Hace algunos días se dio a conocer el “Índice Bloomberg del país más saludable 2019” (Bloomberg Healthiest Country Index 2019), documento en el que clasificó a 169 países miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS), atendiendo a los factores positivos y negativos que contribuyen a mejorar la expectativa de vida de sus habitantes y su salud en general.
El índice final incluyó solamente a naciones con al menos 0.3 millones de habitantes, que tuviera la información necesaria, completa y suficiente para el análisis de las variables utilizadas.
Bloomberg LP es una compañía estadounidense fundada en 1981 por Michael Bloomberg (anterior alcalde de la ciudad de Nueva York), la que proporciona software financiero, datos y un servicio mundial de noticias, abarcando televisión, radio, Internet y publicaciones impresas.
Para calificar y clasificar a las naciones participantes en este índice, los investigadores tomaron en consideración, entre otra variables, la esperanza de vida, las condiciones ambientales, hábitos alimenticios, el acceso al agua potable y sistemas de saneamiento, restando puntos por los factores de riesgo observados, como el consumo de tabaco, alcohol, obesidad y sobrepeso.
En el documento, el “top ten” lo encabeza España, seguida por Italia, Islandia, Japón, Suiza, Suecia, Australia, Singapur, Noruega e Israel.
En la tabla general de posiciones, nuestro país ocupa la posición 53, retrocediendo dos posiciones en referencia a la edición 2017. Con respecto al resto de los países del la región de América y del Caribe, somos superados por Canadá (posición 16), Cuba (30), Chile (33), Costa Rica (34), EE.UU. (35), Uruguay (47) y Panamá (50).
El primer lugar es España, como el país más sano del mundo parece estar íntimamente relacionado con la llamada “Dieta Mediterránea”, la que en términos generales se compone por un alto consumo de frutas, vegetales y legumbres frescos, granos integrales (fibras), pescado y mariscos, porciones pequeñas de carne de res y pollo, uso de grasas monoinsaturadas, como la del aceite de oliva virgen y una copa de vino ocasionalmente. En contraparte, quienes se apegan a esta dieta, consumen pocos alimentos procesados, bebidas azucaradas, dulces y otros postres, mantequilla, comida chatarra y grasas trans y saturadas.