Paralelamente al fortísimo impacto sanitario y humano al que estamos siendo sometidos los habitantes de más de 190 países, territorios y regiones por la epidemia del COVID-19, lo que ha llevado a pedir y en algunos casos ordenar a las autoridades políticas el aislamiento social; el cierre temporal de colegios, guarderías, cines, restaurantes, bares, así como la cancelación o cuando menos postergación de eventos de concentración masiva, como son conciertos, partidos deportivos, manifestaciones políticas y religiosas, por mencionar solamente algunos de ellos, las personas, hogares y empresas se enfrentarán a corto, mediano además del largo plazo a retos sin precedentes.

Con las cadenas de suministro interrumpidas de manera parcial o total, las medidas de contención que limitan las interacciones económicas y sociales, la caída de la demanda, y la inminente perdida de trabajos e ingresos para millones de personas, se prevé una de las peores crisis sanitarias, económicas y políticas sufridas en tiempos modernos por la humanidad.

Atendiendo a esta inédita situación, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) generó el documento “Apoyos a personas y empresas por el virus Covid-19. Opciones para una respuesta inmediata de empleo y política social”, en el que se analiza la situación económica y social actual, mediata y futura; se ofrecen algunos ejemplos de las medidas tomadas en otros países para tratar de minimizar el impacto que generará el COVID-19, y se enumeran algunas recomendaciones políticas para que los gobiernos ayuden a sus ciudadanos a enfrentar y superar la emergencia.

Es necesario acotar que en este artículo no abordamos en detalle y profundidad el mencionado documento, ofreciéndoles una visión general del mismo.

El trabajo a distancia, una solución valiosa, pero parcial.

Es innegable la necesidad de reducir la exposición de los trabajadores a la Covid-19 en el lugar de trabajo, fomentar el trabajo a distancia en aquellos casos que sea posible, y garantizar el acceso al apoyo de ingresos para los trabajadores asalariados y no asalariados enfermos y en cuarentena. Sin embargo, hay otros grupos sociales que por la naturaleza de su trabajo, carecer de computadora en casa o conexión a internet, o no contar con las condiciones ni las habilidades necesarias para hacerlo, se encuentran prácticamente indefensos sin ningún tipo de red de protección y seguridad para enfrentar el complejo panorama económico que se está viviendo y se agravará en los meses subsecuentes.

Buscando minimizar los efectos de la crisis que se avecina, algunos países, particularmente aquellos con las economías más robustas,  introdujeron o anunciaron medidas económicas y de política social, poniendo particular énfasis en apoyar a quienes se encuentran en una posición de mayor  vulnerabilidad, los que como generalmente ocurre, asumen una parte desproporcionada de la carga en épocas de crisis.

“De acuerdo con la OCDE, esta crisis es de una naturaleza diferente a las anteriores, y requiere una combinación y un momento diferentes para las respuestas políticas. La propagación del virus COVID-19 interrumpió las cadenas de suministro internacionales, especialmente con China, y está obligando a los trabajadores a permanecer en sus hogares, ya sea porque están en cuarentena, enfermos o sujetos a bloqueos. Este «shock de oferta» es muy difícil de abordar con las herramientas estándar de política monetaria y fiscal. A medida que las empresas se ven obligadas a interrumpir y reducir las operaciones, pierden la capacidad de seguir pagando los salarios de sus empleados. Esto amenaza los ingresos de los hogares y combinado con la creciente incertidumbre, reduce el consumo de las familias, lo que ejercerá más presión sobre las empresas y sus empleados, así como sobre los trabajadores independientes”.

A continuación, compartimos con ustedes algunas de las sugerencias de la OCDE para enfrentar esta situación.

Algunas alternativas políticas para reducir la exposición de los trabajadores al virus COVID-19 en los lugares de trabajo:

  • Relajar las regulaciones existentes o introducir nuevas opciones para realizar trabajo a distancia.
  • Brindar asistencia financiera y asesoría técnica a las pequeñas y medianas empresas (PYME), para ayudarlas a desarrollar rápidamente la capacidad de teletrabajo y la realización de rutinas efectivas en esta modalidad laboral.
  • Colaborar con empresas tecnológicas para proporcionar a las PYME y a los autónomos un acceso rápido además de gratuito a herramientas de comunicación, intercambio y trabajo en equipo.
  • Proporcionar o alentar a los sindicatos y empleadores a negociar pautas para reducir la exposición de los trabajadores en aquellos lugares de trabajo donde el teletrabajo no sea posible.

