La OCDE presentó el reporte Health at a Glance 2021, su más reciente publicación sobre la situación y resultados de los sistemas de salud de la OCDE, aunque esta vez con enfoque en el COVID-19.

El 9 de noviembre de 2021 con la participación de representantes de autoridades sanitarias de Colombia, Costa Rica, Chile y México, se realizó la presentación del Health at a Glance 2021 (Panorama de la Salud 2021) que incluye una serie de indicadores, tendencias y nuevos datos sobre la salud de la población y el desempeño del sistema de salud de los 38 países miembros de la OCDE y seis socios clave.

La publicación incluye estadísticas sobre el estado de salud, los factores de riesgo, el acceso y la calidad de la atención médica, medicamentos, los recursos de salud y, por primera vez, mide el impacto en la salud del COVID-19.

Frederico Guanais, Jefe Adjunto y Economista Senior de Salud de la División de Salud de la OCDE fue el encargado de presentar los principales resultados del informe.

Impacto del COVID-19 en la salud ha sido dramático.

Al 8 de noviembre se contabilizaron a nivel mundial cerca de 250 millones de casos positivos de COVID-19 y 5 millones de muertes, más o menos la mitad de estas cifras corresponde a los 38 países de la OCDE. Sin embargo, considerando que a nivel internacional existen grandes diferencias en las definiciones para registrar infecciones, hospitalizaciones, muertes y pruebas, los mejores indicadores para conocer el impacto del COVID-19 son la sobremortalidad y la esperanza de vida.

 A los trabajadores de la salud corresponde cerca del 8% de los casos de COVID-19 y cerca del 2% de las muertes por la enfermedad.

En promedio, de enero de 2020 a junio de 2021 se registraron 16% más defunciones que el promedio de muertes ocurridas en cinco años (de 2015 a 2019). Este exceso de mortalidad es atribuible, directa o indirectamente al COVID-19.

Por la pandemia de COVID-19, en México se observó el exceso de mortalidad más alto entre los países de la OCDE, así como importantes trastornos en la prestación de otros servicios de salud.

Como se puede observar en la gráfica, México presenta el exceso de muertes más grande de la OCDE, en promedio 2.5 veces superior al número de muertes registradas por COVID-19.

En nuestro país, la mortalidad por todas las causas durante 2020 y los primeros seis meses de 2021 aumentó 54.8% en comparación con el promedio de 2015-2019, lo que permite deducir que el impacto de la pandemia ha sido muy superior a lo imaginado.

En cuanto a la esperanza de vida se constató un descenso en 24 de 30 países de la OCDE. Esta caída fue especialmente pronunciada en Estados Unidos y en España, en donde la esperanza de vida se redujo aproximadamente 1.5 años, lo que representa perder las ganancias de casi 5 años de progreso.

Además, debe considerarse que el impacto de la COVID-19 ha sido desigual y va más allá de la población vulnerable como de edad avanzada o con enfermedades preexistentes. La pandemia de COVID-19 ha agudizado las desigualdades sociales y demográficas, pues ha impactado más en personas de bajo nivel educacional, de menores ingresos, de origen inmigrante y minorías étnicas, de hecho, en México un estudio identificó que los indígenas tienen mayor probabilidad de morir que los no indígenas y que los indígenas hospitalizados, tienen un riesgo 1.13 veces mayor que los no indígenas.

Vacunación contra la COVID-19.

Estas diferencias también se notan en los porcentajes de población vacunada contra la COVID-19. Dentro de la región de América Latina, Chile ha destacado por su rápido progreso en la vacunación, en julio tenían 56% de su población completamente vacunada y en noviembre alcanzaba ya al 80% de sus habitantes.

Si bien, se observa en la gráfica que Costa Rica, México y Colombia son de los países de la OCDE con las más bajas tasas de vacunación, recientemente en estos países se está avanzando rápidamente en la aplicación por lo que es posible que alcancen rápidamente el promedio de la región. A esto se suma además el hecho de que en América Latina las dudas sobre las vacunas no es un problema importante como en algunas naciones de Europa.

Impactos indirectos de la COVID-19: empeoramiento de la salud mental.

La crisis ejerció un fuerte impacto negativo en la salud mental. En México, la prevalencia de depresión fue nueve veces mayor a principios de 2020 que en 2019.

Los efectos de la pandemia se observan en el aumento sustancial de la depresión y la ansiedad en los países de la OCDE. De manera particular los jóvenes y la población socialmente vulnerable fueron los más afectados.

Las interrupciones de servicios de salud por la pandemia de COVID-19, dificultaron la atención del aumento de las necesidades en materia de salud mental que, como se observa en la gráfica son particularmente preocupantes en nuestro país, al pasar de una prevalencia de depresión entre los adultos de 3% en 2019 a 28% en 2020.

