En un documento publicado recientemente por el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH / SIDA (ONUSIDA), se informa que por primera ocasión en la historia, la mitad de las personas infectadas con este virus reciben los tratamientos antirretrovirales (ARV´s), necesarios para combatir y mantener a raya esta terrible enfermedad, la que se ha cobrado la vida de un total de 35 millones de personas.
El informe de Ending AIDS, indica que en la actualidad 19 millones y medio (53%) de pacientes, de los aproximadamente 36.7 millones de personas que viven con el virus, reciben los medicamentos ARV´s necesarios para continuar con sus vidas.
El mismo informe da cuenta que las muertes asociadas con esta enfermedad pasaron de 1.9 millones en 2005 a 1 millón en 2016, por lo que se prevé que de mantenerse esta tendencia positiva, podría alcanzarse la meta propuesta para el 2020, de tener 30 millones de personas bajo tratamiento antirretroviral.
Si bien es cierto que esta es una extraordinaria noticia, Ending AIDS también señala que otras naciones se están quedando rezagadas en la consecución de las metas planteadas para detener la tasa de contagio del virus y ofrecer el tratamiento con ARV´s a los pacientes que lo requieren.
Es importante destacar que el tratamiento oportuno y sostenido con ARV´s no solamente les permite a las personas infectadas con el virus llevar una vida prácticamente normal, si no que el tratamiento también disminuye drásticamente los índices de contagio de personas enfermas a personas sanas, lo que a futuro permitirá erradicar este flagelo.
En este contexto, vale la pena destacar que las muertes causadas por el VIH/SIDA prácticamente se han reducido a la mitad desde 2005, cuando sólo 564,000 personas seropositivas eran tratadas con ARVs. Como otro dato relevante, les mencionamos que en los últimos 6 años, en las regiones oriental y meridional de África, la tasa de nuevas infecciones decreció aproximadamente el 33%, lo que es extraordinario.
El cambio en las políticas del uso de los ARV´s en muchos países tiene como origen la adopción de la recomendación que hizo en 2015 la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la que se proponía tratar con ARV´s a todas las personas seropositivas, descartando la errónea práctica médica que consistía en reservar la prescripción de ARV´s para personas que presentaban daños en el sistema inmunológico. Este cambio de estrategia medicamentosa ha permitido incrementar el número de personas tratadas con antirretrovirales, abatir las tasas de contagio de la enfermedad y disminuir el número de muertes por VIH/SIDA.
La estrategia planteada por ONUSIDA, denominada 90-90-90 planteó en 2014 que para alcanzar las metas sanitarias planteadas para el 2030, se debían alcanzar las siguientes metas, las que por otra parte utiliza ONUSIDA para calificar el desempeño de los países al respecto de este tema.
- Que el 90% de las personas infectadas con VIH/SIDA conocieran su estado.
- Que el 90% de las personas infectadas recibieran tratamiento con ARV´s
- Que el 90% de las personas bajo tratamiento con ARV´s mantuvieran los niveles del virus en su sangre, por debajo del nivel de detección de las pruebas estándar.
El reporte de los avances en el combate al VIH/SIDA destaca los “progresos sustanciales” que se han alcanzado con respecto al programa 90-90-90, en los que 7 países han alcanzado al 100% las metas del programa y otros 11 están cerca de cumplirlas. Sin embargo, y aunque esta cifra es relevante, estos 18 países representan únicamente el 10.71% de las 168 naciones incluidas en el análisis, por lo que es evidente que aún queda mucho camino por andar.
“Cuando lancé los objetivos 90-90-90 hace tres años, muchas personas pensaron que era imposible alcanzarlos. Hoy, la historia es muy diferente. Familias, comunidades, ciudades y países son testigos de la transformación conseguida gracias al acceso oportuno a los tratamientos antirretrovirales que se aceleró en los tres últimos años. Una cifra de 19.5 millones de personas tienen hoy acceso a los ARV´s, lo que representa que por primera vez en la historia más de la mitad de las personas que viven con VIH están bajo tratamiento. Un mayor número de países pagan por si mismos los tratamientos. Más personas con VIH tienen empleos, más chicas acuden al colegio, hay menos huérfanos, hay menos enfermedad y menos pobreza. Las comunidades se sientes más seguras”. Michel Sidibé | Director Ejecutivo de ONUSIDA.
El punto de arranque para el cumplimiento de las metas propuestas por el programa 90-90-90 es, aunque obvio, la detección temprana de la infección y la atención inmediata de las personas con ARV´s, lo que, como lo mencionamos previamente, permitirá evitar mayores daños sistémicos, tener una mejor calidad de vida, obtener una mayor tasa de sobrevida e impulsar la contención del contagio a otras personas.
En nuestro país todavía es un estigma padecer VIH/SIDA, circunstancia que generalmente acarrea el ostracismo, la discriminación, la pérdida del trabajo y la falta de oportunidades para acceder a nuevas oportunidades laborales, así como la de sufrir agresiones directas y encubiertas, lo que frena a las personas que sospechan tener la enfermedad o saben que la tienen, a buscar ayuda sanitaria, apoyo psicológico y en caso de requerirlo asistencia legal.
Es fundamental que se fortalezcan las acciones de educación sexual preventiva dirigidas a la población en general, pero sobre todo a los jóvenes, buscando crear una mayor consciencia sobre la importancia de practicar sexo seguro, consciente y selectivo, lo que ayudaría a frenar la expansión de la enfermedad por ignorancia y por desidia.
Por otra parte, es esencial facilitar e impulsar el acceso de un mayor número de personas a mejores y más precisas pruebas de detección para diagnosticar con oportunidad la presencia del virus, y ofrecer (inmediatamente) a quienes han sido diagnosticados con esta enfermedad, los tratamientos antirretrovirales necesarios, de manera permanente.
Por último, consideramos vital realizar campañas educativas y de concientización para frenar la discriminación en contra de las personas con VIH/SIDA, las que ayudarían a construir un ambiente de mayor apertura, empatía y tolerancia.