Uno de los problemas de salud colaterales más frecuentes de la diabetes es el desarrollo de heridas de difícil cicatrización, infectadas y con tejido necrosado, particularmente en los pies, lo que potencialmente causa la amputación del miembro afectado.
La grave afectación vascular que provoca el exceso de azúcar en la sangre de las personas diabéticas, produce heridas de difícil cicatrización en los pies, las que promueven muerte tisular e infecciones, cuya severidad puede poner en riesgo el miembro y la vida del paciente.
El control de los niveles de glucosa en sangre, (lo que se consigue con la ingesta de una dieta médicamente adecuada) la realización de ejercicio regular y el uso correcto de los medicamentos indicados por el médico tratante, son la “piedra angular” para que los pacientes diabéticos obtengan una mejor calidad y expectativa de vida; pero cuando esto no ocurre y los pacientes desarrollan heridas en los pies, los galenos tienen que intervenir rápida y enérgicamente para evitar males mayores.
Con referencia a este tema, el pasado 23 de noviembre publicamos en códigoF el artículo: “Desarrollan en Puebla un fármaco capaz de cicatrizar hasta en un 90% heridas causadas por el pie diabético y úlceras varicosas en menor tiempo”, en el que les informamos sobre el desarrollo de un medicamento a base de nanomateriales, lo que en pruebas con animales de laboratorio, demostró lograr una regeneración tisular en un tiempo récord de aproximadamente 10 días, en cerca del 100% de las lesiones de difícil tratamiento y mal pronóstico, como las ocasionadas por el pie diabético y las úlceras varicosas.
El día de hoy, abordamos en este artículo el uso de una técnica denominada “larvaterapia”, la que utiliza larvas de grado médico de la mosca “lucilia sericata”, producidas en laboratorio de manera estéril, para introducirlas en heridas como medida terapéutica.
La mosca verde botella común (Phaenicia sericata o Lucilia sericata) es una mosca presente en gran parte del mundo, y la más conocida de las numerosas especies de moscas verde botella. Mide entre 10 y14 mm de largo (un poco más grande que la mosca doméstica) y tiene colores metálicos, azul-verde u oro con marcas negras.
Una vez introducidas las larvas estériles de la mosca “lucilia sericata” en las heridas, tienen la peculiaridad de comerse el tejido necrosado y producir enzimas proteolíticas que además lo licúan, facilitando su remoción, sin afectar el tejido sano.
“El pie diabético tiene un componente vascular, infeccioso, de tejido dañado o muerto y de control de la glucosa. El manejo interdisciplinario es indispensable e implica tener control del nivel de azúcar en la sangre del paciente. Un infectólogo debe realizar la revisión y análisis de las bacterias de la herida para que las larvas se coman todo lo podrido y contrarresten el daño que causan las bacterias”. Dr. José Contreras Ruiz, jefe de la sección de Clínica de Heridas y Estomas de la división de Dermatología del Hospital General Manuel Gea González.
El uso de la “larvaterapia” como tratamiento no se limita a las heridas provocadas por la diabetes, utilizándose también en la profilaxis de úlceras venosas o varicosas, úlceras por presión o escaras del encamado, heridas quirúrgicas (que no cicatrizan), o en cualquier herida crónica donde haya tejido muerto; también es útil para el tratamiento de infecciones en heridas provocadas por bacterias resistentes a los antibióticos, lo que le confiere mayor valor.
El uso de la “larvaterapia” era frecuente, pero cayó en desuso progresivamente, con el desarrollo de la asepsia, la mejora de los procedimientos quirúrgicos y los antibióticos. Sin embargo, de unos años para acá, esta técnica recuperó la importancia perdida, gracias a su alta eficacia, bajos costos y la estandarización de sus procedimientos.
El Hospital General Manuel Gea González de México, es la primera institución sanitaria en Latinoamérica que emplea la “larvaterapia” para la atención de heridas.