“La pobreza multiplica el riesgo de sufrir malnutrición y sus consecuencias. Las personas en situación de pobreza tienen más probabilidad de sufrir alguna de las formas de la malnutrición. Además, la malnutrición aumenta los costos de la atención de salud, reduce la productividad y frena el crecimiento económico, lo que puede perpetuar el ciclo de pobreza y mala salud”. OMS

Hoy celebramos el Día Mundial de la Alimentación, efeméride que nos recuerda la terrible situación de insuficiencia alimentaria y hambre histórica en la que se encuentran más de 2 mil 700 millones de personas a nivel global, inadmisible situación que ocurre mientras muchas sociedades invierten ingentes fortunas para la producción y comercialización de bienes suntuarios irrelevantes y material bélico.

Los problemas que acarrean la falta de recursos y educación para acceder y consumir alimentos sanos que impulsen mejores condiciones de salud, y una mayor calidad y expectativa de vida, es un tema tan acuciante como mal atendido, el cual provoca sobrepeso y obesidad, desnutrición, emaciación grave, retraso del crecimiento e insuficiencia ponderal, pobre capacidad intelectual, y una pronunciada disposición al desarrollo de padecimientos no transmisibles graves, como las enfermedades cardiovasculares (infarto de miocardio y accidentes cerebrovasculares, a menudo asociados con la hipertensión arterial), algunos tipos de cáncer y diabetes.

La mala alimentación y la mala nutrición son dos de los principales factores de riesgo de estas enfermedades en todo el mundo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) puntualiza que el término “malnutrición” se refiere a las carencias, los excesos y los desequilibrios de la ingesta calórica o de nutrientes de una persona, y agrupa tres grandes grupos de afecciones:

  • la desnutrición, que incluye la emaciación (un peso insuficiente respecto de la talla), el retraso del crecimiento (una talla insuficiente para la edad) y la insuficiencia ponderal (un peso insuficiente para la edad)
  • la malnutrición relacionada con los micronutrientes, que incluye las carencias de micronutrientes (la falta de vitaminas o minerales importantes) o su exceso
  • el sobrepeso, la obesidad y las enfermedades no transmisibles relacionadas con la alimentación (como las cardiopatías, la diabetes y algunos tipos de cáncer)

El impacto ocasionado por la malnutrición:

  • En 2022, a nivel global, cerca de 390 millones de adultos de 18 años en adelante tenían un peso insuficiente y 2 mil 500 millones tenían sobrepeso (de los que 890 millones tenían obesidad). Además, 390 millones de niños y adolescentes de 5 a 19 años tenían sobrepeso (de ellos, 160 millones tenían obesidad). Por otro lado, 190 millones tenían un peso insuficiente, de acuerdo con el índice de masa corporal <IMC> para la edad, por más de dos desviaciones típicas por debajo de la mediana de referencia.

Se calcula que, en 2022, 149 millones de niños menores de 5 años presentaban retraso del crecimiento, mientras que 37 millones tenían sobrepeso u obesidad, y casi la mitad de las defunciones de niños menores de 5 años se relacionaban con la desnutrición, muertes que en su mayoría se registran en los países de ingresos bajos y medianos, como el nuestro.

Vale la pena recordar que el 1 de abril de 2016, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) proclamó el Decenio de las Naciones Unidas de Acción sobre la Nutrición 2016-2025, una iniciativa que se erigía como la oportunidad sin precedente de luchar contra todas las formas de malnutrición. El Decenio fija un calendario concreto de aplicación de los compromisos formulados en la Segunda Conferencia Internacional sobre Nutrición para cumplir un conjunto de metas mundiales relativas a la nutrición, y las enfermedades no transmisibles relacionadas con la alimentación fijadas para 2025, así como alcanzar las metas de la Agenda 2030 para el Desarrollo sostenible (Objetivo de Desarrollo Sostenible 2), que tiene como meta la de poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y mejorar la nutrición, y promover la agricultura sostenible, y el ODS 3: garantizar una vida sana y promover el bienestar de todos a todas las edades.

