Implementar un Sistema de Salud moderno, flexible y funcional es posible, pero se requiere decisión, voluntad, tiempo, y recursos.
Si hay un tema que por su importancia mantiene una presencia casi constante en la agenda política de esta administración y en el ánimo de la sociedad mexicana, es el de la prestación de los servicios de salud por parte del estado y el abasto de medicamentos de calidad, y no es para menos, ya que además de haber sido algunos de los compromisos más importantes adquiridos por Andrés Manuel López Obrador a lo largo de la dilatada campaña que lo llevó a la presidencia, y una vez en ella, haber reiterado a lo largo de sus casi 5 años de gobierno que nos entregará un sistema sanitario a la altura de los mejores del mundo, y el abasto continuo y suficiente de medicamentos gratuitos y de calidad a través de las instituciones sanitarias estatales, es cada vez más evidente que sus ofertas quedarán incumplidas.
En este complejo contexto, y sumándose a la realización de múltiples encuentros entre diversos especialistas abocados a tratar de dilucidar las razones por las que cada vez nos alejamos más de establecer un sólido, moderno, incluyente y funcional sistema nacional de salud, la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), realizó el pasado 2 de junio, la quinta sesión del seminario sobre la búsqueda de la unificación de los sistemas de salud titulado: “Análisis y reflexión sobre el Sistema de Salud en México”, evento que tuvo como invitado especial el Dr. Rifat Atun, Profesor de Sistemas Globales de la Universidad de Harvard, EE. UU.; y como participantes a la Dra. Ana Carolina Sepúlveda Vildósola, Académica de la Secretaría de Educación de la Facultad de Medicina de la UNAM; la Dra. Guadalupe Guerrero Avendaño, Directora del Hospital General de México, y el Dr. Rafael Lozano Ascencio, Profesor titular del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UNAM.
El Dr. Rifat Atun compartió su amplia experiencia como asesor experto en el diseño e implementación de procesos para la reestructuración de los sistemas de salud de diversos países con los que ha colaborado, entre los que podemos mencionar: Turquía, Corea del Sur, Brasil y Costa Rica, entre otros, y conocer la visión del resto de los participantes sobre las históricas deficiencias estructurales que aquejan a nuestro propio sistema sanitario, y están lejos de resolverse.
El invitado especial asegura que somos rehenes del estancamiento y la codependencia con instituciones sanitarias que nacieron para dar respuesta a las necesidades de un contexto específico actualmente inexistente, cuyos responsables, a lo largo del tiempo, no han tenido la capacidad, o el interés, de hacerlas evolucionar.
Cuando los Sistemas de Salud se quedan anclados en los determinantes contextuales bajo los que se crearon, son incapaces para responder con rapidez, calidad, eficacia y precisión, a las necesidades de los usuarios que requieren sus servicios
A modo de ejemplo, y entre otras interesantes menciones, Rifat Atun recordó la lamentable incapacidad operativa y la mediocre capacidad de respuesta ofrecida por la mayoría de las instituciones sanitarias internacionales y nacionales frente a la pandemia de COVID-19, a pesar de que hacía años que los especialistas venían advirtiendo, que aunque no podían predecir ni la fecha precisa, ni anticipar el patógeno causal, sabían que más temprano que tarde tendríamos que enfrentar un meteoro pandémico de alta envergadura, él que nos consta que rebasó a las autoridades sanitarias y políticas de casi todos los países, ocasionando la muerte anticipada de millones de personas, y el descalabro del tejido social, la salud mental, y la economía mundial.
Atun destacó que para responder con oportunidad y solvencia a las necesidades de salud actuales y futuras, los sistemas de salud deben considerar en su concepción, diseño e implementación los contextos demográficos, epidemiológicos, ecológicos, políticos, tecnológicos, socio culturales, legales y económicos vigentes, y en la medida de lo posible anticiparse a futuros escenarios, respondiendo a una pregunta básica… ¿Qué necesidades o problemas se quieren resolver?
Hablando específicamente de las fallas del Sistema de Salud en México, el ponente mostró gráficamente, y a modo de ejemplo, los niveles de detección, diagnóstico, tratamiento y control de la diabetes y la hipertensión, los que en nuestro país se encuentran por debajo de las metas alcanzadas por otros países con ingresos similares, o incluso más bajos, poniendo en evidencia la falta de una planeación y ejecución alineadas con la realidad y los recursos disponibles.
Los datos duros que les compartimos a continuación, muestran la pobre actuación del Sistema Nacional de Salud en la cascada de la atención de la diabetes, comparando las cifras de México con las de la República de Costa Rica, y el promedio alcanzado por 28 países de ingresos bajos y medios, las que nos muestran lo lejos que estamos de tener un desempeño adecuado en la atención de una de las enfermedades crónicas más letales y costosas para las familias, y las instituciones de salud.
