Aunque el sarampión se previene con dos dosis de la vacuna, sabemos que más de 22 millones de niños en todo el mundo no recibieron su primera dosis en 2023, contribuyendo a un aumento mundial de los casos en 2024. La OMS considera el riesgo regional como alto, mientras que el riesgo global es moderado
Como lo hemos venido advirtiendo desde hace tiempo, los nuevos brotes de sarampión en todo el mundo, pero particularmente en la Región de las Américas y, obviamente, en nuestro país –zona geográfica en la que la OMS los califica como un riesgo sanitario elevado–, se están multiplicando velozmente, impulsados por las bajas tasas vacunales que desde antes de la pandemia se venían registrando, pero que el meteoro sanitario agravó poderosamente ante la falta de medicamentos; esto, sumado al creciente desinterés de algunos adultos por proteger a sus pequeños, y en algunos casos por la desconfianza sembrada contra esos maravillosos fármacos por los movimientos antivacunas, nos está poniendo en jaque.
La vacuna contra el sarampión es una de las más eficaces disponibles. Un esquema de dos dosis tiene una eficacia del 97 % en la prevención del sarampión de por vida.
En datos duros, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó recientemente que hasta el 18 de abril de 2025, recibió la confirmación de un total de 2 mil 318 casos de sarampión, incluidas tres muertes, en seis países de la Región de las Américas de la OMS, lo que representa un aumento de 11 veces en comparación con el mismo período de 2024; datos alarmantes, puntualizando que, en su inmensa mayoría, las infecciones se han presentado en personas de entre 1 y 29 años que no estaban vacunadas, o cuyo estado de vacunación se desconocía, algo que confirma lo que ya sabíamos: sin vacunas no hay protección.
¿Qué es el sarampión?
El sarampión es una enfermedad vírica muy contagiosa que principalmente afecta a los niños, y se transmite por las gotículas procedentes de la nariz, boca y faringe emitidas por las personas infectadas. Los síntomas iniciales, que suelen aparecer entre 8 y 12 días después de contraer la infección, se manifiestan con fiebre alta, goteo nasal o secreción nasal (rinorrea), ojos irritados, y pequeñas manchas blancas en la cara interna de las mejillas. Varios días después aparece un exantema que comienza en la cara y cuello, y se va extendiendo gradualmente al resto del cuerpo. No hay tratamiento específico para el sarampión, y la mayoría de los pacientes se recuperan en 2 o 3 semanas. Sin embargo, el sarampión puede llegar a provocar complicaciones graves como ceguera, encefalitis, diarrea intensa, infecciones del oído y neumonía, sobre todo en niños malnutridos y pacientes inmunodeprimidos.
¿Qué tan seria es la situación de México por el sarampión?
Los países con el mayor número de casos confirmados de sarampión son, al día de escribir esta nota, Canadá con 1069 casos; los EE. UU. con 800 casos, incluidas dos muertes; y nuestro país con 421 casos, y una muerte.
Entre el 1 de enero y el 16 de abril de 2025, nuestro país confirmó 421 casos de sarampión: dos importados, 35 relacionados con la importación, y 384 en investigación. Se notificaron casos en Campeche (n= 4), Chihuahua (n= 403, incluyendo una defunción), Oaxaca (n= 4), Querétaro (n= 1), Sinaloa (n= 1), Sonora (n= 5), Tamaulipas (n= 2) y Zacatecas (n= 1).
¿Por qué la OMS califica como alto el riesgo en la Región de las Américas?
- La circulación continua del virus a partir de casos importados ha provocado brotes con cadenas de transmisión extendidas, casos secundarios y propagación del virus a nuevas áreas y países en 2025.
- Las bajísimas coberturas vacunales persisten en toda la región. En 2023, solo el 28.6 % de los países alcanzó una cobertura superior al 95 % para la primera dosis de la vacuna triple vírica (MMR1), y tan solo del 16.7 % para la segunda dosis (MMR2). La cobertura regional promedio fue del 87 % para la MMR1, y del 76 % para la MMR2, aunque los datos de 2024 aún se están consolidando.
- Hay cada vez un mayor número de personas susceptibles al patógeno, debido a la baja cobertura vacunal, impulsada por factores como la pandemia de COVID-19, la reticencia a las vacunas y el acceso limitado a la atención médica, especialmente entre grupos vulnerables como migrantes, personas desplazadas y poblaciones indígenas.
¿Cuáles son las recomendaciones de la OMS para evitar que la epidemia de sarampión se agrave?
- Incrementar las acciones vacunales, hasta alcanzar una cobertura homogénea sostenida de al menos el 95 % con la primera y la segunda dosis de la vacuna anti sarampión (MCV).
- Ofrecer amplio acceso a la vacunación contra el sarampión, las paperas y la rubéola (SPR) o la vacuna contra el sarampión y la rubéola (SR) para mantener altas tasas de vacunación en la población general, asegurándose que las personas con alto riesgo de exposición estén al día con esta vacunación, como el personal sanitario y los viajeros internacionales.
- Mantener un stock de vacunas SR y/o SPR, así como jeringas y demás suministros.
- Fortalecer la vigilancia epidemiológica integrada del sarampión y la rubéola, y la capacidad de respuesta rápida en los establecimientos de salud públicos y privados y en zonas fronterizas con alto tráfico, para detectar y responder rápidamente a los casos sospechosos de sarampión.
- Implementar equipos de respuesta rápida capacitados para este propósito, manteniendo una comunicación permanente y ágil entre los niveles nacional, subnacional y local, estableciendo protocolos de respuesta rápida cuando haya casos importados.
- Gestionar adecuadamente los casos de sarampión hospitalarios, para evitar la transmisión de infecciones asociadas con la atención médica, y la derivación apropiada de pacientes a salas de aislamiento de infecciones transmitidas por el aire (para cualquier nivel de atención), evitando el contacto con otros pacientes en salas de espera y/u otras habitaciones del hospital.