Es interesante observar como algunas empresas que se habían resistido a impulsar decididamente el trabajo a distancia, hoy se ven impelidas a impulsarlo aceleradamente, procurando mantener, en lo posible, su ritmo y continuidad de operación.

A modo de ejemplo, tenemos que algunos gobiernos, como el japonés, ofrecen a las pequeñas y medianas empresas un subsidio del 50% para la compra de equipos de teletrabajo, así como la obtención de asesoría para desarrollo e implementación de políticas adecuadas de esta vertiente laboral.

Por su parte, el Senado de los Estados Unidos aprobó el pasado 25 de marzo de manera unánime, un plan de rescate económico de una magnitud nunca vista en su historia, por dos billones de dólares, para ofrecer ayudas a empresas y ciudadanos.

Algunas empresas tecnológicas, como Amazon Web Services, Cisco, Dropbox y Google, ofrecen acceso gratuito temporal a algunas de sus herramientas de comunicación y uso compartido para empresas y trabajadores, buscando colaborar en la instauración rápida de rutinas efectivas de trabajo a distancia.

Sin embargo, y más allá de las facilidades que algunos gobiernos están ofreciendo a empresas y trabajadores, la OCDE hace notar que en algunos países, y en algunos grupos sociales, las malas condiciones de vivienda complican o de plano impiden el aislamiento efectivo y el trabajo a distancia.

Es bien sabido que ante una enfermedad infecciosa como la del COVID-19 el hacinamiento es particularmente riesgoso, ya que facilita la propagación de la enfermedad cuando un miembro de la familia está infectado. Al respecto, hay que considerar que más de la cuarta parte de todos los hogares en Letonia, México, Polonia y la República Eslovaca viven en condiciones de hacinamiento; una cuarta parte de los hogares en diez países de la OCDE no tienen una computadora personal, en Turquía y México menos de la mitad de los hogares no tienen acceso a una computadora en el hogar.

Opciones políticas para fortalecer el apoyo a los ingresos de los trabajadores enfermos y sus familias.

  • Extender la cobertura de licencia por enfermedad remunerada a los trabajadores no asalariados, incluidos los trabajadores independientes.
  • Extender la duración de la licencia por enfermedad remunerada, o renunciar a los períodos de espera para otorgarla, alineándolos a las recomendaciones médicas y de cuarentena.
  • Adaptar los requisitos de informes para acceder a la licencia por enfermedad remunerada, por ejemplo, renunciando a la necesidad obligatoria de un certificado médico.

Es necesario considerar que si bien es cierto que la licencia por enfermedad remunerada es una herramienta crucial para disminuir el impacto económico de la crisis de Covid-19, ofreciendo cierta continuidad a los ingresos de los trabajadores asalariados que no pueden laborar porque habérseles diagnosticado la enfermedad, o tienen que aislarse por seguridad, no todos gozan de ella.

Al respecto, Andrés Manuel López Obrador, titular del ejecutivo federal de nuestro país, pidió a los empresarios otorgar “permiso con goce de sueldo” a los trabajadores de la tercera edad y mujeres embarazadas para que puedan estar en sus casas sin perder sus ingresos. Esta solicitud, no respaldada hasta el momento por ningún estímulo o subvención estatal en firme, se queda realmente corta ante las necesidades de la población en general y particularmente de aquellos que no tienen un empleo formal. Es necesario considerar que las personas de la tercera edad, en nuestro país, no forman parte de la estructura productiva asalariada, y las mujeres embarazadas, dependiendo de su estado de gestación y nivel socioeconómico, tampoco lo son.

Más de la cuarta parte de todos los hogares en Letonia, México, Polonia y la República Eslovaca viven en condiciones de hacinamiento; hasta una cuarta parte de los hogares en diez países de la OCDE no tienen una computadora personal y, en Turquía y México, menos de la mitad de los hogares tienen acceso a una computadora en casa.

López Obrador aseguró recientemente que el ING. Carlos Slim, uno de los hombres más ricos del orbe y dueño de múltiples empresas nacionales e internacionales, le ofreció de manera personal no despedir a ningún empleado de sus múltiples corporaciones durante la crisis, y aunque esto es sin duda loable, no se enmarca en ningún plan de rescate gubernamental estructurado, sino en la voluntad de este hombre.

