“Las necesidades de salud mental insatisfechas en la Región de las Américas, son una de las principales causas de morbimortalidad, y tienen enormes consecuencias sociales, económicas y para la salud. La pandemia de COVID-19 ha exacerbado la crisis de la salud mental en la Región, por lo que se necesita una acción urgente en los niveles más altos del gobierno y en todos los sectores, con el propósito de mejorar los sistemas y servicios de salud mental ahora y en el futuro”.
En diversas ocasiones hemos publicado artículos sobre la salud mental, y la insuficiente presencia que este tema tiene en las agendas políticas, sanitarias y económicas de muchos países, particularmente en los de ingresos bajos y medios, como el nuestro, en los que el diagnóstico y su atención están prácticamente en el abandono, dejando sin atención a 8 de cada 10 personas que la requieren urgentemente, con todos los riesgos y perjuicios humanos, sociales y financieros que su desatención conlleva.
En el contexto de la lenta salida de una prolongada pandemia que agudizó exponencialmente los graves problemas preexistentes en esta esfera esencial de la salud humana, el Dr. Jarbas Barbosa da Silva Jr., Director de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), presentó el informe: “Una nueva agenda para la salud mental en las Américas” (NASMA), documento elaborado por la Comisión de Alto Nivel sobre Salud Mental y COVID-19 de la misma Organización, y que idealmente auxiliará a los líderes y a los diseñadores de políticas sociales de cada país de la región para la toma de decisiones.
Sobre el lanzamiento del Informe, Néstor Méndez, Copresidente de la Comisión y Director General Adjunto de la Organización de los Estados Americanos (OEA), declaró: “Hoy no lanzamos simplemente un informe; lanzamos un faro de esperanza, una hoja de ruta para el cambio en la forma en que vemos, tratamos y priorizamos la salud mental en las Américas. Ahora está en nuestras manos cambiar la forma en que abordamos la salud mental, especialmente tras una crisis mundial que la ha afectado profundamente”.
“Si bien la salud mental ha representado históricamente una fuente importante de discapacidad y mortalidad en las Américas, al representar casi un tercio de todos los años vividos con una discapacidad, la pandemia aumentó aún más los factores de riesgo de los problemas de salud mental, como el desempleo, la inseguridad económica y el duelo y la pérdida”. Organización Panamericana de la Salud.
La salud mental en México.
- Se estima que alrededor del 17 % de las personas en México presentan al menos un trastorno mental, y una de cada cuatro lo padecerá cuando menos una vez en la vida.
- Sólo una de cada cinco personas diagnosticadas con algún trastorno mental recibe tratamiento, mientras que muchas de ellas no han sido detectadas.
- Los trastornos mentales (ansiedad, depresión trastorno bipolar, trastorno de estrés postraumático, esquizofrenia, trastornos del comportamiento alimentario, trastornos de comportamiento disruptivo y disocial, y los trastornos del neurodesarrollo) afectan el sistema nervioso, y se manifiestan en el comportamiento, las emociones y en procesos cognitivos como la memoria y la percepción, afectando también la salud física, limitando considerablemente la calidad de vida de quienes los padecen, y de sus allegados.
- El suicidio es la segunda causa de muerte en jóvenes entre los 15 y los 29 años de edad.
- Hay grupos vulnerables que corren mayores riesgos de padecer trastornos mentales, entre los que destacan las familias en situación de violencia, adultos en plenitud, o migrantes.
- En países que han pasado por desastres naturales, o viven fenómenos de inseguridad y violencia generalizada, o específicamente contra las mujeres, como México, hay miles de personas, víctimas directas e indirectas cuya salud mental requiere atención oportuna y efectiva.
- El estigma y la discriminación que sufren quienes padecen una enfermedad mental, e incluso sus familias, frena la búsqueda de atención.
- Se estima que el costo de los problemas de salud mental se ubica entre el 2.5 y el 4.5 % del PIB anual en diferentes países.
- El presupuesto en salud en México destina únicamente alrededor del 2 % para la atención de la salud mental, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS), recomienda que se invierta entre el 5 y el 10 %.
- El 80 % del gasto en salud mental en nuestro país se destina a la operación de hospitales psiquiátricos, dejando muy pocos recursos para la detección, prevención y rehabilitación.
¿Cuál es el estado de la salud mental en las Américas?
- Casi un tercio de todos los años vividos con discapacidad (AVD) y una quinta parte de los años de vida ajustados en función de la discapacidad (AVAD), son ocasionados por las enfermedades mentales, neurológicas, consumo de sustancias, y el suicidio.
- Los trastornos depresivos y de ansiedad son la tercera y cuarta causa de discapacidad respectivamente.
- El alcohol es responsable del 5.5 % de todas las muertes en las Américas.
- Las Américas son la segunda región con mayor consumo de alcohol del mundo.
- México ocupa el vigésimo segundo lugar en consumo de alcohol a nivel mundial
- El suicidio se cobra la vida de casi 100 mil personas al año en la región.
- La tasa regional de suicidio ajustada por edad, aumentó un 17 % entre 2000 y 2019.
- Ocho de cada diez personas con una enfermedad mental grave no reciben tratamiento.
- En 2020, durante la pandemia de COVID-19, los trastornos depresivos graves aumentaron un 35 % y los trastornos de ansiedad un 32 %.
- En el 2020, la media del financiamiento público para la salud mental como proporción del gasto total en salud fue de solo el 3%, y casi la mitad de estos fondos se asignaron a hospitales psiquiátricos, los que pueden estar vinculados a resultados deficientes del tratamiento y a violaciones de los derechos humanos, especialmente en relación con la internación prolongada.
