El medicamento inhibe la tormenta de citocinas, principal causa para el agravamiento y muerte de los pacientes

El diario The Jerusalem Post, publicó el pasado 5 de agosto una noticia en la que dio a conocer que durante la realización de la fase II de investigación clínica para evaluar el uso de un nuevo fármaco en pacientes ingresados en varios hospitales griegos con COVID-19 con diagnóstico grave, se había alcanzado una extraordinaria eficacia del 93%, lo que consiguió que 83 de los 90 pacientes tratados con el medicamento, fueran dados de alta en cinco días, e incluso menos, sin presentar síntomas de la enfermedad, ni algún efecto adverso grave de consideración relacionado con el medicamento.

El fármaco fue desarrollado por un equipo de investigadores del Centro Médico Sourasky de Tel Aviv, en Israel, basándose en una molécula que el profesor Nadir Arber ha estudiado durante los últimos 25 años denominada CD24, presente de manera natural en nuestro organismo.

En este contexto, y para dar sentido a los resultados obtenidos, es necesario recordar que una de las principales razones subyacentes para el deterioro acelerado, la aparición de complicaciones severas y el fallecimiento de múltiples pacientes con COVID-19 grave, reside en la sobrerreacción del sistema inmunológico, conocida como tormenta de citocinas, en las que el sistema inmunológico comienza a atacar las células sanas de los pulmones. La CD24 es una proteína anclada a la membrana de las células, la que entre otras funciones, tiene la de regular el mecanismo detonante de la tormenta de citocinas (también llamada hipercitocinemia y síndrome de liberación de citocinas), lo que además de evitar el agravamiento y potencial fallecimiento de los pacientes, favorece su rápida recuperación.

“Tormenta de citocinas. Reacción inmunitaria grave en la que el cuerpo libera rápidamente demasiadas citocinas en la sangre, las que cumplen una función importante en las respuestas inmunitarias normales, pero son dañinas cuando el cuerpo las produce de una vez en grandes cantidades. La tormenta de citocinas puede ser consecuencia de una infección, una afección autoinmunitaria u otra afección. Los signos y síntomas incluyen: fiebre alta, inflamación, cansancio intenso y náuseas. Algunas veces, la tormenta de citocinas es grave o pone en peligro la vida, pudiendo provocar la falla de múltiples órganos”.

Vale la pena puntualizar que el objetivo terapéutico del fármaco en estudio es tan preciso, que no altera de ninguna manera el funcionamiento general del sistema inmunológico, actuando exclusivamente en el mecanismo específico de las citoquinas, ayudándole a recuperar su equilibrio correcto.

Los investigadores están preparando la implementación y ejecución de la fase III de estudios clínicos, en la que consideran incluir alrededor de 155 pacientes con COVID-19, de los que dos terceras partes recibirán el fármaco y el tercio restante un placebo.

Se buscará que el estudio se lleve a cabo en Israel, pero si el número de pacientes en el país con el perfil necesario no es suficiente, se buscarán otras locaciones alternativas.

Nos gustaría cerrar el artículo considerando que de ser exitosa la III fase de estudios clínicos, el fármaco podría utilizarse en otros padecimientos en los que se también pudiera presentarse o se presenta la tormenta de citocinas.

Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF

Fuentes:

The Jerusalem Post. (5 de agosto del 2021).
COVID: 90% of patients treated with new Israeli drug discharged in 5 days.

Instituto Nacional del Cáncer. (s.f.).
Tormenta de citocinas.