Un dato fuerte muestra que la tuberculosis (TB), la infección bacteriana causada por el germen Mycobacterium tuberculosis provoca un mayor número de fallecimientos que los directamente ocasionados por el virus del VIH y la malaria.
Para ponerle cifras a esta aseveración, les comentamos que la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que aproximadamente un tercio de la población mundial está infectada por el bacilo de la tuberculosis, aunque es esencial aclarar que solo una pequeña proporción de los infectados desarrollará activamente el padecimiento.
Sin embargo, esta enfermedad infecciosa se colocó durante el 2016 como una de las 10 principales causas de defunción a nivel global, cobrándose la vida de 1.8 millones de personas, de las que 500 mil también estaban infectados por el VIH. Es impactante saber que en ese mismo año, la OMS estimó que 10.4 millones de personas más se infectaron con este bacilo.
La Mycobacterium tuberculosis se disemina a través del aire, cuando una persona con TB pulmonar tose, estornuda o habla, y aunque lo más frecuente es que se aloje y ataque a los pulmones, también tiene la capacidad de dañar otros órganos.
La TB es un problema de salud tan serio a nivel global que los ministros de salud y otros dirigentes de los países asociados a la OMS se reunieron el pasado mes de septiembre en la primera reunión de alto nivel sobre la tuberculosis (TB) de la Asamblea General de las Naciones Unidas, a fin de establecer los acuerdos necesarios para poner fin a esta enfermedad, comprometiéndose formalmente a prestar los servicios de prevención y atención necesarios a todos las personas aquejadas por ella.
La buena noticia, es que de acuerdo con un artículo publicado en The New England Journal of Medicine, firmado por el Dr. Barry R. Bloom y con el título “New Promise for Vaccines against Tuberculosis”, un equipo de investigadores de GSK y de la Iniciativa Internacional para el Acceso a Vacunas (IAVI), han desarrollado y probado una nueva vacuna contra el Mycobacterium tuberculosis, la que alcanzó una tasa de efectividad franca del 54% en adultos previamente expuestos a la bacteria, segmento en el que la vacuna existente tiene una efectividad limitada.
La actual vacuna contra la TB (BCG) se desarrolló hace casi 100 años (1921) y se basa en el bacilo Calmette-Guérin, la que ofrece una protección aproximada del 30%.
La nueva vacuna, denominada M72, concluyó con éxito los estudios de Fase II, lo que significa que se probó su seguridad y eficacia en un grupo de voluntarios a través de un ensayo “doble ciego”, alcanzando la cifra de efectividad que mencionamos previamente. Después de ello, será necesario probarla en un estudio a gran escala, denominado técnicamente Fase III, aunque lo más probable es que la versión final de la M72 que llegué finalmente al mercado no sea idéntica a la que se está probando actualmente.
Esta es una noticia extraordinaria en la lucha contra una enfermedad, la que se suma a los acuerdos adoptados por los Jefes de Estado y de Gobierno que asistieron el pasado septiembre a la primera Reunión de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre la Tuberculosis, en la que acordaron movilizar 13 mil millones de dólares americanos anuales (desde este mismo año y hasta el 2022) para prevenir y tratar la tuberculosis y otros 2 mil millones de USD para impulsar la investigación sobre la enfermedad.
Por: Manuel García Rodríguez
Fuentes:
The New England Journal of Medicine.
New Promise for Vaccines against Tuberculosis.
Organización Mundial de la Salud.
Tuberculosis.
Organización Mundial de la Salud.
Reunión de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el fin de la tuberculosis.
Organización Mundial de la Salud.
Dirigentes de todo el mundo se comprometen a cumplir objetivos ambiciosos y a actuar con rapidez para poner fin a la tuberculosis.