- El 65 % de los países informaron interrupciones en los servicios esenciales de salud mental y consumo de sustancias en 2020. Esta cifra ha disminuido al 14 % a principios de 2023.
Refiriéndose al tema de la salud mental, el Dr. Jarbas Barbosa da Silva Jr., declaró: La Región de las Américas está haciendo frente a una gran crisis de salud mental desde hace un tiempo. A pesar de que la prevalencia de los trastornos mentales y por consumo de sustancias psicoactivas es elevada, la mayor parte de las personas que presentan estos problemas no reciben la atención vital que necesitan. La buena salud mental es mucho más que la mera ausencia de problemas de salud mental: es esencial para la salud y el bienestar generales, la calidad de vida, y la capacidad de prosperar y alcanzar nuestro mayor potencial como parte de la comunidad más amplia. Cuando una persona no puede prosperar ni alcanzar su máximo potencial, nuestra sociedad en su conjunto se queda atrás”.
“Invertir en la salud mental es crucial para promover un desarrollo humano equitativo y sostenible a fin de que todas las personas puedan vivir con bienestar y dignidad. Si ofrecemos servicios de salud mental accesibles y de buena calidad, disfrutaremos de excelentes beneficios: personas más saludables con más recursos para enfrentar dificultades, con mejor manejo de las emociones, y con habilidades extraordinarias para crear entornos laborales, familiares y personales más armoniosos”. Epsy Campbell Barr. Presidenta de la Comisión de Alto Nivel sobre Salud Mental y COVID-19 de la Organización Panamericana de la Salud.
Las 10 recomendaciones del Informe para mejorar la atención a la salud mental.
- Elevar la salud mental a nivel nacional y supranacional. Especifica los medios fundamentales para definir a la salud mental como una prioridad para el desarrollo nacional, incluir la salud mental en la cobertura universal de salud, y formar asociaciones y alianzas estratégicas para abogar por la salud mental, y promoverla a nivel nacional y supranacional.
- Integrar la salud mental en todas las políticas. Promueve la integración de la salud mental en todas las esferas de la salud, así como en todos los sectores, y en la respuesta a emergencias y desastres.
- Aumentar la cantidad y mejorar la calidad del financiamiento para la salud mental. Indica la forma de movilizar más fondos con este fin y de asignarlos de una manera más eficiente y equitativa.
- Garantizar los derechos humanos de las personas con problemas de salud mental. Aboga por el fortalecimiento de los derechos humanos relacionados con la salud mental por medio de leyes y políticas, la transición de los servicios de las instituciones psiquiátricas a la atención comunitaria, y el aumento de la capacidad en materia de derechos humanos en todos los sectores.
- Promover y proteger la salud mental a lo largo de toda la vida. Pone de relieve importantes entornos y estrategias para promover la salud mental y prevenir los problemas en este ámbito en las distintas etapas de la vida, como la infancia y la adolescencia, la edad adulta y la vejez.
- Mejorar y ampliar los servicios y la atención de salud mental a nivel comunitario. Describe medidas para mejorar la cobertura y la calidad de los servicios mediante la integración de la salud mental en la atención primaria de salud, la transformación de los servicios para que sean culturalmente competentes, el uso de intervenciones digitales, el aumento de la capacidad en materia de salud mental y apoyo psicosocial, y el empoderamiento de las personas que usan los servicios y sus familias.
- Fortalecer la prevención del suicidio. Proporciona orientación concreta acerca de estrategias basadas en la evidencia para prevenir el suicidio y sus factores de riesgo, mediante la formulación de estrategias nacionales de prevención, la promoción de políticas públicas sobre la reducción de los medios de suicidio y del consumo de alcohol, y el aumento de la capacidad para responder a las lesiones autoinfligidas y el suicidio.
- Adoptar un enfoque trasformador frente a las cuestiones de género en pro de la salud mental. Propone medidas para reducir las desigualdades de género y abordar la violencia de género y las masculinidades tóxicas, que constituyen grandes amenazas para la salud mental.
- Abordar el racismo y la discriminación racial como determinantes de la salud mental. Hace hincapié en la necesidad de combatir el racismo sistémico dirigido contra los pueblos indígenas, las personas afrodescendientes y otros grupos étnicos mediante el trabajo con estas comunidades para comprender el racismo y sus posibles soluciones, la formulación de planes nacionales de acción contra el racismo y la discriminación racial, el fortalecimiento de la normativa y la legislación, y la creación de entornos antirracistas.
- Mejorar los datos y las investigaciones sobre la salud mental. Propone medidas para aumentar la disponibilidad y la calidad de los datos sobre la salud mental por medio de una mayor recopilación de datos sobre este tema, el desglose de los datos, la mejora del seguimiento y la evaluación, y la investigación en esferas prioritarias de la salud mental.
Descargar el informe “Una nueva agenda para la salud mental en las Américas”.
Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF.
Fuentes:
Organización Panamericana de la Salud. (9 de junio del 2023).
La salud mental debe ocupar un lugar prioritario en la agenda política tras la pandemia de COVID-19: Nuevo informe de la OPS.
Organización Panamericana de la Salud. (9 de junio del 2023).
Una nueva agenda para la salud mental en las Américas. Informe de la Comisión de Alto Nivel sobre Salud Mental y COVID-19 de la Organización Panamericana de la Salud.
Oficina de Información Científica y Tecnológica para el Congreso de la Unión. (Enero del 2018).
Salud Mental en México.
Gobierno de México. (3 de mayo del 2023).
Salud Mental.
Organización Mundial de la Salud. (8 d junio del 2022).
Trastornos mentales.
COPE. (23 de agosto del 2022). El mapa que revela los países donde más alcohol se bebe en el mundo: España está entre ellos.