El pasado 7 de mayo se celebró el Día Mundial del Asma, padecimiento que afecta aproximadamente a más de 235 millones de personas en el mundo, lo que la posiciona como la enfermedad no transmisible (ENT) más frecuente en niños, y la afección respiratoria de mayor importancia a nivel global, que principalmente se cobra la vida de adultos mayores, residentes en países de ingresos bajos y medianos bajos.
Es por ello que atendiendo a la importancia de esta enfermedad, cobra especial interés la noticia dada por el Instituto Politécnico Nacional (IPN) en la que se informó que un equipo de investigadores de la Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía (ENMH) de esa institución, liderados por el Doctor en Ciencias Biomédicas César Augusto Sandino Reyes López, miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) Nivel I, desarrollaron vacunas personalizadas a partir de los pólenes que tienen mayor presencia en la atmósfera de la Ciudad de México (CDMX), los que afectan la funcionalidad pulmonar de alrededor del 10% de la población del país.
El Doctor Reyes López comentó que una de las ventajas más relevantes de las vacunas desarrolladas por él y su equipo está en que con ellas solamente se aplican los antígenos específicos a los que son susceptibles los pacientes, a diferencia de las terapias convencionales, en las que se suministran indistintamente todos los antígenos, aunque el paciente no sea alérgico a ellos.
“Nuestras vacunas contienen únicamente las cantidades exactas de los alérgenos que causan el problema. Es una terapia de desensibilización en la que, dependiendo de la situación de cada persona, se administran los antígenos en una sola mezcla; con ello, esperamos la cura definitiva”.
Para identificar los pólenes de mayor frecuencia en la atmósfera de la Ciudad de México, se realizó un estudio en colaboración con la doctora María del Carmen Calderón Ezquerro, del Centro de Ciencias de la Atmósfera, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y responsable de la Red Mexicana de Aerobiología (REMA), con el que determinó que los pólenes más frecuentes provienen del amaranto, pastos y árboles de roble y fresno.
Actualmente, médicos alergólogos pertenecientes a los hospitales: General de México, Juárez de México, PEMEX y Regional de Alta Especialidad de Oaxaca, están evaluando las vacunas personalizadas, experiencia que se incrementará con el establecimiento de convenios de colaboración con otras instituciones del sector salud que tienen servicios de alergia, lo que permitirá que de no haber contratiempos, las vacunas personalizadas estén disponibles a finales del 2020.
Reyes López comentó que mediante la inmunoterapia se cambia el curso normal de la enfermedad, y se logran reacciones de tipo protector de manera similar a una vacuna convencional, es decir, se estimula la formación de anticuerpos que bloquean al alérgeno para que no pueda unirse a los receptores de las células que provocan las respuestas sintomatológicas de la alergia. Seis meses después de aplicada la vacuna se hace una evaluación para determinar la eficacia del tratamiento, lo que permite al médico tratante determinar las acciones a seguir.