Para muchos de nosotros abrir una llave de paso y que brote inmediatamente del grifo un chorro de agua limpia es completamente normal, por lo que difícilmente nos detenemos a pensar que algo tan aparentemente simple y habitual sea inalcanzable para los millones de personas en todo el mundo que no gozan regularmente de ese satisfactor, impidiéndoles cubrir sus requerimientos mínimos de consumo de agua potable, poniendo en riesgo su salud y vida.
De acuerdo con información obtenida del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, United Nations Children’s Fund), el 42% de los hogares no cuenta con excusados y una de cada seis personas no tiene acceso a agua potable a nivel global, cifras que revelan la magnitud del problema.
Más allá de que la falta de agua corriente, potable y de instalaciones hidráulicas en casas habitación, escuelas y centros comunitarios sea una incomodidad, su carencia constituye un grave problema sanitario, con el que se relacionan alrededor de 4,500 muertes diarias de infantes, además de provocar bajo rendimiento escolar, laboral y deficientes niveles de salud, calidad y expectativa de vida para millones de seres humanos.
«Debemos abogar por un mayor acceso al agua potable con el fin de mejorar las vidas de los más vulnerables, las carencias de agua potable se relacionan con al menos 1.6 millones de los 11 millones de muertes infantiles anuales. Casi tres niños mueren cada minuto por enfermedades como la diarrea o el tifus y en el África subsahariana, donde uno de cada cinco niños no llega a cumplir cinco años, el 43% bebe agua sin ninguna garantía de que sea apta para el consumo”. Uli Jaspers, jefe de la División de Agua y Saneamiento de la Cruz Roja.
Como en otros temas, las enormes diferencias entre los países del orbe y en cada uno de ellos, la inequidad social y el dispar desarrollo entre las zonas urbanas y rurales, son algunos de los elementos claves que determinan las oportunidades, la calidad y expectativa de vida, en las que el acceso regular al agua potable se yergue como un factor esencial.
Para ejemplificar la importancia que tiene el acceso al agua potable, les comentamos que un niño que nace en Europa o en los EE.UU. tiene 520% menos probabilidades de fallecer a causa de la diarrea que un menor de edad en el África subsahariana, donde sólo el 36% de la población tiene acceso a la higiene sanitaria.
Algunos datos esenciales sobre el agua
- Alrededor del 88% de las enfermedades diarreicas son consecuencia directa de un abastecimiento de agua insalubre y de un saneamiento e higiene deficientes.
- Un sistema de abastecimiento de agua potable eficiente reduce entre el 6% y el 21 % de la morbilidad por diarrea.
- Las medidas de higiene y de manera relevante el hábito de lavarse las manos, pueden reducir el número de casos de diarrea hasta en un 45%.
- La mejora de la calidad del agua para consumo humano, a través de algún tratamiento de purificación, como podría ser la cloración en el punto de consumo, podrían reducir aproximadamente entre el 35 y el 39% de los episodios de diarrea.
En adición a la falta de acceso al agua corriente y potable que sufren las clases sociales más desfavorecidas, está la cada vez más notoria falta de éste vital líquido disponible a nivel mundial, tema al que se le considera como posible disparador de confrontaciones bélicas futuras.
Cuando pensamos en nuestra planeta, tenemos la sensación de que no existe riesgo de padecer falta de agua, pero no es así, hay que considerar que el 97% del agua de nuestro planeta es salada y sólo el 2.5% dulce, pero de ese pequeño porcentaje, el 90% está en la Antártida. Sólo el 0.5% de agua dulce se encuentra en depósitos subterráneos y el 0.01% en ríos y lagos.
Microorganismos y sustancias que contaminan el agua
- Coliformes (Escherichia coli)
- Enterococo
- Clostridium perfringens (incluidas las esporas)
- Arsénico
- Cadmio
- Cromo
- Fluoruros (en altas concentraciones)
- Nitratos y nitritos
- Zinc
Se estima que sólo el 0.007% del agua existente en la Tierra es potable, y esa cantidad se reduce año tras año como consecuencia de la polución, lo que nos obliga seriamente a mantener un uso racional del agua; no seguir ensuciándola y diseñar nuevos y mejores procedimientos para potabilizar las aguas contaminadas y desalinizar eficientemente el agua marina, habilitándolas para consumo humano.