La mejor manera de prevenir la influenza es vacunarse.
El invierno se acerca, acompañado por diversas enfermedades y afecciones respiratorias, entre las que destaca la influenza.
Es por ello que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) informó, a través del doctor David Alejandro Cabrera Gaytán, Jefe de Área Médica de Vigilancia Epidemiológica de Enfermedades Respiratorias del Instituto, que del pasado 14 de octubre y hasta el 31 de marzo del próximo año, se emprendió una intensa campaña de vacunación contra la influenza, cuya meta es la aplicación de 10 802 118 dosis a sus derechohabientes, los que para este efecto comprenden particularmente: mujeres en estado de gestación, niños entre los 6 meses y 4 años 11 meses y adultos mayores de 60 años, segmentos mayormente susceptibles a ser afectados por este virus.
Hablando particularmente de la vacuna que está aplicando el IMSS, Cabrera Gaytán comentó que el preparado contiene cepas de influenza estacional: H1N1, AH3 y tipo B. Al respecto, precisó que aunque la aplicación de la vacuna no evita necesariamente el contagio, si disminuye sustancialmente el impacto del virus, el que encuentra un sistema inmunológico en estado de alerta listo para defenderse.
La influenza es una enfermedad respiratoria contagiosa que ataca al sistema respiratorio: nariz, garganta y pulmones, provocada por los virus de la influenza: A y B, los que generalmente se diseminan entre las personas todos los años, causando epidemias de influenza estacional. Los virus de la influenza pueden ocasionar desde una afección leve que se cura prácticamente sola, hasta una grave, lo que en casos extremos puede conducir a la hospitalización y a la muerte. Algunas personas como las personas mayores de 60 años, niños pequeños y personas con ciertas afecciones (asma, enfermedades: cardíacas, renal o de hígado, diabetes o sobrepeso) corren un mayor riesgo de presentar complicaciones graves por la influenza.
Haber recibido la vacuna no exime a las personas a tomar medidas precautorias coadyuvantes para evitar el contagio, como lavarse concienzuda y frecuentemente las manos con abundante agua y jabón, cubrirse el rostro con el ángulo del codo al toser o estornudar, incrementar el consumo de frutas y verduras, abrigarse y evitar cambios bruscos de temperatura, ingerir agua o jugos naturales en abundancia, consultar al médico en caso de presentar algunos de los síntomas típicos de la infección: dolor intenso en cabeza y cuerpo, tos, ardor de garganta, fiebre elevada (no en todos los casos se presenta), escalofríos, náuseas, vómito y diarrea, mucosidad nasal o nariz tapada, inapetencia, cansancio extremo y somnolencia y por supuesto, evitar la automedicación.