La enfermedad continúa siendo infrafinanciada e infrainvestigada, por lo que urgen más y mejores protocolos sobre la seguridad y eficacia de los tratamientos contra esta anemia en mujeres embarazadas o que amamantan; grupos que, aunque parezca increíble, generalmente se excluyen de los ensayos clínicos.

Existe un desorden autosómico recesivo (patrón de herencia que solamente se manifiesta cuando un individuo hereda una copia del gen mutado de cada progenitor) denominado enfermedad de células falciformes, o anemia de células falciformes, el cual provoca que los glóbulos rojos, que normalmente son flexibles y con forma de disco –lo que permite que circulen fácilmente a través de los vasos sanguíneos–, se presenten con forma de media luna y sean rígidos; dichas anormalidades impiden que estos circulen correctamente, taponando el flujo de sangre al resto del cuerpo, provocando repentinos episodios de intenso dolor, accidentes cerebrovasculares, problemas pulmonares, afecciones oculares, infecciones repetitivas, sepsis, enfermedades renales e insuficiencia orgánica.

Es necesario acotar que la enfermedad de células falciformes es crónica, aunque existen diferentes tratamientos que ayudan a reducir los síntomas y controlarla, permitiendo que quienes la padecen puedan llevar una vida razonablemente satisfactoria, aunque no exenta de riesgos.

Otro punto a destacar es que durante el embarazo se incrementan sustancialmente los riesgos asociados con la anemia de células falciformes, como la preeclampsia, provocando que las mujeres que la padecen tengan de 4 a 11 veces más probabilidades de muerte que las que no la padecen, y que sus bebés corran mayores riesgos de muerte fetal, de nacer prematuramente o con bajo peso.

La buena noticia con respecto a este padecimiento es que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recientemente liberó un documento que incorpora nuevas directrices basadas en evidencia, adecuadas a entornos comunitarios de bajos y medianos ingresos, los que lamentablemente, y como ocurre con muchas otras enfermedades, son los que asumen la mayoría de los casos y de las muertes por esta enfermedad; lo anterior diferencia a las nuevas directrices de guías previas basadas, en gran medida, en protocolos de los países de ingreso alto, sugerencias entre las que destacan algunas que incluso parecen obvias, pero que no se realizan en los ámbitos comunitarios menos favorecidos:

  • incorporación de personal especializado y experto para la atención de mujeres embarazadas con anemia de células falciformes
  • administración complementaria de ácido fólico y hierro
  • manejo oportuno y preciso de las crisis por células falciformes, y alivio del dolor
  • prevención de infecciones y trombosis
  • transfusiones de sangre profilácticas
  • monitoreo adicional de la salud de la mujer y del feto durante la gestación

Vale la pena destacar que este documento es el primero de una nueva serie de la OMS sobre el manejo de las enfermedades no transmisibles en el embarazo, al que le seguirán directrices que cubran las afecciones cardiovasculares, la diabetes, las enfermedades respiratorias, los trastornos de salud mental y el uso indebido de sustancias.

Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF

Fuentes:

Organización Mundial de la Salud. (19 de junio de 2025).
La OMS publica las primeras directrices mundiales para mejorar la atención gestacional de las mujeres con anemia de células falciformes.

Medicina Interna de México. (2024).
Anemia de células falciformes en medicina de urgencias: una revisión basada en la evidencia.