Múltiples alimentos de alto consumo, y que forman parte de la Canasta Básica, tienen contenidos de plomo en niveles peligrosos para la salud

Un equipo multidisciplinario de investigación conformado por miembros de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR), y de Pure Earth, una organización civil ambientalista sin fines de lucro, analizaron el contenido no manifestado de 103 alimentos, bebidas y especias de alto consumo en los hogares mexicanos.

Las conclusiones de este importante análisis son altamente preocupantes, ya que en más del 18% de los productos, que como los comentamos, son de alto consumo entre la población de nuestro país, e incluso forman parte de la canasta básica alimentaria, encontraron concentraciones tóxicas de plomo.

Entre los productos industrializados con mayores concentraciones de plomo (dos de ellos, alimentos para bebes), se encuentran algunos cuyas materias primas son el trigo y arroz, los que rebasaron los límites máximos permitidos por kilogramo de este metal en alimentos, parámetros establecidos, y mundialmente aceptados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés), y por la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuyo contenido en exceso implica riesgos para la salud, lo que ocasiona que hasta 800 millones de niños a nivel global tengan niveles de plomo en sangre iguales o superiores a 5 μg/dL, cifra que no debe ser tolerada.

El plomo es considerado uno de los diez elementos tóxicos de mayor preocupación por los efectos adversos que ocasiona, particularmente en infantes y mujeres embarazadas, llegando a ocasionar daños irreversibles al cerebro en desarrollo, y cambios estructurales y funcionales en el sistema nervioso.

Los Estados Unidos, el Reino Unido, Canadá, Francia, Australia, Japón, China, e Italia, entre otros, monitorean permanentemente el contenido de contaminantes (incluido el plomo) en los alimentos de mayor consumo con los “Estudios Totales de la Dieta o Total Diet Study”, atendiendo a los parámetros establecidos por la FAO y la OMS.

En la vida adulta, los daños ocasionados por el plomo se manifiestan en casi todos los órganos y sistemas: cardiovascular, renal, óseo, entre otros. Es necesario destacar que el organismo de los niños es capaz de absorber hasta un 50% más del plomo presente en los alimentos, versus lo que ocurre con los adultos, que absorbemos entre el 3 y el 10% del mismo metal.

Los daños ocasionados por la presencia de plomo en el organismo:

• Alteración de la biosíntesis de la hemoglobina, lo que provoca anemia.
• Incremento de la presión sanguínea.
• Daño renal.
• Abortos espontáneos.
• Alteraciones al sistema nervioso.
• Daños neuronales.
• Disminución de la fertilidad masculina.
• Disminución de las habilidades de aprendizaje de los niños.
• Alteraciones en el comportamiento de los niños: agresividad, comportamiento impulsivo e hipersensibilidad.
• Afectación en la propiocepción (sentido que informa al organismo la posición de los músculos); equilibriocepción y nocicepción (proceso neuronal a través del que se codifican y procesan los estímulos potencialmente dañinos contra los tejidos).
• Daños irreversibles al sistema nervioso y al cerebro de los nonatos.
• Frena el desarrollo físico y mental, propicia problemas de aprendizaje y causa discapacidad intelectual irreversible.

La situación del plomo en los alimentos en nuestro país

Los resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT-2018) realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), asientan que más del 17% de los niños entre 1 y 4 años tienen intoxicación por plomo (valores superiores a 5 μg/dL en sangre), lo que rebasa lo reportado en los Estados Unidos, nación en la que el mismo segmento etario, tiene 2.0% del mismo metal en la sangre. Aunque es verdad que en México los cacharros de cocina fabricados con barro vidriado son la principal causa de exposición a ese metal, es posible que el consumo constante y elevado de alimentos contaminados con plomo representen riesgos sanitarios de consideración.

¿Qué hacer para abatir las altas concentraciones de plomo en sangre?

• No cocinar o almacenar los alimentos en loza de barro vidriado, o bien utilizar loza con sello “libre de plomo”, producida por alfareros del Fondo Nacional de las Artes.
• Incrementar el consumo de sustancias como el calcio, hierro y zinc, las que inhiben la absorción de plomo, y sus efectos adversos en el organismo.
• Articular la participación proactiva de los productores de alimentos, organismos reguladores e investigadores que permita la creación de sistemas de monitoreo y vigilancia permanentes, que garanticen que los límites máximos de elementos tóxicos en los alimentos, no se rebasen.
• Incrementar la consciencia sobre la importancia de que la inocuidad y calidad de los alimentos que consumimos debe ser metas prioritarias para la salud pública.
• Proteger la salud de todos los consumidores, pero sobre todo para los segmentos poblacionales más vulnerables, de sustancias tóxicas como el plomo, presentes en los alimentos.
• Capacitar a los talleres artesanales de fabricación de cacharros para cocinas de barro, para que cambien el esmalte con plomo por el esmalte sin plomo, el que tiene precios y apariencia similares.