Opciones políticas para apoyar a trabajadores y familias con responsabilidades de cuidado.

  • Ofrecer opciones públicas de cuidado infantil a los padres que trabajan en servicios esenciales, como atención médica, servicios públicos y servicios de emergencia.
  • Proporcionar servicios de cuidado alternativo público.
  • Ofrecer apoyo financiero directo a los trabajadores que necesitan tomarse un permiso.
  • Dar subsidios financieros a los empleadores que brindan a los trabajadores vacaciones pagadas.
  • Adaptar los requisitos de teletrabajo a las responsabilidades de cuidado de los trabajadores en términos de horas de trabajo y carga de trabajo.

En el ámbito de las compensaciones otorgadas por enfermedad, la OCDE hace notar que con ellas, únicamente se cubre una pequeña fracción del salario anterior y/o es más corta que el período recomendado de autoaislamiento para personas con síntomas de Covid-19, lo que no resuelve de manera alguna el problema de la caída de ingresos, la que se espera se prolongará durante varios meses, dejando al final de la parte más álgida de la crisis una economía seriamente deteriorada.

Otro de los problemas inmediatos a resolver es la enorme presión familiar que implica tener a los hijos en casa por el cierre de las guarderías y escuelas. Algunos países han implementado medidas emergentes para ayudar a los padres que continúan trabajando, sobre todo aquellos que lo hacen en algún tipo de servicio prioritario (salud, energía y seguridad, por ejemplo), ofreciendo servicios de guardería con una plantilla de personal básica, a fin de solventar esa necesidad, pero esa medida no se extiende al grueso de la población, particularmente a quienes obtienen sus ingresos de la economía informal.

A la luz del enorme desafío al que se enfrentan las empresas de todos los sectores para hacer frente a un choque combinado de oferta y demanda, se necesitan medidas inmediatas para asegurar empleos e ingresos y otorgar flexibilidad a las empresas para reclutar rápidamente reemplazos de personal, cuando sea necesario.

Opciones de política para ayudar a asegurar empleos e ingresos a medida que las empresas se enfrentan a un shock por baja demanda.

  • Introducir, ampliar y relajar temporalmente los requisitos de participación y condicionalidad en los esquemas de trabajo a corto plazo.
  • Simplificar los procedimientos y proporcionar un fácil acceso a la información en línea para los empleadores.
  • Promover la adopción de capacitación en línea para invertir en las habilidades de los empleados durante la recesión.
  • Facilitar la contratación rápida de personal para reemplazar a los trabajadores enfermos en las funciones básicas.

La crisis de la Covid-19 socava la capacidad de las familias para pagar rentas, hipotecas, adquirir bienes de consumo esencial o cubrir el costo de los servicios públicos. Las medidas de apoyo gubernamental estructuradas y de corto, mediano y largo alcance, son esenciales para mantener la paz y la estabilidad social, particularmente en aquello países donde éstas ya están seriamente afectadas.

Opciones de política para proteger a los trabajadores y las familias que perdieron sus empleos o ingresos de trabajo por cuenta propia.

  • Extender el acceso al subsidio de desempleo a los trabajadores no asalariados.
  • Proporcionar un acceso más fácil a los beneficios destinados a familias de bajos ingresos.
  • Considerar pagos únicos a los trabajadores afectados.
  • Revisar el contenido y/o el momento de las reformas que restringen el acceso a las prestaciones por desempleo existentes.
  • Ayudar a los trabajadores con una economía frágil a permanecer en sus hogares, suspendiendo los desalojos, aplazando los pagos de hipotecas y servicios públicos.

Además de los medios para ajustar rápidamente el número de personal, muchos negocios requerirán apoyo financiero inmediato, particularmente las pequeñas y medianas empresas, los trabajadores autónomos, las tiendas, restaurantes y el sector cultural.

Opciones de política para proporcionar apoyo financiero a las empresas afectadas por la crisis.

  • Diferir los pagos de impuestos y cotizaciones sociales.
  • Establecer instalaciones financieras para apoyar temporalmente la liquidez de las empresas.

Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF

Fuentes:

Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.
Apoyos a personas y empresas por el virus Covid-19. Opciones para una respuesta inmediata de empleo y política social.

Wikipedia.
Grupo de los 20.

Youtube.
Conferencia matutina del ejecutivo federal del 26 de marzo.