No cabe duda lo valioso que resulta que los investigadores encuentren nuevas aplicaciones terapéuticas a fármacos que llevan años en el mercado, que además han demostrado con creces sus amplios márgenes de eficacia y seguridad, entendiendo que con ello se ahorran años de intensa investigación y enormes cantidades de dinero invertidas, no siempre con éxito, para el desarrollo de nuevas moléculas.
El tamoxifeno, clasificado técnicamente como un modulador selectivo de los receptores estrogénicos, se emplea como terapia complementaria para el cáncer de mama y Ginecomastia (agrandamiento patológico de una o ambas glándulas mamarias en el hombre). Utilizado durante los siguientes 5 años a la realización de una cirugía y quimioterapia de mama, disminuye sustancialmente la reincidencia del tumor. Su acción no se limita a la mama, pues otros órganos tienen receptores para estrógenos.
En este rubro, compartimos con ustedes las conclusiones alcanzadas por un equipo de científicos, los que a través de un protocolo realizado en ratones de laboratorio con cáncer de páncreas y cultivos celulares que lo simulan, constataron que el uso del tamoxifeno tiene dos efectos. En primer lugar, debilita la coraza externa de tumores sólidos, como los del páncreas, llamada estroma, elemento indispensable para la multiplicación del cáncer, e inactiva también la defensa metabólica contra la disminución de la cantidad de oxígeno suministrado por la sangre a las células (hipoxia), lo que afectaría el desarrollo y disminuiría la supervivencia de las células cancerosas.
“El microentorno del tumor es fundamental para la progresión del cáncer y la influencia de sus propiedades mecánicas, es cada vez más apreciada. El tamoxifeno se ha usado durante muchos años para tratar el cáncer de mama con estrógeno positivo. El estudio demostró que con el uso del tamoxifeno se reducen los niveles de HIF-1A al suprimir la contractilidad dependiente de la miosina y la mecano-sensación de la rigidez de la matriz, regulando a la baja los genes regulados por la hipoxia, lo que aumenta la vascularización en los tejidos PDAC. Nuestros hallazgos muestran un cambio de paradigma para el tamoxifeno como un fármaco bien establecido en la terapia hormonal del cáncer de mama, a un candidato alternativo para la orientación estromal, estrategias en PDAC y posiblemente otros cánceres”. Cita tomada del Abstract del estudio.
Los resultados de la investigación fueron publicados en la edición del 11 de diciembre del 2018 en la revista EMBO press, con el título “Tamoxifen mechanically reprograms the tumor microenvironment via HIF‐1A and reduces cancer cell survival” (El tamoxifeno reprograma mecánicamente el microentorno del tumor a través de HIF-1A y reduce la supervivencia de las células cancerosas), cuyo autor principal es Armando E. del Río Hernández, miembro del Laboratorio de Biomecánica Celular y Molecular del Departamento de Bioingeniería del Colegio Imperial de Londres, en el Reino Unido.
Como en otros casos, los investigadores destacan que aunque los resultados son altamente prometedores, son solamente el inicio de un largo camino investigativo por recorrer.