Bajo el enfoque “One Health”, se busca evitar otra crisis sanitaria.

Durante la pandemia de COVID-19, ha ocurrido una mayor propagación de infecciones resistentes a los medicamentos. El Grupo conformado por la OMS, la FAO y la OIE, busca con el enfoque «Una salud» preservar los medicamentos antimicrobianos.

Todos hemos podido constatar la gran cantidad de recursos humanos y materiales que los sistemas de salud del mundo han tenido que destinar para hacer frente a la pandemia de COVID-19. 

La prestación de servicios esenciales de salud que han sido desplazados, también es evidente; sin embargo, recientemente los médicos han hecho una advertencia sobre una nueva consecuencia: la propagación y el florecimiento de diferentes gérmenes, bacterias y hongos resistentes a los antibióticos que, por la pandemia se han multiplicado de manera oportunista en los entornos de atención médica de todo el mundo.

La resistencia a los antimicrobianos es el fenómeno por el cual un microorganismo deja de ser afectado por un antimicrobiano al que anteriormente era sensible. Es consecuencia de la capacidad de ciertos microorganismos (por ejemplo, bacterias y virus) de neutralizar el efecto de los medicamentos, como los antibióticos. La resistencia surge por la mutación del microorganismo o por la adquisición del gen de resistencia: Organización Mundial de la Salud (OMS).

El pasado 27 de enero, el New York Times publicó un artículo donde se contaban casos de diferentes gérmenes que han utilizado de manera oportunista el caos de la pandemia para propagarse.

  • Hongo Candida auris. Se ha demostrado que algunas cepas de este hongo son resistentes a las tres clases principales de fármacos antimicóticos. Mientras que al principio de la pandemia, los casos identificados en Los Ángeles llegaban a un puñado, ahora hay cerca de 250 casos identificados.
  • Bacteria Acinetobacter baumannii. Esta bacteria es considerada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC)  de los EUA, como una amenaza urgente para la salud, pues es resistente a los antibióticos de amplio espectro (carbapenémicos). Durante la pandemia, se registró en un hospital de 500 camas de Nueva Jersey, una oleada de pacientes con esta bacteria.
  • Bacteria Klebsiella pneumoniae. Es una bacteria intestinal resistente a los carbapenémicos, causante de neumonía y septicemias. Suele infectar a recién nacidos y a pacientes ingresados en unidades de cuidados intensivos por lo que, durante la pandemia, se registraron brotes en Italia y Perú.

La Dra. Susan S. Huang, especialista en enfermedades infecciosas de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en Irvine, EE. UU., advirtió en esta entrevista que, ante el enfoque de ver el mundo como uno de un solo patógeno es realmente problemático, pues parece haber favorecido la propagación de infecciones resistentes a medicamentos, recalcando que tiene “todas las razones para creer que el problema ha empeorado”. Sin embargo, acotó que esto no quiere decir que la prioridad contra el COVID-19 esté mal, sino que más bien debe prestarse especial atención a los gérmenes resistentes a medicamentos.

“Los pacientes más enfermos de Covid-19 están conectados a ventiladores, donde las infecciones resistentes a los medicamentos pueden adherirse y luego propagarse.»

Otro posible contribuyente ha sido el uso frecuente y regular de esteroides para tratar Covid-19. Estos medicamentos ayudan a aliviar los síntomas más peligrosos del virus, pero pueden dejar el sistema inmunológico comprometido de una manera que permite que otros gérmenes se infiltren más fácilmente en el cuerpo. La combinación de estos factores «es perfecta» para que el hongo «se arraigue», dijo el Dr. Tom Chiller, jefe de la división de hongos de los CDC.

Un número sin precedentes de países informa tasas preocupantes de resistencia a los antimicrobianos

A la OMS le preocupa el uso inadecuado de antibióticos en el transcurso de la pandemia de COVID-19. Los datos científicos apuntan a que solo una pequeña fracción de los pacientes que presentan esta enfermedad requieren antibióticos para tratar infecciones bacterianas posteriores. La Organización ha publicado orientaciones en las que desaconseja la administración de tratamiento y profilaxis antibióticos a los pacientes con COVID-19 leve o a los pacientes en los que se sospeche o se haya confirmado que presentan COVID-19 moderada, salvo que existan indicaciones clínicas para hacerlo.

A raíz de esta preocupación, el 20 de noviembre del año pasado, los jefes de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) crearon el Grupo de liderazgo mundial sobre la resistencia a los antimicrobianos basado en el enfoque de “Una salud” o “One Health” como respuesta a una recomendación adoptada por el Grupo especial de coordinación interinstitucional sobre la resistencia a los antimicrobianos de la OMS.

«Un mundo, una salud y un planeta en el que vivimos»

«Una salud» o «One Health», es un enfoque concebido para diseñar y aplicar programas, políticas, leyes e investigaciones en el que múltiples sectores se comunican y colaboran para lograr mejores resultados de salud pública.

