La variante Delta impulsa un creciente número de casos en gran parte del país, el que hasta hace poco se consideraba fuera de peligro.

Hace casi 18 meses, alertamos sobre el brote potencialmente epidémico en la ciudad de Wuhan, China, que desgraciadamente creció hasta transformarse en la pandemia global que estamos padeciendo.

El tema es que habiendo transcurridos tantos meses, y tenido que contabilizar millones de contagios y muertes a nivel global, el gigante asiático vuelve a ser tristemente noticia, particularmente la ciudad de Nankín, en la que se consigna el arranque de un nuevo brote epidémico impulsado por la variante Delta, la que ha demostrado su enorme capacidad de contagio, aunque aparentemente de menor letalidad.

Las autoridades políticas y sanitarias Chinas han encendido las señales de alerta, y a pesar de que el número de casos pareciera no ser excesivo, poco menos de cuatro centenas, esparcidos en 12 de las 31 provincias y regiones en las que está dividida esta nación, conocen de primera mano, y dolorosamente, los riesgos que acarrearía no detener oportunamente la propagación de los contagios, por lo que algunas de las reglas de control que se habían relajado progresivamente, como el uso de cubrebocas en lugares públicos y locales cerrados, la solicitud del comprobante de buena salud, el control de desplazamientos y de cercanía física con otras personas, la cuarentena obligatoria de dos semanas a los recién llegados al país, el cierre del aeropuerto internacional de Nankín, y la aplicación masiva de pruebas de diagnóstico, han sido retomadas con total severidad.

Vale la pena destacar que el avance de la estrategia de vacunación entre la población China alcanza hasta el momento al 60% de la población, y en algunas ciudades como Pekín hasta el 80%, gracias a las más de 1 600 millones de dosis aplicadas de las vacunas desarrolladas en China, únicos fármacos aprobados por las autoridades de esa nación, mismas que han sostenido ser eficaces también contra la variante Delta, al menos en los casos de las vacunas de Sinopharm y Sinovac.

Es por ello que las autoridades han iniciado la aplicación masiva de pruebas de diagnóstico, buscando evitar, en la medida de lo posible, y partiendo del conocimiento adquirido, que los contagios se vuelvan exponenciales.

El hecho de que la pandemia regrese a su epicentro, es un recordatorio más de la frase del Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS «No acabaremos con la pandemia en ninguna parte a menos que acabemos con ella en todas partes».