En términos generales, los que sabemos algo de ciencia o simplemente nos interesan los temas científicos y buscamos información sobre ellos, sabemos que nuestra data genética contiene la información necesaria para que en algún momento y bajo determinadas circunstancias desarrollemos en el transcurso de nuestra existencia alguna condición relacionada con la salud.

Si bien es cierto que nuestro ADN determina en gran medida quiénes y cómo somos, no hay que olvidar que el entorno familiar, social, escolar y profesional en los que nos desarrollamos influyen en nuestra personalidad para, construirnos como seres únicos y diferentes.

Atendiendo a la importancia de la información genética en el desarrollo de nuestra personalidad y comportamiento, un equipo de internacional de científicos, liderados por Gkikas Magiorkinis, científico de la Universidad de Oxford, en los EE.UU., y la Universidad Nacional y Kapodistríaca, en Atenas, publicaron recientemente un artículo en la revista PNAS, con el título “Human Endogenous Retrovirus-K HML-2 integration within RASGRF2 is associated with intravenous drug abuse and modulates transcription in a cell-line model”, estudio en el que concluyen que la presencia de un retrovirus bautizado con el nombre de HK2 y que entró hace alrededor de 250 mil años en el genoma de nuestros antepasados, puede ser el responsable por el que algunas personas presenten una mayor predisposición al consumo y adicción a los estupefacientes.

Actualmente el mencionado retrovirus no es idéntico al que accedió hace 250 mil años en nuestros predecesores; la variante actual del HK2 puede relacionarse y afectar la actividad dopaminérgica del gen RASGRF2, responsable de regular las sensaciones de recompensa del cerebro, vinculado directamente con las adicciones.

Para corroborar su hipótesis, los investigadores analizaron la información genética de dos amplios grupos de personas con adicción a las drogas. Uno de los conglomerados engloba a sujetos infectados con el virus de la Hepatitis C residentes en Glasgow, Reino Unido y el otro grupo son individuos contagiados con el Virus de Inmunodeficiencia Adquirida (VIH) en Atenas, Grecia,  que habían contraído estas enfermedades a través de la inyección insegura de drogas.

El hallazgo es por demás significativo, mientras que el retrovirus HK2 asociado al gen RASGRF2 se encuentra en menos del 10% de la población general, este tiene una prevalencia del doble y hasta el triple en las personas que consumen drogas inyectadas, lo que hace pensar a los responsables del estudio que la presencia del retrovirus potencializa el desarrollo de un comportamiento adictivo.

Los resultados abren una nueva visión sobre los efectos que pueden tener los retrovirus ancestrales en los humanos actuales y particularmente en los adictos al consumo de drogas y otros enervantes.

Habrá que esperar el desarrollo de aplicaciones prácticas que escalen los beneficios de este hallazgo.

Por: Manuel García Rodríguez

Fuente:

PNAS. Human Endogenous Retrovirus-K HML-2 integration within RASGRF2 is associated with intravenous drug abuse and modulates transcription in a cell-line model.