El pasado uno de diciembre, como todos los años desde hace tres décadas, se celebró el Día Mundial del Sida, acción que nos involucra a todos por igual, sin importar sexo, raza, creencias, ni condición social.

Desde la fecha en la que se documentó el primer caso de VIH-SIDA se han conseguido importantes avances para el control de la enfermedad, haciéndola pasar de un padecimiento viral mortal, a uno de control, a través de los tratamientos antirretrovíricos (al menos en los países con mejores sistemas de atención sanitaria), los científicos no han podido desarrollar una cura para una infección que anualmente sesga la vida de un millón de personas y lleva 35 millones de muertes acumuladas desde que empezó a datarse, entre las que se encuentran quienes desconocían estar infectados, los que no recibieron ningún tratamiento o los que recibieron eran inapropiados o insuficientes, o fueron diagnosticados en un estadio tan avanzado, por lo que la ciencia médica no pudo salvarlos.

En el caso del África subsahariana las cifras de infección por el VIH son realmente aterradoras, ya que cada sesenta segundos, de cada día, una niña de entre 15 y 24 años se contagia de esta enfermedad, situación que se suma a que esta región también ostenta el primer lugar en embarazos adolescentes, según datos obtenidos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

La Organización Mundial de la Salud (OMS) acota que el mayor número de contagios se da en los grupos catalogados como de alto riesgo de contraer esta infección o cualquier otra enfermedad de transmisión sexual (ETS).

  • Hombres que tienen relaciones homosexuales (el contagio en mujeres homosexuales es menor).
  • Los que utilizan drogas inyectables y comparten las jeringas.
  • Los presos y personas recluidas en otros entornos.
  • Los trabajadores sexuales y sus clientes.
  • Los transexuales.
  • Cualquier persona que practica el sexo no seguro con múltiples parejas.

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas para el VIH / SIDA (ONUSIDA), lanzó en 2015 el plan denominado “90-90-90”, cuyas metas son que el 90% de las aproximadamente 37 millones de personas en el mundo que tiene VIH conozcan su estado; que el 90% de ellos inicien inmediatamente el tratamiento para contener el padecimiento y que el 90% de los pacientes tratados sigan medicados y mantengan al virus controlado para evitar que el SIDA continúe siendo una amenaza para la salud pública, cobertura que idealmente debería alcanzarse a más tardar en el año 2030, pero que ante los avances conseguidos se muestra imposible de cumplir.

La fase más avanzada de la infección por el VIH es el Síndrome de inmunodeficiencia adquirida o sida que, dependiendo de las características de cada persona, puede tardar entre 2 y 15 años para manifestarse.

Los sujetos con sida pueden contraer ciertos tipos de cáncer e infecciones o presentar otras manifestaciones clínicas de gravedad concomitantes, lo que complica aún más su tratamiento.

Si consideramos que los tratamientos antirretrovíricos (TAR) son muy efectivos para controlar la infección, e inhibir sustancialmente el contagio en los estadios primarios de la enfermedad, un diagnóstico temprano se vuelve aún más urgente.

Es por ello que muchos de los esfuerzos mundiales para combatir esta enfermedad, más allá de prevenirla a través de la práctica del sexo seguro, estén centrados en implementar campañas para impulsar a las personas (sobre todo aquellas que se ubican en los grupos de alto riesgo) a realizarse periódicamente la prueba de detección del VIH en centros sanitarios y poner al alcance de más individuos sistemas de detección, como el kit de autodiagnóstico del VIH-SIDA de venta libre, disponible en las farmacias de España, Francia y Reino Unido, lo que idealmente, conseguirá un mayor número de diagnósticos oportunos.

Lo cierto es que para derrotar al virus de la inmunodeficiencia adquirida aún nos queda aparentemente un largo y sinuoso camino por recorrer, en el que la prevención del contagio, el diagnóstico oportuno y los tratamientos antirretrovirales (TAR) son, por el momento, nuestros mejores aliados para frenar a la enfermedad.

 Por: Manuel García Rodríguez

Fuentes:

Organización Mundial de la Salud.
30 Día Mundial del Sida.

Organización Panamericana de la Salud.
América Latina y el Caribe tienen la segunda tasa más alta de embarazo adolescente en el mundo.

Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.
Es crucial la contribución de las mujeres para el desarrollo económico y social de México.

Organización Mundial de la Salud.
VIH-sida, datos y cifras.

Science.
A campaign to end AIDS by 2030 is faltering worldwide.

UNAIDS.
90-90-90. Un ambicioso objetivo de tratamiento para contribuir al fin de la epidemia de sida.