“Es bien sabido que la operación cesárea en condiciones ideales solo se debe llevar a cabo cuando es necesaria desde el punto de vista médico, y los obstetras han de hacer todo lo posible por proporcionarla a mujeres que la requieren”. Tianyang Zhang

En nuestro país, y por diversos motivos que no abordaremos en esta nota, casi la mitad de los nacimientos se realizan por cesárea; más allá de ser una práctica quirúrgica que debería elegirse exclusivamente cuando hay una razón médica por la que no sea viable o seguro para el nonato –o para la madre– dejar la plácida matriz de su madre para acceder al mundo a través de la vagina, no está exenta de riesgos potenciales.

Múltiples investigaciones aseguran que la cesárea se vincula con obesidad, asma, alergia y diabetes de tipo 1, y también con resultados adversos en el comportamiento y el desarrollo infantil, como el riesgo de que se presenten desórdenes del espectro autista, o el trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDA / TDAH).

“La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda una tasa de cesárea de 10 a 15% y la Norma Oficial Mexicana 007 establece un máximo entre 15 y 20%. La literatura científica ha demostrado que cuando la cesárea está justificada desde el punto de vista médico es eficaz para prevenir la morbimortalidad materna y perinatal. Por el contrario, cuando se utiliza la cesárea sin las indicaciones correctas, los riesgos sobrepasan los beneficios, y se transgreden los derechos reproductivos de las mujeres”. Instituto Nacional de Salud Pública. La epidemia de cesáreas en México.

En datos duros, y como resultado de una investigación que revisó e hizo un metanálisis de 61 estudios realizados en 19 países de 20.6 millones de partos, hubo un incremento del 33% en la asociación con trastorno del espectro autista, y del 17% con el trastorno por déficit de atención con hiperactividad en los chicos y chicas nacidos por cesárea, versus los nacidos por parto vaginal.

Con respecto al extendido abuso de los partos por cesárea, Tianyang Zhang, Maestra en Ciencias, y candidata a doctorado en el Centre for Psychiatry Research at Karolinska Institutet, en Estocolmo, Suecia, declaró: “En mujeres sin indicaciones médicas para una operación cesárea, recomendarla puede no ser apropiado. Los obstetras han de llevar a cabo una valoración completa del estado de la madre y del producto o productos de la gestación para decidir si es necesaria la operación cesárea. No está claro si el grado de esta asociación es diferente cuando se planea una operación cesárea por anticipado o se realiza de manera urgente debido a indicaciones médicas durante el parto”.

Zhang pide no descalificar la práctica de la cesárea, aclarando que cuando se practica ante la imposibilidad real de que el bebé nazca por vía vaginal, o que el alumbramiento vaginal sea traumático, y ponga en riesgo la vida del bebé, o que pueda acarrear trastornos neurológicos o del neurodesarrollo, ésta debe practicarse.

Los invitamos a escuchar los programas de códigoF el podcast en los que conversamos con dos doulas profesionales: Ariadna Solís Rodríguez, educadora perinatal y en lactancia materna, acompañante de partos en casa, Maestra en Terapia Familiar Sistémica por el Instituto Latinoamericano de Estudios de la Familia (ILEF), y con la especialista en lactancia materna, gestación y parto, Guadalupe del Carmen Almaraz Reyes.

La doctora Jimena Fritz Hernández, investigadora del Departamento de Salud Reproductiva del Instituto Nacional de Salud Pública, considera que en México el número de cesáreas practicadas rebasa a las verdaderamente necesarias, lo que también se refleja en el incremento de la morbimortalidad materna y neonatal, ya que “la cesárea tiene complicaciones inherentes, como la hemorragia obstétrica, que es la segunda causa de mortalidad materna en nuestro país, además de los altos costos que esto supone para la propia mujer cuando es atendida en el sector privado o en su caso, para el sistema público”.

Fritz Hernández considera que se debe cambiar el modelo de atención a los nacimientos, buscando reducir las tasas de cesáreas atendiendo a las sugerencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que podría conseguirse con la incorporación activa de parteras profesionales en instituciones sanitarias públicas, como ocurre en países desarrollados de Europa; esto, además de favorecer el incremento en el número de partos naturales por vía vaginal, ayudaría a favorecer una rápida recuperación y disminuir los riesgos potenciales en las madres, reducir posibles secuelas en los bebés, y abatir los costos que los procedimientos quirúrgicos conllevan.

“No solo las parteras profesionales podrían insertarse en los Servicios de Salud en México, sino que también podría ocuparse el valioso recurso de las y los miles de enfermeros y enfermeras, obstetras y perinatales que ya se tienen y que hoy están laborando en otras áreas, menos en tococirugía (especialidad médica que se encarga de realizar intervenciones quirúrgicas durante el embarazo, el parto, o el puerperio) o en los Servicios de Labor, Parto y Recuperación dentro de los hospitales”. Doctora Jimena Fritz Hernández

Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF

Fuentes:

Medscape. (18 de noviembre de 2024).
Análisis longitudinal basado en dos cohortes asocia nacimientos por cesárea con bajo desempeño motriz y lingüístico durante la infancia temprana.

Medscape. (11 de septiembre de 2019).
Operación cesárea vinculada a un aumento del riesgo de autismo y trastorno por déficit de atención con hiperactividad.

MedlinePlus. (s.f.).
Cesárea.

Instituto Nacional de Salud Pública. (s.f.).
La epidemia de cesáreas en México.

Instituto Nacional de Salud Pública. Revista ESPM. (2024).
El Impacto de las Cesáreas en la Edad Gestacional al Nacer en México: Una Mirada Crítica.