El pasado 28 de septiembre, último domingo del mes, y como se viene haciendo desde 1958, se conmemoró el Día Internacional de las Personas Sordas, evento respaldado por la Federación Mundial de Sordos (WFD, por sus siglas en inglés), relacionado con el Día Internacional de las Lenguas de Señas que se celebra el 23 de septiembre, lo que finalmente llevó a la WFD a celebrar la Semana Internacional de las Personas Sordas, cuyo trabajo ha sido fundamental en la creación y el avance de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD).

Es importante destacar que esta celebración busca que las personas sordas tengan plena accesibilidad, igualdad de derechos humanos y, por supuesto, plena participación en las decisiones políticas que afectan sus vidas, algo que lamentablemente no siempre ocurre, como les sucede a quienes padecen otras discapacidades.

Es importante aclarar que una persona con sordera profunda tiene voz, aunque no puede escucharla bien, como le ocurre con las voces de los demás, lo que produce la característica pronunciación de algunas personas sordas. Lo cierto es que las personas sordas, generalmente, no tienen ninguna dificultad o problema en su aparato fonador, solamente pérdida de audición, por lo que calificar a las personas sordas como sordomudas es un error que frecuentemente se comete. Desgraciadamente, y como ocurre de manera regular con quienes padecen otras discapacidades, la palabra “sordomudo” tiene muchas veces la connotación negativa de “persona con capacidades cognitivas (e incluso intelectuales) limitadas”, y las limitadas oportunidades educativas y laborales que durante años se les han otorgado a las personas sordas contribuye a alimentar esta falsa concepción, ya que la sordera no tiene ningún impacto negativo en las capacidades intelectuales, aunque ciertamente hace más arduas las interacciones sociales.

“Desafortunadamente, debido a prejuicios e incomprensiones sociales, los derechos de las personas sordas a menudo se ignoran o se niegan, especialmente en los países en desarrollo. Aquí es donde interviene el WFD. El WFD se dedica a promover y fomentar los derechos humanos de las personas sordas, garantizando su reconocimiento y respeto a nivel mundial”. World Federation of the Deaf

Creo que les sorprenderá saber que, aunque 81 países han reconocido legalmente el lenguaje de señas, todavía hay un 59 % de naciones en las que esta maravillosa forma de comunicación todavía no es reconocida, algo que es inaudito, y si bien es cierto que hay avances en el reconocimiento de este lenguaje, y sobre los derechos humanos de las personas sordas, todavía tenemos mucho camino por recorrer para integrarlos a la sociedad plenamente, y no como un favor que se le hace a una persona desvalida, sino con la justicia de la que son dignos merecedores.

Entre otros objetivos más, la WFD promueve el diagnóstico temprano de trastornos auditivos, particularmente la hipoacusia infantil. Si esta condición es diagnosticada en los primeros tres meses de vida, y corregida con una intervención quirúrgica, le permitirá al niño oír normalmente.

Para cerrar esta nota, les recomendamos leer el artículo que publicamos el 11 de julio del 2025, en el que les compartimos que, gracias a un procedimiento génico, un equipo de investigadores consiguió devolver la capacidad auditiva a diez pacientes de entre 1 y 24 años diagnosticados con sordera o pérdida auditiva grave, ocasionada por mutaciones en el gen OTOF.

Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF

Fuentes:

World Federation of the Deaf. (2025).
Advocating for the rights of deaf people around the world since 1951.

Claso audiología. (20 de julio de 2022).
¿Las personas sordas son mudas?

códigoF. (11 de julio de 2025).
Una terapia génica experimental repara la mutación del gen OTOF, devolviendo la audición a 10 pacientes.

códigoF. (30 de enero de 2018).
La edición genética abre una posibilidad para que las personas con sordera hereditaria recuperen la audición.