El arribo del SARS-CoV-2 impulsó, en aquellas regiones que se encontraban desde tiempo atrás bajo el azote de alguna epidemia, lo que se conoce en la jerga científica como sindemia, que es la suma de dos o más epidemias o brotes de enfermedades concurrentes o secuenciales en una población con interacciones biológicas, que exacerban el pronóstico y carga de la enfermedad y que comparten factores sociales, retroalimentandose e interactuando entre sí.
En el caso específico de nuestro país, la pandemia del SARS-CoV-2, se sumará a la temporada estacional de influenza, lo que exacerbará la demanda sanitaria y el desgaste de los profesionales de la salud, sometidos desde hace largos meses a fuertes niveles de estrés, incrementando sustancialmente los riesgos para la población, sobre todo para los que se ubican en los grupos más vulnerables.
Sindemia es un neologismo creado por la unión de las palabras sinergia y epidemia, acuñado por el antropólogo médico Merrill Singer a mediados de la década de los noventas, desarrollado ampliamente en su libro “Introduction to syndemics” (2009).
Sin embargo, es necesario aclarar que en México, como en muchas otras naciones, la presencia de una sindemia data de tiempo atrás, ya que a la desnutrición, la obesidad y el cambio climático se les considera, per se, como tres pandemias que interactúan, afectando a la mayor parte de la población mundial.
En 2019, una publicación realizada por 40 expertos en la revista The Lancet acuñó el término de «sindemia global» para referirse a tres pandemias que afectan a la mayoría de las personas en todos los continentes: obesidad, malnutrición y cambio climático. Las dos primeras son impulsadas por un sistema alimentario «poco saludable e incluso insalubre», que tiene consecuencias tanto en el primer mundo (obesidad) como en el tercer mundo (malnutrición). El cambio climático, en tanto, si bien está más ligado al sistema económico, tiene un importante efecto en la seguridad alimentaria que potenciaría a las otras pandemias.
Las sindemias se desarrollan generalmente cuando persiste la inequidad sanitaria, ya sea causada por la pobreza, el estrés o la violencia estructural, y son estudiados por epidemiólogos y antropólogos médicos interesados en la salud pública, la salud comunitaria y los efectos de las condiciones sociales en la salud. El enfoque sindémico parte del enfoque biomédico de las enfermedades para aislar, estudiar y tratar las enfermedades como entidades distintas, separadas de otras enfermedades e independientes de los contextos sociales.
Cerramos esta nota comentándoles que la equidad surge del acceso a los determinantes sociales de la salud, específicamente: riqueza, el poder y el prestigio. Las personas que se han visto privadas sistemáticamente de estos tres determinantes, las que en nuestro país son cada día más, tienen una desventaja significativa debido a las inequidades en salud, y enfrentan peores resultados de salud que las que pueden acceder a ciertos recursos. Los especialistas aclaran, sin embargo, que la equidad no consiste nada más en proporcionar a cada individuo los mismos recursos; lo que se considera igualdad. Para lograr la equidad en salud, los recursos deben asignarse en función de un principio individual basado en las necesidades.
Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF.
Fuentes:
The Lancet. (19 de octubre del 2020).
The Global Syndemic of Obesity, Undernutrition, and Climate Change: The Lancet Commission report.
Fundéu RAE. (19 de octubre del 2020).
Sindemia, término válido.
Wikipedia. (19 de octubre del 2020).
Sindemia.