Entre otras cosas que nos hermanan con algunos seres vivos, está la de poseer sistema nervioso y la imperiosa necesidad de dormir.
Sin embargo, y a pesar de que los seres humanos dedicamos una tercera parte de nuestra existencia reposando, y que los científicos han buscado denodadamente durante años desentrañar la o las diferentes funciones biológicas del sueño, aún quedan muchas cosas por descubrir.
Es por ello que el hallazgo realizado por un equipo de investigadores pertenecientes a la Universidad Bar-Ilan, en Israel, y que devela la incidencia esencial del sueño en el funcionamiento de las neuronas es altamente relevante.
Es bien sabido que la privación prolongada del sueño, o la falta de calidad del mismo, repercuten fatalmente en la salud, asociándose con múltiples deficiencias y desórdenes cerebrales, el desarrollo de enfermedades como hipertensión, padecimientos cardiovasculares, diabetes, depresión, obesidad y envejecimiento, entre otras.
“El sueño es regulado por los procesos circadianos y homeostáticos, combinándolo con una menor conciencia del medio ambiente y un alto riesgo de supervivencia. Varios mecanismos pueden explicar las funciones del sueño, desde la biosíntesis de macromoléculas, la conservación de la energía y el aclaramiento de metabolitos, hasta la plasticidad sináptica y la consolidación de la memoria. Sin embargo, la razón por la que el sueño ha evolucionado y qué funciones ancestrales fundamentales regula, sigue siendo un enigma”.
Los resultados del estudio se publicaron el pasado 5 de marzo en la revista Nature Communications en un artículo con el título “Sleep increases chromosome dynamics to enable reduction of accumulating DNA damage in single neurons”, y en términos generales podemos decirles que concluyen, por primera ocasión, que mientras las neuronas individuales duermen, sus núcleos (específicamente la parte en la que se encuentra ubicado su ADN), reciben mantenimiento correctivo y reparador.
“Dormir le da al cuerpo la oportunidad de reducir los daños acumulados en el ADN durante la vigilia. A pesar del riesgo que supone reducir el nivel de alerta ante el entorno, los animales tienen que dormir para permitirle a sus células hacer el mantenimiento del ADN de forma eficiente, y esta es posiblemente la razón por la que el sueño ha evolucionado y es tan conservado en todo el reino animal”. L. Appelbaum, miembro del equipo de investigadores, perteneciente a la Facultad de Ciencias de la Vida y el Centro Multidisciplinario de Investigación Cerebral de la Universidad Bar-Ilan, Ramat-Gan, Israel.
La metodología utilizada por los investigadores para develar que las neuronas individuales requieren del sueño para dar mantenimiento a sus núcleos, se realizó a través de la observación de imágenes 3D de cerebros de peces cebra, especie que además de tener un cerebro estructuralmente comparable con el de los seres humanos, es completamente transparente.
El pez cebra es particularmente apreciado por su homología genética con los seres humanos, ya que compartimos con ellos más del 80 % del genoma. Esta peculiaridad permite equiparar y potencialmente extrapolar los resultados de fármacos probados en estos animales a las personas. Por otra parte, sus embriones son transparentes, haciendo posible la observación de los efectos de los medicamentos en sus órganos internos en formación.