Cascada de la atención de la diabetes | Adultos diabéticos México Costa Rica 28 países con ingresos bajos y medios (promedio). Los valores representan el % del total de la población de adultos con diabetes.
- Detectados – 85 64
- Diagnosticados 43 74 48
- Tratados 38 74 45
- Controlados 16 56 30
Prevalencia: 8.7%
Profundizando en el tema, Rifat Atun abordó la evidente inoperancia de un Sistema de Salud altamente fraccionado, lastrado por su elevada politización; sin datos amplios y precisos que permitan tomar decisiones sanitarias basadas en evidencias; con una falta total de comunicación interinstitucional; tecnológicamente atrasado e insuficientemente financiado, pero que a la vez, y de manera constante, hace un lamentable dispendio de sus recursos financieros y humanos; duplica actividades; imposibilita la compartición de recursos, información y capacidades, factores que en suma privan de atención médica oportuna, incluyente, respetuosa, y medicamentos gratuitos de calidad y efectivos, a millones de personas que los requieren urgentemente, y que cada vez con mayor frecuencia, y en la medida de sus mermadas posibilidades, recurren a la medicina privada, y a la compra de medicamentos en farmacias, incrementando dramáticamente su gasto de bolsillo.
Las experiencias vividas por Atun como asesor en la reestructuración de diversos sistemas de salud, le permiten asegurar con firmeza, que conseguir la integración y mejorar las capacidades operativas de los sistemas de salud nacionales es posible, pero para ello se requiere forzosamente un plan de desarrollo a largo plazo que no se vea alterado ni desvirtuado por intereses políticos; que establezca compromisos sólidos y claros entre todas las partes concurrentes: gobierno, empresarios, usuarios y sociedad; al que se le asignen los recursos financieros necesarios de manera sostenida; en el que se implementen y ejecuten con esmero y transparencia procesos de compras consolidadas de medicamentos y demás insumos para la salud; y para el que se establezcan y ejecuten amplios programas de capacitación médica continua, se cubran las carencias de personal calificado, y se remunere debidamente a los profesionales de la salud.
Al término de la ponencia del Dr. Atun, tomaron la palabra de manera escalonada los demás participantes, quienes con diferentes palabras, y variados ejemplos, ratificaron lo dicho por el invitado especial, confirmando cada uno de ellos desde la experiencia de su ámbito profesional, la inoperante y compleja fragmentación del Sistema de Salud Mexicano; acotando la falta de mecanismos de comunicación entre las diferentes instituciones, y la inexistencia de procedimientos estandarizados; evidenciando las profundas disparidades de equipamiento entre instituciones; enfatizando el déficit de personal médico y de enfermería y su mala remuneración, y, como un ejemplo más, la falta de un expediente electrónico de formato único que pudiera ser compartido entre las diferentes entidades sanitarias, entre otras debilidades.
El cierre del evento estuvo a cargo del Dr. Rafael Lozano Ascencio, Profesor titular del Departamento de Salud Pública, quien se abstuvo de reiterar lo dicho por los ponentes previos, considerando que algunos puntos habían sido tratados con suficiente detalle.
Por su parte, Lozano Ascencio, aseguró que en contra de lo muchas veces manifestado, el Sistema de Salud mexicano no está fragmentado, ya que eso implicaría que en algún momento estuvo unificado, cuando lo cierto es que nació desarticulado, y así continúa, lo que facilita que cada institución desarrolle sus actividades de manera independiente e inconexa, en perjuicio de los pacientes.
Entre otros temas, el último ponente aseguró que hay una mala concepción de lo que significa la Cobertura Universal de Salud, reduciéndola únicamente a cifras, haciendo hincapié en que no basta con que millones de personas estén nominativamente amparadas por éste, si no salen del consultorio, la clínica o el hospital con el problema resuelto, habiendo sido tratadas con respeto, con la prescripción médica totalmente cubierta, y recibiendo oportunamente las terapias requeridas para conseguir que además de recuperar o mantener su salud y mejorar su expectativa de vida, no incurran en gastos de bolsillo que los debiliten financieramente.
En palabras de estos expertos, el gobierno federal no ha tomado las medidas necesarias para cumplir su promesa de entregarnos en tiempo y forma un Sistema Nacional de Salud a la altura de los mejores del mundo, o encaminarnos hacia su consecución, aplicando únicamente soluciones parciales o de forma, a las decisiones tomadas equivocadamente.