He Jiankui, es un genetista chino que en noviembre del 2018 realizó una modificación del gen CCR5 en dos seres humanos en estado embrionario, utilizando para ello la herramienta de edición genética CRISPR, conocida en la jerga científica como el corta-pega genético.
Jiankui trató de justificar esa intervención genética no validada por las autoridades chinas, argumentando que gracias a ella las bebés serían inmunes a los virus del cólera, la viruela y el VIH, lo que generó una masiva ola de rechazo entre la comunidad científica internacional, cuyos miembros consideraron que el procedimiento, además de no garantizar la inexistencia de efectos adversos, violentaba los límites legales y éticos del buen quehacer investigativo, lo que sumado a su participación accionaria en dos empresas dedicadas a la investigación genética, dejaba traslucir un objetivo financiero subyacente, aparentemente más relevante que el puramente científico.
El acrónimo CRISPR proviene de las palabras “Clustered Regularly Interspaced Short Palindromic Repeats”, lo que en español se denomina: Repeticiones Palindrómicas Cortas Agrupadas y Regularmente Interespaciadas.
Entre los argumentos esgrimidos por los científicos opositores a la edición genética embrionaria humana, destaca el desconocimiento preciso del impacto colateral negativo que podría generarse en el embrión intervenido, como la mutagénesis (mutaciones en el ADN), o grandes deleciones (mutaciones genéticas consistentes en la pérdida de uno o más nucleótidos de la secuencia del ADN), los que podrían tener consecuencias patogénicas, o en lenguaje llano, provocar la gestación y desarrollo de otras enfermedades en seres humanos.
La edición genética está permitida como medida preventiva o correctiva de algunos padecimientos, solamente está aprobada en seres vivos nacidos, no en embriones, lo que está tajantemente prohibido en los EE. UU., Canadá y los países del continente europeo, por mencionar algunos de ellos.
Denis Rebrikov
Biólogo molecular ruso
Sin embargo, e ignorando las implicaciones éticas y el rechazo provocado por la edición genética embrionaria, Denis, informó que se abocara a la producción de bebés manipulados genéticamente, lo que se opone frontalmente al consenso científico, el que exige que tales experimentos queden terminantemente prohibidos, mientras no se instaure un marco ético internacional que establezca las circunstancias y las medidas de seguridad que los normen y los justifiquen.
Rebrikov, quien es investigador en la Universidad de Investigación Médica Rusa Pirogov y director de un laboratorio de edición genómica perteneciente al Centro Nacional de Investigación Médica Kulakov para Obstetricia, Ginecología y Perinatología de Moscú, declaró a la revista Nature que al igual que el investigador chino, su intervención genética también tendrá como objetivo de edición el Gen CCR5, aunque afirma que su técnica ofrecerá mayores beneficios, planteará menos riesgos y será más justificable desde el punto de vista ético.
Teóricamente, la alteración del gen CCR5, impedirá que el VIH ingrese a las células de los embriones, reduciendo el riesgo de que sus madres (portadoras de VIH) contagien a los fetos durante su permanencia en el útero, aunque muchos genetistas argumentan que esa acción aportará pocos beneficios clínicos, ya que el riesgo de transmisión por esta vía es mínimo.
Jennifer Doudna, bióloga molecular de la Universidad de California en Berkeley. EE. UU.
Alta Charo, investigadora en bioética y derecho de la Universidad de Wisconsin-Madison, EE. UU
Entre otras voces calificadas que rechazan lo planeado por Rebrikok, está la de Jennifer Doudna, pionera del sistema de edición del genoma CRISPR-Cas9, quien comentó: “La tecnología no está lista. Lo planeado por Rebrikov no es sorprendente, pero sí muy decepcionante e inquietante”.
A la anterior opinión, se suma la posición de Alta Charo, miembro de un comité perteneciente a la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el que se están formulando políticas de gobernabilidad ética para la edición del genoma humano, quien aseguró que lo planeado por Rebrikov no es un uso ético de la tecnología: “Es irresponsable continuar con este protocolo en este momento”.
Como colofón, mencionaremos que en la segunda cumbre internacional sobre la edición del genoma humano, celebrada el 29 de noviembre de 2018, en Hong Kong, República Popular China, se advirtió que “los riesgos (de la edición genética) son demasiado grandes como para permitir ensayos clínicos de edición de la línea germinal humana en este momento”. Sin embargo, y a pesar de las voces opositoras, Rebrikov advierte que tiene plena confianza en la seguridad de la técnica, asegurando que los resultados alcanzados en una investigación previa, realizada por él mismo, y publicados en el Bulletin of RSMU (Rusia) en la edición de julio-agosto de 2018, muestran una efectividad del 50% a la hora de crear embriones con el gen CCR5 mutado, información no validada por ningún otro actor científico solvente.
Aparentemente Rebrikov se aprovechará de la ambigua posición de las autoridades rusas en la materia, para realizar el experimento sin arriesgarse a enfrentar sanción punitiva alguna, a diferencia de lo ocurrido con el genetista chino.
Lo cierto, es que es indispensable establecer lineamientos, reglas y condiciones claras para la edición genética en embriones humanos, las que aseguren, hasta donde sea posible, las implicaciones éticas, legales y sanitarias de estas intervenciones.
Fuentes:
Nature. Russian biologist plans more CRISPR-edited babies. The proposal follows a Chinese scientist who claimed to have created twins from edited embryos last year.
The National Academies of Sciences Engineering Medicine. Second International Summit on Human Genome Editing.
Bulletin of RSMU. The efficacy of CRISPR-Cas9-mediated induction of the CCR5delta32 mutation in the human embryo.
códigoF. Científicos chinos están creando bebés modificados genéticamente.