El director ejecutivo de Amazon, Andy Jassy, comunicó recientemente a sus colaboradores de oficina que todavía trabajan desde sus casas, ya sea cubriendo un horario total o mixto, que a partir del 2 de enero deberán reintegrarse a sus labores presenciales completas, esto quiere decir 5 días a la semana, argumentando: “Seguimos creyendo que las ventajas de estar juntos en el lugar de trabajo son importantes”.

La decisión de Jassy de regresar al modelo laboral pre pandemia generó una notoria corriente de inconformidad entre sus empleados, como también sucedió cuando, en su momento, otros gigantes empresariales, como Citigroup, HSBC, Barclays, y Goldman Sachs, entre otros más, tomaron la misma determinación, a pesar de que los resultados financieros, al menos los de Amazon, no se vieron mermados en forma alguna por que sus trabajadores de oficina lo hicieran a distancia.

“Hemos decidido que vamos a volver a estar en la oficina como lo hacíamos antes de la llegada del Covid. Cuando echamos la vista atrás a los últimos cinco años, seguimos creyendo que las ventajas de estar juntos en la oficina son significativas. Pero hemos observado que es más fácil para nuestros compañeros de equipo aprender, practicar y fortalecer nuestra cultura; y colaborar, intercambiar ideas e inventar es más sencillo y eficaz; enseñar y aprender unos de otros es más fluido; y los equipos tienden a estar mejor conectados entre sí. Los últimos 15 meses que hemos estado de vuelta en la oficina al menos tres días a la semana han reforzado nuestra convicción sobre los beneficios”. Andy Jassy

Sin embargo, los argumentos de Jassy, totalmente comprensibles viniendo de un director ejecutivo, se enfrentan conceptualmente con la postura de los trabajadores que se resisten (por decir lo menos) a regresar a laborar tiempo completo presencialmente; esto es entendible, ya que trabajar a distancia desde casa o en cualquier otro entorno “amable” incluye beneficios antes inéditos en el ámbito laboral, como el ahorro de tiempo, recursos financieros, estrés y riesgos para trasladarse de ida y vuelta al trabajo; la posibilidad de afrontar la jornada laboral sin tener que respetar un código específico de vestimenta; la omisión de establecer y mantener relaciones directas (al menos) con personas non gratas; y los beneficios emocionales de convivir durante más tiempo y con mejor calidad con el resto de los miembros de la familia, entre otros más.

Al respecto, nos parece valioso rescatar y compartirles una declaración del paleoantropólogo español Juan Luis Arsuaga, hecha hace tiempo a La Tercera, en la que sentenciaba categóricamente: “La vida no puede ser trabajar toda la semana, e ir el sábado al supermercado”, aseveración con la que estamos de acuerdo.

De hecho, hay constancias de una postura laboral en la que los empleados valoran más los beneficios del trabajo a distancia que los incentivos que podrían obtener con el trabajo presencial, incluidos ajustes de sueldo.

De acuerdo con la declaración de la psicoterapeuta Cristina González, consultada para esta nota, los empleados descubrieron que, como lo dijo Arsuaga, hay vida más allá de las 8 horas laborales, y las entre 2 ó 3 horas diarias de traslado, durante 5 días a la semana, en un ambiente altamente competitivo y no siempre emocionalmente sano.

No es un misterio que el síndrome de burnout, desgaste laboral extremo, estrés laboral o desgaste ocupacional, está íntimamente relacionado con alrededor de 3 millones de muertes al año, y brutales costos financieros, lo que lo llevó a ser incluido en la 11ª Revisión de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11).

Solamente en los EE. UU., 47 millones de personas abandonaron su trabajo por agotamiento, y podríamos anotar por desencanto, al enfrentarse cara a cara con un virus que llegó a nuestra vida de manera brutal e intempestiva, amenazándonos con arrebatarnos la salud y la vida, como efectivamente ocurrió, fracturando nuestros hábitos sociales, laborales y de consumo, los que muchos especialistas y no especialistas consideramos que nunca volverán a ser como eran, y que nos llevaron a cuestionar profundamente la vida que llevábamos.

El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) asegura que antes de la pandemia nuestro país estaba posicionado como uno de los países con mayor fatiga por estrés laboral, en el que al menos el 75% de sus trabajadores padecía de esta condición, superando los niveles de China (73%) y Estados Unidos (59%), destacándose el personal de salud como uno de los sectores más afectados.

¿Usted qué opina?

Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF

Fuentes:

Reason Why. (17 de septiembre de 2024).
Por qué el CEO de Amazon ha pedido la vuelta de sus trabajadores a la oficina.

La Tercera. (2 de enero de 2020).
Juan Luis Arsuaga: «La vida no puede ser trabajar toda la semana e ir el sábado al supermercado”.

códigoF. (29 de diciembre de 2021).
El síndrome de burnout durante la pandemia.

ethic. (27 de abril de 2022).
‘BURNOUT’: EL DESGASTE LABORAL LE CUESTA MILLONES A LA ECONOMÍA GLOBAL

World Health Organization. (28 de mayo de 2019).
Burn-out an «occupational phenomenon»: International Classification of Diseases.

UNAM Global. (30 de abril de 2023).
México: alarmantes cifras de estrés laboral.