“Se generó un pasivo para los sistemas de salud que seguramente va a tener consecuencias durante muchos y muchos años. Lo que también tendrá impactos en, por ejemplo, la productividad de estas economías, produciendo efectos duraderos y de impacto importante en las sociedades” Frederico Guanais, OCDE.

Los desafíos estructurales: Mejorar el acceso a servicios de calidad.

 A dos años del primer caso registrado de COVID-19 en el mundo, sabemos que existen factores de riesgo que determinarán el desarrollo y desenlace de la enfermedad. Factores como la obesidad, el tabaquismo, tener una edad avanzada o padecer alguna enfermedad cardiovascular, diabetes, cáncer o enfermedades respiratorias crónicas incidirán en el pronóstico de salud.

De acuerdo con el reporte Health at a Glance 2021 de la OCDE, los países de la región de América Latina y el Caribe (ALC) recibieron la pandemia con una población menos saludable, menos personal de salud y menos camas hospitalarias, es decir, menos preparados para enfrentar la demanda adicional de servicios de salud que genera la pandemia de COVID-19.

México junto con Chile son los dos países con las más altas tasas de sobrepeso en la OCDE. En nuestro país el 75.6% de la población adulta tiene sobrepeso u obesidad.

Aunado a la poca resiliencia de la población, Colombia, México, Chile y Costa Rica tienen los números más bajos de personal de salud y camas hospitalarias por cada mil habitantes lo que responde a que también son los países con los porcentajes más bajos de empleos con seguridad social. Por ejemplo, en México solo el 3% de la población laboral cuenta con protección y seguridad social, es decir, con un empleo formal.

La pandemia provocó que en 2020 disminuyera la atención de la salud y el número de consultas médicas presenciales bajara 9% en comparación con el año anterior.

En cuanto a la población satisfecha con la disponibilidad de asistencia sanitaria de calidad en la zona en la que vive, la OCDE reporta que México, Colombia y Chile tienen menos de la mitad de la población satisfecha con los servicios de salud. A esto se suma el hecho de que tanto Costa Rica como México mantienen pendiente el desafío de lograr la cobertura de salud a toda la población, pues en México solo el 81% de la población está cubierta, mientras que en Costa Rica este porcentaje alcanza al 91% de sus habitantes. Ambos países se enfrentan al doble reto de lograr la cobertura universal y de aumentar la calidad de los servicios de salud.

Complementariamente, tanto en México como en Chile permanecen los desafíos en materia de protección financiera de los hogares o familias ante los gastos catastróficos por salud.

 En México y Chile, los gastos de bolsillo alcanzan 42% y 33% del total de gastos en salud, respectivamente.

La OCDE observó que durante la pandemia los países preservaron el gasto en salud e incluso fue aumentado en algunas naciones. En promedio, durante 2020 el gasto en salud como porcentaje del PIB, aumentó 0.9 puntos porcentuales en los países de la OCDE.

En el caso de México, la pandemia causó un aumento drástico en el gasto en salud como porcentaje del PIB, del 5.4% en 2019 al 6.2% en 2020.

El reporte de la OCDE invita a las naciones a hacer una reflexión ante el desafío que significa contar con un sistema resiliente de salud. En este sentido, el Health at a Glance, recomienda: reforzar la atención primaria, hacer un mayor uso de la digitalización y prepararse para un aumento de las necesidades sanitarias en las sociedades que envejecen. Además, de manera especial para la región de ALC, señalan como gran desafío el del financiamiento sostenible de salud.

Datos de salud de México.

1. La esperanza de vida en México es la más baja entre los países de la OCDE y la mortalidad evitable es alta:

2. Los índices de sobrepeso y obesidad son considerablemente mayores que el promedio de la OCDE:

3. La cobertura y la protección financiera de la población aún están a la zaga del promedio de la OCDE:

4. Algunas medidas clave de la atención preventiva y secundaria de calidad se ubican por debajo del promedio de la OCDE:

5. El sistema de salud de México cuenta con escasos recursos y tiene un número reducido de médicos y enfermeras:

Por: María del Carmen Velázquez Ramírez, Integrante del Comité Editorial de códigoF.

Fuentes:

OCDE en español [OCDE]. (9 de noviembre de 2021).
Lanzamiento del Panorama de la Salud 2021. [Publicación de video]. Facebook.

OECD (9 de noviembre de 2021).
Health at a Glance 2021: OECD Indicators.

OECD (s.f.).
Panorama de la Salud 2021: Indicadores de la OCDE. Resumen para México.