Todavía estamos lejos de cumplir estas metas, lo que compromete el desarrollo de una humanidad sana, con mejores oportunidades de desarrollo y mejor expectativa de vida.

Algunos datos relacionados con la malnutrición y el hambre en el mundo:

  • Aproximadamente el 29.6% de la población mundial (equivalente a 2 mil 400 millones de personas) no tiene acceso constante a los alimentos, medido por la prevalencia de la inseguridad alimentaria moderada o grave. Entre ellos, alrededor de 900 millones de personas se enfrentaban a una inseguridad alimentaria grave.
  • La capacidad de las personas para acceder a dietas saludables se ha deteriorado en todo el mundo: más de 3 mil 100 millones de personas en el mundo (42%) no pudieron permitirse una dieta saludable en 2021, lo que representa un aumento general de 134 millones de personas en comparación con 2019.
  • Millones de niños menores de cinco años siguen sufriendo desnutrición: en 2022, 148 millones de niños menores de cinco años (22.3%) padecían retraso del crecimiento, 45 millones (6.8%) padecían emaciación (Adelgazamiento extremo con pérdida casi total de la grasa corporal, atrofia muscular intensa y trastornos tróficos y funcionales de órganos y sistemas), y 37 millones (5.6%) tenían sobrepeso.
  • Se han observado avances en la lactancia materna exclusiva: el 48% de los bebés menores de 6 meses se benefician de esta práctica, cerca del objetivo de 2025. Sin embargo, se necesitan mayores esfuerzos para alcanzar los objetivos de malnutrición para 2030.
  • El consumo de alimentos industrializados se ha ido incrementando en las zonas periurbanas y rurales de algunos países.
  • La inseguridad alimentaria moderada o grave afectó al 33% de los adultos que vivían en zonas rurales, y al 26% en zonas urbanas.
  • La urbanización es descrita en el informe como una “megatendencia” que afecta cómo y qué come la gente, y ya que se prevé que casi siete de cada diez personas vivirán en ciudades para 2050, los gobiernos y otros actores que trabajan para abordar el tema del hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición deben tratar de comprender estas tendencias de urbanización, y tenerlas en cuenta en su formulación de políticas.
  • La prevalencia del retraso del crecimiento infantil es mayor en las zonas rurales (35.8%) que en las urbanas (22.4%).
  • La emaciación es mayor en las zonas rurales (10.5%) que en las urbanas (7.7%), mientras que el sobrepeso es ligeramente más frecuente en las zonas urbanas (5.4%) que en las rurales (3.5%).

El informe “Proteger la promesa” de la Organización de las Naciones Unidas (ONU/2022) confirma la grave regresión a nivel mundial en prácticamente todas las mediciones importantes sobre el bienestar infantil y de muchos indicadores clave de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), mostrando que la inseguridad alimentaria y el hambre, entre otros, han aumentado sustancialmente, versus el informe “Progreso de la Estrategia Mundial Todas las Mujeres, Todos los Niños”, dado a conocer en 2020.

En este contexto, resaltamos los beneficios de la lactancia materna, idealmente hasta los dos años, ya que aporta nutrientes esenciales. Sin embargo, entendemos que no todas las madres pueden o eligen amamantar. En esos casos, las fórmulas infantiles son una alternativa segura y válida. Lo más importante es asegurar que cada bebé reciba el cuidado y la nutrición adecuada.

Los invitamos a escuchar códigoF el podcast sobre lactancia materna y el podcast sobre desórdenes de la alimentación.

Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF

Fuentes:

Organización Mundial de la Salud. (1 de marzo de 2024).
Malnutrición.

Organización Panamericana de la Salud. (s.f.).
Revista Panamericana de Salud Pública. Día mundial de la alimentación.

códigoF. (4 de septiembre de 2023).
735 millones de seres humanos viven bajo el yugo implacable del hambre, un 20% más que en 2019.