Las esferas de trabajo en las que el enfoque de «Una salud» son especialmente pertinentes son la inocuidad de los alimentos, el control de zoonosis (enfermedades transmisibles entre animales y humanos, como la gripe, la rabia y la fiebre del Valle del Rift) y la lucha contra la resistencia a los antibióticos (cuando las bacterias, tras estar expuestas a antibióticos, se vuelven más difíciles de destruir). 

Definición de la OMS

Recientemente, el 26 de enero, se realizó la reunión inaugural del Grupo de liderazgo mundial sobre la resistencia a los antimicrobianos, la que enfatizó la necesidad de actuar juntos, para evitar otra crisis mundial como la COVID-19. El objetivo del grupo es emprender medidas colectivas encaminadas a preservar y proteger los medicamentos antimicrobianos, desde todos los enfoques, pues la resistencia a los antimicrobianos constituye una de las amenazas más urgentes del mundo para la salud humana, animal y ambiental. Una crisis de este tipo, pondría en peligro la seguridad alimentaria, el comercio internacional y el desarrollo económico de la humanidad.

La resistencia a los antimicrobianos es como una pandemia a cámara lenta. Sea cual sea su velocidad, no tenemos tiempo que perder. Debemos unirnos para hacer frente a esta amenaza mundial. Es un enemigo letal y silencioso y por eso debemos prestarle más atención: Mia Mottley, Primera Ministra de Barbados, durante la reunión inaugural del Grupo de liderazgo mundial sobre la resistencia a los antimicrobianos.

A pesar de las iniciativas en la materia, la resistencia a los antimicrobianos no ha sido vista como algo urgente, de acuerdo con el Director General de la OMS, el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus. Insistió en que se necesita el compromiso de los gobiernos y que “la industria farmacéutica den un paso adelante y aporten una financiación sostenible y nuevos medicamentos innovadores”.

Sin exageraciones, la OMS señala la urgente necesidad de contar en el menor plazo con nuevas opciones antibióticas que permitan combatir eficazmente, y cuando menos, la lista de patógenos prioritarios que la Organización publicó en 2017, en la que se incluyen 12 clases de bacterias, más el bacilo de la tuberculosis, los que progresivamente han desarrollado resistencias cada vez más sólidas y peligrosas contra las alternativas terapéuticas existentes, poniendo en riesgo de muerte a un mayor número de seres humanos.

Buscando solucionar en el menor tiempo posible el problema, la OMS y la Iniciativa de Medicamentos para las Enfermedades Desatendidas, establecieron la Alianza Mundial para la Investigación y Desarrollo de Antibióticos (GARDP), una organización de investigación y desarrollo sin fines de lucro,  la que a través del trabajo sinérgico con más de 50 asociados de los sectores público y privado, ubicados en 20 países, buscará para 2025 tener cinco nuevos antibióticos, fomentando también el acceso sostenible y equitativo a esos nuevos tratamientos y la promoción de su uso responsable, para evitar nuevamente la generación de resistencias bacterianas.

Así mismo, la FAO elaborará un nuevo Plan de acción sobre la resistencia a los antimicrobianos para 2021‑2025, destinado a seguir prestando apoyo a los gobiernos, los productores, los comerciantes y otras partes interesadas en la adopción de medidas que reduzcan al mínimo, el uso de antimicrobianos y contengan la propagación de la resistencia a los mismos.

Cerramos esta nota citando al Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS: “La resistencia a los antimicrobianos es una emergencia para la salud mundial que comprometerá gravemente el avance de la medicina moderna. Hay una necesidad urgente de aumentar la inversión en investigación y desarrollo para luchar contra las infecciones resistentes a los antibióticos, entre ellas la tuberculosis. De otro modo, volveremos a los tiempos en los que la gente temía contraer infecciones habituales y ponía en riesgo su vida si se sometía a intervenciones quirúrgicas sencillas”. 

Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF.

Fuentes:

New York Times. (2 de febrero del 2021).
With All Eyes on Covid-19, Drug-Resistant Infections Crept In. The spread of other dangerous germs is surging — a result, in part, of the chaotic response to the pandemic.

Organización Mundial de la Salud. (2 de febrero del 2021).
La falta de nuevos antibióticos pone en peligro los esfuerzos mundiales por contener las infecciones farmacorresistentes.

PAHO-WHO. Facebook. (2 de febrero del 2021).
Mensaje de fin de año – Carissa F. Etienne.

Organización Mundial de la Salud. (2 de febrero del 2021).
Un informe de la OMS confirma que el mundo se está quedando sin antibióticos.

Organización Mundial de la Salud. (2 de febrero del 2021).
Semana mundial de concienciación sobre el uso de los antimicrobianos 2020.

Global Antibiotic Research and Development Partnership. (2 de febrero del 2021).
The Global Antibiotic Research and Development Partnership mobilizes resources and partners to develop lifesaving treatments for drug-resistant infections.