14 de noviembre, Día Mundial de la Diabetes, fue instituido hace 28 años (1991), gracias a la iniciativa conjunta de la Federación Internacional de Diabetes (FID) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), buscando visibilizar aún más un problema de salud que amenaza con convertirse en una pandemia global.
Para poner en contexto esta aseveración, les informamos que de acuerdo con los datos contenidos en el Informe Mundial sobre la Diabetes presentado por la OMS en abril del 2016, la cifra de personas diagnosticadas con diabetes en 1980 pasó, de 108 millones a 422 millones en 2014, pero para 2045 se espera que la cifra escale a 629 millones.
Lo interesante es, que a pesar de ser una de los padecimientos más extendidos en el orbe, y ser una de las cuatro enfermedades no transmisibles (ENT) más preocupantes a nivel mundial, aún persiste a nivel popular un gran desconocimiento sobre la misma y una enorme cantidad de mitos sobre su origen y tratamiento, que enrarecen el combate de la misma.
La diabetes es una enfermedad crónica que se desarrolla cuando el páncreas no produce insulina suficiente, o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce.
Existen tres tipos de diabetes:
- Diabetes tipo 1 (anteriormente denominada diabetes insulinodependiente o juvenil), la que se caracteriza por la ausencia de síntesis de insulina.
- Diabetes tipo 2 (llamada anteriormente diabetes no insulinodependiente o del adulto), cuyo origen es la incapacidad del organismo para utilizar eficazmente la insulina, lo que a menudo es consecuencia del exceso de peso o la inactividad física.
- Diabetes gestacional la que corresponde a una hiperglicemia que se detecta por primera vez durante el embarazo.
Con respecto a la prevalencia mundial normalizada por edades, podemos comentarles que la misma casi se ha duplicado desde 1980, pasando del 4.7% al 8.5% en la población adulta, lo que impacta también en el incremento de los factores de riesgo asociados, como el sobrepeso o la obesidad.
Algunos datos duros sobre la diabetes.
- Se estima que 425 millones de adultos (entre los 20 y 79 años) viven con diabetes; para el 2045, la cifra alcanzará los 629 millones.
- El 79% de los adultos con diabetes vive en países de ingresos bajos y medios.
- El mayor número de personas diagnosticadas con diabetes tiene entre 40 y 59 años.
- 1 de cada 2 personas (212 millones) con diabetes no fueron diagnosticadas.
- La diabetes es causa directa de 1.5 millones de muertes anuales, e indirecta (al incrementar los riesgos de enfermedades cardiovasculares y de otro tipo) de otros 2.2 millones de fallecimientos.
- De las 3.7 millones de muertes relacionadas con la diabetes, el 47% corresponde a personas menores de 70 años.
- La diabetes causó, por lo menos, 727 mil millones de dólares en gastos sanitarios en 2017, lo que representa el 12% del gasto total en pacientes adultos.
- La mayoría de las personas afectadas tienen diabetes de tipo 2, la que solía ser exclusiva de los adultos, pero que ahora también se ve en niños.
- Más de 21 millones de nacidos vivos (1 de cada 7 nacimientos) se vieron afectados por la diabetes durante el embarazo.
- Todos los tipos de diabetes pueden provocar complicaciones e incrementar el riesgo general de muerte prematura.
- Las posibles complicaciones incluyen: ataques cardiacos, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia renal, amputación de extremidades inferiores, pérdida de la visión y daños neurológicos.
- Si la diabetes no se controla durante el embarazo, aumenta el riesgo de muerte fetal y otras complicaciones.
Como en cualquier otra enfermedad, el punto de quiebre para un mejor pronóstico del curso de la enfermedad es un diagnóstico oportuno, seguido de un buen tratamiento y un estricto apego del paciente a las indicaciones de su médico, lo que desgraciadamente no siempre ocurre.
Sin embargo, lo más preocupante es que muchas personas reciben el diagnóstico cuando la enfermedad tiene un grado de avance importante, lo que ha permitido el daño inadvertido e irreversible de diferentes órganos.
Es por ello que las acciones tendientes a conseguir diagnósticos tempranos de la diabetes y en general de cualquier otra enfermedad son, a corto, mediano y largo plazo, la estrategia sanitaria más rentable a nivel humano y financiero.