Descarados bulos aparentemente noticiosos, verdades a medias, escandalosos rumores, ataques infundados y teorías conspiranóicas con las que se busca engañar, ocultar y distorsionar la verdad, orientando la opinión pública en busca de beneficios políticos y económicos

El viernes de la semana pasada publicamos una nota en la que planteamos la posibilidad de que la postura antivacunas adquiriera nuevos bríos con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, después de darse a conocer que algunas posiciones de primer nivel en diversas entidades norteamericanas relacionadas con la ciencia, la investigación, y la salud serán ocupadas por funcionarios con una declarada animadversión por estos formidables medicamentos preventivos, como el caso de Robert F. Kennedy Jr., quien ha sido elegido por el nuevo presidente de los EE. UU. para liderar el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés), dependiente del Departamento de Salud, cuyas entidades ejercen un presupuesto aproximado de 48 mil millones de dólares destinados a financiar la investigación de terceros sobre vacunas, cáncer y otras enfermedades, y la realización de protocolos científicos propios.

En esa misma nota, y como parte del contexto, mencionamos el nacimiento del movimiento antivacunas liderado hasta el día de hoy por el entonces médico británico Andrew Wakefield (posteriormente privado de la licencia para ejercer la medicina), cuando en 1998 la revista The Lancet cayó en el engaño perpetrado por este personaje y sus cómplices, al publicar los resultados de una investigación fraudulenta y con fines comerciales, en la que se aseguraba que la vacuna triple vírica contra el sarampión, la rubéola y las paperas propiciaba el desarrollo del autismo y la enterocolitis, aseveraciones carentes de fundamentos, pero que ocasionaron –y lo siguen haciendo– muchas dudas y miedos en personas poco informadas, arrastrando a la baja las tasas vacunales a nivel global.

“Ser críticos con la información nos convierte en ciudadanos libres”. Rosa María Calaf, periodista española

Todo este prolegómeno es la pauta para hablar sobre un bulo que circuló en las redes sociales (Instagram y Facebook, entre otras más), asegurando que la capacidad para la prestación de servicios de muchos hospitales en la República Popular China había sido rebasada por la intempestiva y numerosa ola de contagios infecciosos ocasionados por el metapneumovirus humano, y que sus funerarias no se daban a basto ante el enorme número de muertes.

“China bajo estado de emergencia debido a un brote repentino de virus que afecta el sistema respiratorio o los pulmones del humano. Comenzando el Año 2025, luego de cinco años del Covid 19, China enfrenta una nueva crisis sanitaria debido a un brote del Metaneumovirus Humano (HMPV), un virus respiratorio altamente contagioso que se propaga rápidamente entre la población y afecta mayormente a niños, ancianos y personas con sistemas inmunológicos debilitados”. Post de Facebook

Es indispensable destacar que la noticia no provenía ni estaba avalada por alguna entidad sanitaria nacional ni internacional, como podría ser por ejemplo la Organización Mundial de la Salud (OMS), y su tono alarmista y exagerado anunciaba que era una descarada fake new, la que desgraciadamente fue replicada en diferentes medios que no tuvieron el cuidado de verificar la autenticidad de la información antes de hacerlo.

Después de leer el post, me aboqué a revisar las páginas de la OMS, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Comisión Nacional de Salud de la República Popular China, entre otras más, para verificar la veracidad de esta alarmante nota, sobre la que no encontré rastro alguno, ya que es totalmente falsa.

Para evitar propagar esta fake new, no incluimos en la nota la liga para acceder al post fraudulento sobre la epidemia en China.

La siguiente pregunta que hay que hacernos al ver una noticia falsa es quién o quiénes están detrás de esta y otras fake news, y qué intereses políticos o económicos los llevaron a generarlas e impulsarlas activamente en las redes sociales, lo que, gracias a la replicación automática e irreflexiva, puede en algunos casos llegar a generar una corriente de opinión, desinformación y psicosis.

Para cerrar la nota, les compartimos cinco recomendaciones básicas para verificar la autenticidad de una noticia sospechosa:

  • En primer lugar, dése cuenta de que estas noticias siempre tienen titulares impactantes, exagerados, alarmantes y sin contexto.
  • Verifique la información en fuentes oficiales, como lo son los organismos sanitarios públicos nacionales e internacionales, asociaciones científicas y medios de probada calidad, seriedad y ética.
  • Compruebe el contexto de los contenidos (texto e imágenes), ya que los generadores de noticias falsas, además de inventar los contenidos, utilizan imágenes tomadas de otros eventos no relacionados con el que pregonan.
  • Al hacer clic derecho en cualquier foto publicada en línea, se despliega la opción “buscar imagen en Google”; esto permite verificar el origen de la misma y corroborar si ya fue utilizada, y dónde.
  • Les sugerimos utilizar los recursos del portal FactCheck.org, o de cualquier otra organización para la verificación de notas, en los que podrán comprobar la veracidad o la falsedad de las mismas.

Y por último, les pedimos no replicar en automático ninguna noticia alarmista, exagerada y aparentemente falsa, considerando que algunas de ellas han sido construidas con extremo cuidado, aparente seriedad y excelentes recursos, sin antes verificar su autenticidad, ya que, de hacerlo, nos volveremos parte de la cadena de desinformación, colaborando inocentemente con el grupo delincuencial que la generó.

Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF

Fuentes:

códigoF. (3 de enero de 2025).
Cobrará nuevos bríos la postura antivacunas en la presidencia de Donald Trump.

Verificado. (4 de enero de 2025).
Falso que China declaro estado de emergencia por metapneumovirus humano.