Los bebés con bacterias intestinales más diversas muestran una presión arterial infantil más baja, asociación protectora que es más fuerte cuando son amamantados
En múltiples ocasiones hemos abordado en este medio el tema sobre la importancia que tiene la alimentación materna, y los inconmensurables beneficios que ésta aporta a bebés y madres.
En ese contexto, y antes de continuar con la nota en la que les compartiremos un descubrimiento más sobre lo provechosa que es esta práctica amorosa, los invitamos a escuchar el podcast de códigoF sobre la lactancia materna, programa en el que conversamos ampliamente con la especialista en lactancia materna, gestación y parto, Guadalupe del Carmen Almaraz Reyes.
Desgraciadamente, y a pesar de los beneficios incontestables que proporciona a bebés y madres el amamantamiento, o cuando menos la alimentación con leche materna extraída, en nuestro país solamente 1 de cada 3 bebés recibe leche materna como alimento exclusivo hasta los 6 meses. Muchos bebés reciben alimentos o líquidos adicionales desde su primer mes de vida como fórmulas, leche de vaca u otro animal y bebidas azucaradas, lo que, más allá del desconocimiento que prima sobre los valores de esta alimentación natural, se ve impulsado por la creencia de que las fórmulas comerciales son tan buenas o cuando menos similares a la leche materna, y a la imposibilidad de que muchas madres que trabajan fuera de casa alimenten a sus bebés, o puedan extraerse la leche con privacidad y respeto.
El pasado 4 de marzo se dieron a conocer los resultados de un estudio observacional respaldado por los Institutos Nacionales de Salud de los EE. UU. (NIH, por sus siglas en ingles), con el título: “Longer breastfeeding linked to blood-pressure lowering effects of certain infant gut bacteria”, gracias al que los investigadores develaron que el amamantamiento, al menos durante seis meses, tiene, entre otros beneficios ya conocidos, la capacidad de favorecer la presencia de bacterias intestinales que a mediano y largo plazo promueven una mejor salud cardíaca en los bebés.
“Los investigadores descubrieron que los niños con bacterias intestinales más diversas al mes tenían una presión arterial más baja seis años después. Luego evaluaron la influencia de la lactancia materna, que se midió en este estudio durante al menos seis meses. Descubrieron que entre los niños amamantados durante al menos seis meses, el efecto reductor de la presión arterial de tener una mayor diversidad de bacterias en el intestino era aún más fuerte. En concreto, aquellos con una mayor diversidad de bacterias intestinales durante el primer mes de vida tenían una presión arterial sistólica que era aproximadamente 2 mmHg más baja seis años después si habían sido amamantados durante al menos seis meses”. Institutos Nacionales de Salud de los EE. UU.
Las conclusiones de la investigación se fundamentan en la revisión concienzuda de los datos de 526 niños inscritos en un estudio prospectivo en Dinamarca, en los que encontraron nexos entre las bacterias intestinales infantiles que pueden verse influenciadas por la nutrición, y respaldan una variedad de funciones de salud y la presión arterial infantil, medida entre 3 y 6 años después.
Les compartimos algunos de los beneficios que ofrece la leche materna, además de la salud cardiovascular:
- La lactancia materna exclusiva durante los seis primeros meses favorece el desarrollo sensorial y cognitivo del bebé
- Reduce las posibilidades de que el bebé sea obeso, desarrolle asma, diabetes tipo 1, infecciones de oído e infecciones intestinales que ocasionan diarrea o vómitos, y el síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL)
- El calostro es la primera leche, y contiene gran cantidad de proteínas e inmunoglobulinas (proteína elaborada con células B y células plasmáticas que ayuda al cuerpo a combatir infecciones), las que aportan al bebé una gran cantidad de calorías en pequeño volumen
- La leche materna se adapta a las necesidades del lactante, modificando su composición a lo largo de la lactancia, del día, e incluso de cada toma. Cuando el bebé empieza a mamar, la leche contiene más agua y azúcar que satisfacen su sed, composición que incrementa gradualmente su contenido en grasa, aportando más calorías y saciando al infante.
- El contacto inmediato piel con piel ayuda a regular la temperatura corporal de los recién nacidos y los expone a bacterias beneficiosas localizadas en la epidermis de su madre
- Proporciona al lactante los anticuerpos necesarios para combatir a posibles gérmenes, hasta que desarrolle su sistema inmunológico
- El bebé recibe con la leche materna la información que regula los relojes biológicos del cuerpo, o relojes circadianos
- La lactancia es más económica y accesible que la alimentación con biberón
- Adicionalmente, la mamá que amamanta también se beneficia, ya que se reducen los riesgos de padecer hipertensión arterial (hHTA), diabetes tipo 2, cáncer de ovario y cáncer de mama
Para cerrar esta nota, les informamos que entre el 4 % y el 7 % de los niños a nivel global tienen presión arterial alta, la que puede comenzar cuando el feto se desarrolla en el útero. Estas tasas se han duplicado desde 2020.
Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF
Fuentes:
National Institutes of Health. (4 de marzo de 2025).
Longer breastfeeding linked to blood-pressure lowering effects of certain infant gut bacteria.
Journal of the American Heart Association. (25 de febrero de 2025).
Infant Gut Microbiota and Childhood Blood Pressure: Prospective Associations and the Modifying Role of Breastfeeding.
códigoF. (15 de agosto de 2022).
La impresionante biología de la leche materna.
Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia. (s.f.).
Lactancia materna.