguridad Social (IMSS), informó que durante 2017 esa institución realizó con éxito 115 trasplantes de riñón a menores de edad, cuyo sistema renal funcionaba aproximadamente al 15% de su capacidad.
Los trasplantes renales efectuados durante 2017 se suman a los 664 realizados en los cuatro años anteriores, lo que totaliza 779 cirugías de este tipo.
Mientras los pacientes aguardan la oportunidad de recibir un trasplante de riñón, los menores son tratados por personal especializado del Centro Médico Nacional Siglo XXI, tanto a nivel farmacológico como funcional, a través de los programas de diálisis peritoneal y hemodiálisis.
Como en cualquier otro padecimiento, el diagnóstico temprano y el tratamiento preciso y oportuno ayudan a detener el daño renal o al menos disminuir el avance de la enfermedad, permitiendo a los pacientes tener una mayor y mejor expectativa y calidad de vida.
Aproximadamente el 5% de las personas que padecen en México insuficiencia renal crónica y requieren diálisis, son menores de edad. A nivel mundial el 1% de las personas que padecen insuficiencia renal desarrollarán un daño irreversible en los riñones.
Al respecto, la Dra. Aguilar Kitsu comentó que de ser posible, los menores de edad son atendidos con diálisis peritoneal en su casa, lo que les permite mantener razonablemente sus actividades cotidianas; pero cuando esa terapia está contraindicada o ya no es funcional, es necesario que entren al programa de hemodiálisis, la que forzosamente tiene que ser aplicada en un centro hospitalario de alta especialidad.
Los riñones sanos limpian la sangre eliminando el exceso de líquido, minerales, desechos y producen hormonas que ayudan a mantener fuertes los huesos y la sangre sana. La insuficiencia renal ocurre cuando los riñones no funcionan correctamente y se acumulan desechos peligrosos en el organismo. Esta condición provoca elevación de la presión arterial, retención excesiva de líquidos y baja producción de glóbulos rojos.
Las principales causas para el desarrollo de la insuficiencia renal son la diabetes y la hipertensión arterial, padecimientos íntimamente relacionados con el sobrepeso y la obesidad, problemas que se ha disparado durante la última década a nivel mundial.
Los problemas de sobrepeso y obesidad son tan graves, que los organismos de salud nacionales e internacionales frecuentemente los citan como una pandemia no transmisible y silenciosa. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), estima que las tasas de obesidad seguirán incrementándose al menos hasta el 2030, sobre todo en los EE.UU., México y Reino Unido, donde se prevé que el 47%, 39% y 35% de la población (respectivamente) serán obesos para el 2030. En sentido inverso, se esperan menores incrementos en Italia y Corea, cuyas tasas de obesidad proyectadas son respectivamente del 13% y el 9% para 2030.
Algunos de los síntomas tempranos más frecuentes, que podrían anunciar un problema renal, son los siguientes:
- Cambios en la micción,como levantarse a orinar durante la noche o hacerlo con más frecuencia y en mayor o menor cantidad de lo habitual.
- Variaciones en el aspecto de la orina, como tener un color más claro o presencia de sangre.
- Retención de líquidos, lo que provoca hinchazón en piernas, tobillos, pies, cara y manos.
- Cansancio y fatiga.
- Anemia, la que en algunos casos está relacionada con el fallo renal.
- Comezón en la piel, asociada a la retención de tóxicos.
- Gusto metálico en la boca y olor a amoníaco en el aliento, lo que se debe a la acumulación de urea en la saliva.
- Náuseas, vómitos y pérdida de apetito y peso.
- Incremento de la tensión arterial.